La celebración de la tradicional Fiesta de Velitas podría opacarse en el municipio de Ocaña ante los altos costos de la parafina, lo que impide la comercialización en el mes de diciembre.
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Así lo manifiestan miembros de la Asociación de Comerciantes, quienes se abstienen de hacer los pedidos, ya que no quieren asumir los riesgos de eventuales pérdidas lo que agravaría la situación económica.
Felipe Nery Meza Quintero asegura que la escasez de la materia prima eleva los costos de producción, por lo que se deben adoptar medidas de choque.
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Además de las velas otras mercancías importadas no llegarán al país para surtir la plaza local y los proveedores nacionales no dan abasto para suplir esa necesidad, recalcó el vocero de los empresarios.
“Existen limitantes para la llegada de contenedores especialmente del territorio asiático, entonces se verá afectada la dinámica de la oferta y la demanda. Uno de esos casos corresponde a los derivados del petróleo de uso industrial, lo que va a repercutir en los ingresos”, señaló.
Los incrementos son exorbitantes ya que puede superar la barrera del 95 por ciento debido a los múltiples usos de la parafina en la elaboración de velas, juegos pirotécnicos, papeles de envolturas, secamiento de drogas, aplicaciones importantes para la industria, precisó.
La tradición no se puede acabar de la noche a la mañana, pero sí incide ese fenómeno entre la población ya que la pandemia repercute en el poder adquisitivo de los colombianos.
“Debido a la situación económica apremiante se van a quemar menos velitas o usar otros elementos para simbolizar la expresión popular”, recalcó.
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“Pienso que las personas utilizan mecanismos, pues la costumbre no se olvida. Sacan las velas de cualquier lugar, así sean caras. Por las redes ya están ofreciendo de todos los colores y estilos, señala la ama de casa, Ludy Cecilia Ortiz Ascanio.
El profesor Jorge Rodríguez asegura que todos los subproductos del petróleo están por las nubes y la situación económica del colombiano promedio no permite pagar esos altos costos.
“Muchos echan mano al ingenio y la creatividad para conservar los hábitos. A través de conexiones eléctricas habilitan sistemas para iluminar las viviendas o se verá en menor proporción la cantidad de velitas en un sardinel, ubicadas a ciertas distancias, lo importante es cumplir con ese ritual y que las tradiciones no mueran ante la escasez”, dijo.
Algunos aseguran que esa coyuntura se debe aprovechar para disminuir la creciente contaminación ambiental.
“Nosotros usamos la parafina para las muestras de suelos donde se establecen las condiciones específicas. Cada uno le da las aplicaciones de acuerdo con las necesidades. Dadas las circunstancias sería un gran aporte, utilizar esos elementos en menor cantidad”, manifiesta la ingeniera civil Katherine Carreño.
El secretario de Gobierno de Ocaña, Yuri Alfonso Carrascal Gómez, indica que es una costumbre no solo en Ocaña, sino en Colombia que se verá restringida por las dinámicas del mercado.
“La gente adopta otras maneras de suplir la escasez y nosotros estaremos atentos a que los niños, jóvenes y adultos no corran riesgo durante las celebraciones especiales”, agregó.
El comerciante Asís Gómez Márquez señala que a estas alturas el mercado ya estaba aprovisionado con esa mercancía y los despachos no llegan.
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“Nadie está dispuesto a pagar el doble por un paquete. Es preferible abstenerse de adquirir esos productos derivados del petróleo”, puntualizó.
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