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Murciélago robot espantará en las fincas de Norte de Santander
~ No es Batman, pero algo con alas largas que parecen una capa, con orejas puntiagudas y con una fuerte visión nocturna le viene quitando el sueño a dos estudiantes de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Simón Bolívar desde hace dos años y medio.~
Lunes, 10 de Marzo de 2014
~No es Batman, pero algo con alas largas que parecen una capa, con orejas puntiagudas y con una fuerte visión nocturna le viene quitando el sueño a dos estudiantes de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Simón Bolívar desde hace dos años y medio.~ No es Batman, pero algo con alas largas que parecen una capa, con orejas puntiagudas y con una fuerte visión nocturna le viene quitando el sueño a dos estudiantes de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Simón Bolívar desde hace dos años y medio.

Tal vez sean sus ojos penetrantes, su tamaño, su aspecto o su función. Lo cierto es que se trata de un murciélago que se les ‘colgó’ a Geraldine Hernández Carrillo y a Jessica Yonaris Moncada Blanco en sus vidas, en sus memorias USB y en sus computadores, pues en estos y en sus manos está darle vida artificial a un robot para que trabaje en las fincas de Norte de Santander.

En eso consiste el proyecto de grado de las estudiantes, quienes se trazaron como meta construir un dispositivo robótico que permita alejar a los murciélagos del ganado en zonas rurales como Cucutilla, Toledo y Tibú.

Estos son unos de los municipios donde según la regional del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) se vienen registrando los mayores índices de afectación a las reses por parte de los pequeños vampiros.

Los murciélagos son capaces de detectar la irrigación de la sangre caliente de los terneros, las vacas, los toros, las cabras y los caballos atrayendo los colmillos a sus lomos, mordiendo y chupando de manera constante, incluso hasta matarlos de rabia, pues esa es la infección que producen estos mamíferos voladores.

La idea surgió tras algunos estudios que las universitarias empezaron a hacer en el Tecno Parque de Ocaña, a través del semillero de investigaciones de la Simón Bolívar, en el que el énfasis era aplicar la creatividad y la innovación, lo que les ha significado una serie de participaciones con Colciencias y el Ministerio de Educación.

“Aún no tenemos el robot físicamente, porque lo que hemos hecho es construirlo en un sistema, generar circuitos y perfeccionar sus funciones”, explicó Geraldine Hernández.

En sí, la función del murciélago es alejar a los reales, de su misma especie, a través de chillidos que no son perceptibles al oído humano, cuyos decibeles son una alerta comunicativa para alejarlos de las reses. Estos ultrasonidos son los que se están perfeccionando en diferentes programas computarizados para lograrlo.

“El robot está pensado para que mueva la cabeza y haga un ruido que logre alejar a los murciélagos. Aunque podría pensarse que si emite ese ruido, estos animales se pueden identificar con él, y por eso estamos perfeccionando las funciones para tratar de asustarlos, pero sin hacerles ningún daño”, explicó la estudiante, de 25 años.

La profesora Yurley Hernández, ha sido la coordinadora del semillero de investigación institucional de la pareja de ingenieras, y cree que el proyecto está muy avanzado, al punto de haber logrado un reconocimiento a nivel nacional por parte de Colciencias a este tipo de creaciones que puedan generar un beneficio a la comunidad campesina de por lo menos los municipios mencionados.

“Del 14 al 18 de junio hay una participación por parte de la universidad para exponer el proyecto en Medellín y tenemos la posibilidad de ganar un viaje a Bélgica, lo que sería una gran ventaja para las estudiantes”, comentó la docente.

Allí se efectuará una especie de mundial en la presentación y sustentación de dispositivos robóticos que hayan nacido de la mente de estudiantes como Geraldine y Jessica y que tenga un fin benéfico para sus comunidades.

Así funcionará el murciélago

El robot podría medir aproximadamente un metro de altura y sus alas estarían diseñadas para cubrir todos los circuitos de movimiento, ya que requiere cierta carga de energía para poder generar movimientos y sonidos.

Pero otra de las novedades aplicadas por las estudiantes radica en que sus terminales serán diseñadas para aumentar su potencia por medio de los rayos de sol, lo que no requiere un gasto por parte del usuario para el funcionamiento.

“Los murciélagos tienen la capacidad de morder casi sin que el ganado se dé cuenta, porque la saliva de ellos tienen un adormecedor de las pieles, por eso fácilmente se pude estar desangrando y morir a los pocos días”, explicó la alumna.

Su mejor escenario, el cuarto menguante

Según las estudiantes, la idea tomó fuerza a partir de los primeros diagnósticos que el ICA hizo en los lugares donde se empezaron a registrar los brotes de rabia y donde la forma de determinar qué tan avanzada estaba la enfermedad en las reses, era cortarles la cabeza para llevarlas al laboratorio y medir el peligro y el tipo de animal que la había causado.

Por medio de cámaras fotográficas y grabadoras de alta tecnología que las futuras ingenieras han enviado a las zonas, buscan detectar los tipos de chillido de estos chupa sangre, que pueden estar debajo de los 36 kilohertz, decibeles no perceptibles al oído humano.

Las pruebas iniciales les arrojaron datos como el horario de funcionamiento, que no debe sobrepasar las doce horas, además que debe instalarse cuando haya cuarto menguante, cuando las noches son más oscuras de lo normal, lo que se convierte en el escenario perfecto para que sus colmillos busquen al animal.
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