En medio de una pertinaz lluvia se desarrolló el día sin carro y moto en Ocaña, donde las empresas transportadoras del servicio público de pasajeros colapsaron ante la gran demanda de los usuarios. Un torrencial aguacero, en las horas del mediodía, puso a prueba la capacidad en esa dinámica y los vehículos fueron insuficientes.
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El secretario de Movilidad y Tránsito, Leonardo Moreno Bonilla, dijo que se cumplieron las tareas trazadas, sin embargo, la ola invernal ocasionó el traumatismo en las horas pico. “Las empresas cumplieron con las frecuencias de las rutas preestablecidas y son imprevistos”, dijo.
Asegura que los motores de unos 60.000 vehículos se apagaron generando ese ambiente de tranquilidad y disminuyendo los niveles de contaminación ambiental.
“La gente acató la disposición a excepción de unos cuantos que fueron sancionados. La mayoría se unió a un día diferente empleando medios de transportes alternativos y públicos para movilizarse”, agregó.
Las autoridades inmovilizaron 17 motocicletas y tres automóviles por incumplimiento a la medida establecida.
Los transeúntes manifestaron que la jornada mostró un aspecto diferente del paisaje cotidiano, regalando espacios de tranquilidad donde se pudo transitar con comodidad por las calles que, a su vez, se vieron más limpias y confortables.
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“Es un ejercicio que se debe repetir unas cuatro veces al año, porque existe mucha congestión vehicular especialmente durante las horas pico”, señaló Alonso Navarro Pacheco del barrio Las Llanadas.
Insumos para los planes ambientales
La Unidad Técnica Ambiental, coordina con el laboratorio de la calidad del aire de la universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña, y la territorial de la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), mediciones para articular planes encaminados a reducir la contaminación ambiental.
Los datos serán utilizados como insumos para adoptar estrategias tendientes a brindar ambientes sanos, indican los ecologistas.
El comité de control y vigilancia adelanta el monitoreo en puntos críticos de la ciudad para determinar la calidad del aire y los decibeles para la elaboración del mapa del ruido, indica el ingeniero de Corponor Juan Carlos Rodríguez Osorio.
Conjuntamente con el alma mater analizan los resultados de la información recolectada en los puestos de control efectuados en la plaza de mercado, calle del Dulce nombre, San Francisco, parque principal 29 de mayo, San Agustín, avenida Francisco Fernández de Contreras y la Ciudadela Norte.
Las mediciones se adelantan los días antes, durante y después de la jornada encaminadas a obtener datos reales de la contaminación sonora y material particulado, utilizados en la estrategia de prevención dentro del Plan de Ordenamiento Territorial.
Con base en esas estadísticas mediante la resolución 627 de 2006, norma nacional del ruido en la cual indica que el Estado colombiano regula los decibeles máximos que se pueden producir las calles.
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“Se pudo apreciar una notable reducción de los decibeles en los puntos críticos de la ciudad y esos datos servirán de insumos para la elaboración del mapa del ruido de Ocaña para tomar los correctivos”, agregó Rodríguez.
Falta cultura
El sociólogo Wilson Casadiego Angarita quien promovió la iniciativa a través del acuerdo 012 del 2009, resalta el comportamiento de la gente e indica que falta mucha cultura ecológica.
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Piensa presentar al Concejo unas modificaciones para que el día se lleve a cabo en abril, mayo o junio donde el nivel de contaminación es más alto según los estudios de jornadas anteriores.
