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Así se ejecutó el atentado del aeropuerto de Cúcuta
Desde finales de octubre la disidencia se comenzó a reunir en Tibú con la banda de Medellín.
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Jueves, 30 de Diciembre de 2021

A finales de octubre, un hombre de confianza de ‘Jhon Mechas’, máximo líder de la disidencia del frente 33 de las Farc, que delinque en el Catatumbo, llamó a Diego Felipe Maya González y le indicó que necesitaba reunirse con él y su banda, por lo que debían viajar lo antes posible a Tibú.

Maya González y dos miembros de su combo, Nayibeth Alexandra Londoño Carrillo y Cristian Camilo Muñoz Manjarrés, de inmediato se alistaron y horas después salieron vía terrestre de Medellín hacia Cúcuta.


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Una vez llegaron a la capital de Norte de Santander, los dos hombres y la mujer se subieron a otro vehículo de transporte público con rumbo a Tibú, donde eran esperados por varios miembros de la disidencia para trasladarlos hasta el punto en el que estaba alias ‘Darwin’ o ‘Piquiña’, quien es señalado de ser el líder militar de esa organización criminal.

Una vez se encontraron con ‘Darwin’, quien tiene una trayectoria criminal de 11 años y ha aparecido en varios videos al lado de ‘Jhon Mechas’, les indicó que la disidencia del frente 33 de las Farc requería del servicio de la banda a la que presuntamente pertenecerían.

Ninguno de los imputados se allanó a los cargos.

El ‘negocio’ planteado habría sido que Diego Maya y su gente se tendrían que encargar de ejecutar una serie de atentados con bombas en Cúcuta y que por eso, cada uno de ellos recibiría una fuerte suma de dinero.

Y el primer hecho que deberían cometer, sería entrar dos maletas bomba al Aeropuerto Internacional Camilo Daza, de la capital nortesantandereana, y dejarlas justo al lado de una avioneta y dos helicópteros artillados que la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) estaba usando para la lucha contra el narcotráfico y que tenían estacionados cerca de una de las pistas de aterrizaje.

Así fue como se habría comenzado a organizar el atentado del pasado 14 de diciembre de la terminal aérea de Cúcuta, donde fallecieron dos policías y uno de los presuntos responsables del hecho. La Fiscalía, en asocio con investigadores de la Dijín, ha logrado reconstruir parte de esta trágica historia que hoy está siendo revelada en los estrados judiciales durante las audiencias concentradas que llevan contra los integrantes de la supuesta banda criminal de Medellín.


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Organización del plan

Luego de la reunión entre ‘Darwin’, Diego Maya, Nayibeth Londoño y Cristian Muñoz, estos tres últimos retornaron a Medellín a buscar el resto de presuntos integrantes de la supuesta banda criminal, para contarles el ‘negocio’ millonario que les habían planteado.

En la capital de Antioquia se habría reunido Diego Felipe con Adrián Kaleth Guzmán, Nayibeth Londoño Carrillo, Yuly Mildrey Mazo, Cristian Muñoz Manjarrés, Sebastián Moreno Maya y otros hombres, entre ellos uno conocido como ‘Carrascal’, para verificar cómo podrían llevar a cabo el plan y así ejecutarlo sin ningún problema ni contratiempo.

Para el pasado 5 de noviembre, según la Fiscalía, cinco hombres y dos mujeres viajaron desde Medellín a Cúcuta, hospedándose en unos hoteles de la zona céntrica, mientras buscaban dos casas que estuvieran cerca del aeropuerto, para saber cómo harían el atentado.

Dos técnicos en explosivos de la Policía murieron.

Y fue así como encontraron dos viviendas que estaban muy cerca de la malla de protección del Camilo Daza y que de ahí visibilizaban el movimiento de las aeronaves, así como de la vigilancia privada, pues sabían que ni la Policía ni el Ejército se asomaban por esa zona, lo que fue un punto estratégico para ellos.

Una vez lograron alquilar las residencias fingiendo ser dos parejas de casados que acaban de llegar a la ciudad en busca de una oportunidad económica para su sustento diario, con otros familiares y hasta con una niña, los cinco hombres y dos mujeres compraron una carreta y otros implementos con los que se hicieron pasar como vendedores ambulantes, de acuerdo con la Fiscalía.

“Ellos pasaron desapercibidos porque simularon ser vendedores de tinto, agua y otras cosas por esa zona (del barrio Aeropuerto). Aunque nunca se les vio por la zona comercial del barrio, ellos siempre se movían era por el sector que está al lado de la malla, pues lo que buscaban era hacer inteligencia para ver por dónde podían meter las maletas bomba”, señaló el ente acusador durante la imputación de cargos.


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La Fiscalía también conoció que, al estar totalmente instalados en ese sector en el norte de Cúcuta, para mediados de noviembre, Cristian Muñoz, Sebastián Moreno, Diego Maya y Adrián Guzmán tuvieron que viajar a Tibú, a encontrarse con ‘Darwin’ para luego trasladarse hacia Venezuela, donde los esperaba ‘Jhon Mechas’ en uno de los campamentos de entrenamiento que tienen en el vecino país.

El objetivo era capacitar a Cristian Camilo y Sebastián en el manejo y activación de artefactos explosivos, por eso, supuestamente, duraron diez días en ese sitio. La disidencia no quería que fallaran en el plan.

Mientras estos cuatro hombres permanecían al otro lado de la frontera, en Cúcuta Nayibeth Alexandra, Yuly Midrey y el resto de personas que estaban con ellas, seguían haciendo vigilancia e inteligencia para establecer por cuál punto de la malla entrarían los explosivos.

Los investigadores también lograron establecer que en las residencias donde estaban, solo habían comprado colchones y unos utensilios para la cocina, pues la banda ya sabía que no durarían muchos días en la capital de Norte de Santander y solo permanecían en esos sitios para dormir o reunirse para ver cómo iba el plan.

La banda alquiló dos casa cerca de la malla del aeropuerto.

Para finales de noviembre, los cuatro hombres que estuvieron en capacitación para los explosivos se devolvieron para Cúcuta a terminar de preparar todo, pues además, Adrián Kaleth tenía que aprender a manejar motocicleta, en menos de una semana, porque les harían llegar algunas para que escaparan en ellas.

El 10 de diciembre, de acuerdo con lo establecido en la investigación, ‘Jhon Mechas’ mandó a unos hombres de su confianza con las dos maletas bomba para que Cristian Muñoz y Sebastián Moreno terminaran de acomodarlas y les pusieran los dispositivos con los que las activarían, pues cuatro días después, las iban a detonar, así lo tenían planeado.


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Aunque parecía que ya todo estaba listo, aún les hacían falta las motocicletas que les prometieron, pero el 13 de diciembre, en la mañana, les llegaron dos motos, de placas venezolanas, las cuales fueron dejadas en un parqueadero que está muy cerca de donde instalarían los artefactos explosivos.

Así se ejecutó el plan

Ese lunes 13 de diciembre, antes de que el reloj marcará las 12:00 a. m., Diego Maya, Adrián Kaleth Guzmán y otro hombre salieron de sus casas, vestidos de negro, a vigilar el punto que habían escogido para ingresar al aeropuerto y así llegar fácilmente hasta donde estaban las aeronaves de la FAC.

Hacia la 1:30 de la madrugada, según pudieron establecer las autoridades, por medio de algunos videos, Nayibeth y Sebastián salieron de la casa, con una actitud muy amorosa, pero cargando las maletas bomba. Luego de caminar unos metros, las dejaron justo al lado de la malla y luego desaparecieron en medio de la oscuridad.

Minutos más tarde, Sebastián y Cristian Camilo se acercan a la malla, justo donde hay una alcantarilla, y logran pasarla con las maletas, hasta llegar a una zona donde la maleza los cubría.

El día del atentado encontraron algunas pistas contundentes.

“Ahí en esa zona verde se ocultaron por varias horas, haciendo movimientos técnicos de arrastre para no ser vistos y así poder acercarse a la plataforma de la pista donde están las aeronaves”, comentó la Fiscalía durante la audiencia de imputación de cargos que se llevó a cabo ayer.

Según lo hallado por los investigadores, Sebastián y Cristian se comunicaron telefónicamente en repetidas oportunidades con Diego Felipe Maya y Adrián Guzmán, pues estos dos eran los que estaban vigilando que no los fueran a sorprender.


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Pero hacia las 5:15 a. m., el explosivo que llevaba Cristian Camilo Muñoz Manjarrés, se le activa y terminó muerto. Sebastián Moreno al ver lo sucedido, abandonó su maleta y huyó del lugar, al parecer, con heridas leves.

Ante eso, Diego, Adrián y Sebastián salieron huyendo del lugar y de inmediato buscaron la forma de irse hacia Medellín donde habían planeado reunirse con el resto de integrantes de la banda para analizar lo ocurrido. Nada les salió como lo habían planeado.

Yuly Mazo, cuando se registró el hecho, ya iba rumbo a la capital de Antioquia, pues en la tarde del 13 de diciembre, junto con su pequeña hija, se subió a un vehículo de transporte público.

Las motos fueron abandonadas en el parqueadero, así como varias prendas de vestir y pertenencias que tenían en las casas. Aunque, las autoridades conocieron que, Diego Maya logró contratar a unos hombres que fueron a las viviendas y en un camión recogieron lo que habían dejado, para luego tirarlo en un lote baldío del kilómetro 8 de Los Patios.

“Entre lo que se halló, dos días después, había prendas de vestir que usaron como vendedores ambulantes y de Cristian Camilo, quien murió en la primera explosión, además de empaques de códigos QR de explosivos y una carreta de madera”, indicó la Fiscalía.

Esta es una de las aeronaves que querían destruir.

Una vez se registró la primera detonación, que estremeció a gran parte de Cúcuta, ese punto del Aeropuerto Internacional Camilo Daza se llenó de policías, militares y funcionarios de la Fiscalía, todos tratando de establecer lo que había sucedido.

Precisamente, cuando dos técnicos en explosivos de la Policía, los intendentes William Bareño Ardila y David Reyes Jiménez, iban a revisar la maleta que hallaron cerca de donde se dio la primera explosión, se les activó y provocó su muerte. Además, el mayor Freddy Molina y el patrullero Jorge Rincón, quien es el guía del perro antiexplosivos, resultaron heridos.

A partir de ese momento las cosas se pusieron más complejas para las autoridades y, además, la recopilación de pistas e identificación de los responsables se volvió un objetivo primordial para los investigadores.

Ante eso, un grupo de policías que fueron enviados desde Bogotá se dedicaron durante 13 días a analizar videos de seguridad, interceptación de llamadas y recopilación de testimonios, para lograr dar con el paradero de la supuesta banda que fue contratada por ‘Jhon Mechas’ para cometer este atentado.

Hoy, en la audiencia de medida de aseguramiento se seguirán conociendo muchos más detalles de cómo la disidencia del frente 33 de las Farc organizó este hecho y de cómo fue que las autoridades llegaron hasta los presuntos autores materiales.

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