Miércoles, 1 de Octubre de 2014
~La organización Reporteros Sin Fronteras estima que esos crímenes
“segura o probablemente” estuvieron relacionados con la profesión de las
víctimas, pues en la mayoría de los casos no se estableció con
precisión el móvil y con frecuencia las investigaciones -cuando las hay-
son obstaculizadas por autoridades corruptas.~
La organización Reporteros Sin Fronteras estima que esos crímenes “segura o probablemente” estuvieron relacionados con la profesión de las víctimas, pues en la mayoría de los casos no se estableció con precisión el móvil y con frecuencia las investigaciones -cuando las hay- son obstaculizadas por autoridades corruptas. A la cabeza de esta “triste lista” se encuentra México, “por ser el país más mortífero para los periodistas en todo el continente americano: 81 periodistas fueron asesinados entre enero de 2000 y septiembre de 2014”, detalló la ONG.
En segundo sitio se encuentra Colombia, donde han perdido la vida 56 periodistas, seguido de Brasil con 38 asesinatos en ese periodo. En Honduras, el número de comunicadores ultimados se disparó tras el golpe de Estado del 28 de enero de 2009 con un total de 27 casos.
“Muchos de estos periodistas fueron víctimas de su afán de denunciar las violaciones a los derechos humanos, el crimen organizado, la corrupción, las injerencias”, y casi “todos estos crímenes permanecen impunes hasta la fecha debido a la falta de voluntad política y de un sistema judicial eficaz”, denunció RSF.
La organización francesa subraya que aunque “ninguno de estos países se encuentra oficialmente en guerra”, los paramilitares siguen presentes en Colombia mientras que en México el gobierno mantiene desde 2006 una ofensiva armada contra el narcotráfico.
Además de los miembros del crimen organizado, los periodistas mexicanos enfrentan constantes agresiones por parte de las mismas autoridades.
A principios de mes, una joven periodista de Guanajuato (centro) fue brutalmente golpeada en sus propias oficinas, y asegura que sus agresores le ordenaron dejar de escribir notas críticas con el gobierno local de la ciudad de Silao.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó este martes las amenazas de muerte contra ocho periodistas colombianos de parte de la principal banda narcotraficante del país, y pidió a Bogotá que sean protegidos.
Las autoridades colombianas deben “atender con máxima prioridad” estos casos, indicó la SIP en un comunicado en Miami, donde tiene su sede.
Los ocho periodistas fueron amenazados por la banda Los Urabeños, también conocidos como el Clan Úsuga, en un panfleto en el que los conmina a abandonar las ciudades de Buenaventura y Cali, donde trabajan, o “pagar las consecuencias”.
Las amenazas serían en represalia a informaciones sobre la captura en Chile de una mujer de 33 años, alias La Chily, acusada de tortura y descuartizamiento de personas en Buenaventura, dadas por los comunicadores, que entre otros trabajan para El País, Q’hubo, El Tiempo y Caracol Radio.
“Estas acciones que tienen la clara intención de provocar zozobra y autocensura, deben ser tomadas con total premura y no pueden trivializarse”, dijo el encargado de libertad de expresión de la SIP, el uruguayo Claudio Paolillo.
Los Urabeños, grupo al cual supuestamente pertenecía La Chily desde 2012, surgió de remanentes de milicias ilegales de extrema derecha desmovilizadas entre 2003 y 2006 y es responsable del envío de toneladas de cocaína a Centroamérica y Estados Unidos.
En Colombia han sido asesinados este año dos periodistas por causas relacionadas con su oficio, recordó la SIP, que reúne a dueños y editores de medios del continente.
En segundo sitio se encuentra Colombia, donde han perdido la vida 56 periodistas, seguido de Brasil con 38 asesinatos en ese periodo. En Honduras, el número de comunicadores ultimados se disparó tras el golpe de Estado del 28 de enero de 2009 con un total de 27 casos.
“Muchos de estos periodistas fueron víctimas de su afán de denunciar las violaciones a los derechos humanos, el crimen organizado, la corrupción, las injerencias”, y casi “todos estos crímenes permanecen impunes hasta la fecha debido a la falta de voluntad política y de un sistema judicial eficaz”, denunció RSF.
La organización francesa subraya que aunque “ninguno de estos países se encuentra oficialmente en guerra”, los paramilitares siguen presentes en Colombia mientras que en México el gobierno mantiene desde 2006 una ofensiva armada contra el narcotráfico.
Además de los miembros del crimen organizado, los periodistas mexicanos enfrentan constantes agresiones por parte de las mismas autoridades.
A principios de mes, una joven periodista de Guanajuato (centro) fue brutalmente golpeada en sus propias oficinas, y asegura que sus agresores le ordenaron dejar de escribir notas críticas con el gobierno local de la ciudad de Silao.
SIP condena amenazas
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó este martes las amenazas de muerte contra ocho periodistas colombianos de parte de la principal banda narcotraficante del país, y pidió a Bogotá que sean protegidos.
Las autoridades colombianas deben “atender con máxima prioridad” estos casos, indicó la SIP en un comunicado en Miami, donde tiene su sede.
Los ocho periodistas fueron amenazados por la banda Los Urabeños, también conocidos como el Clan Úsuga, en un panfleto en el que los conmina a abandonar las ciudades de Buenaventura y Cali, donde trabajan, o “pagar las consecuencias”.
Las amenazas serían en represalia a informaciones sobre la captura en Chile de una mujer de 33 años, alias La Chily, acusada de tortura y descuartizamiento de personas en Buenaventura, dadas por los comunicadores, que entre otros trabajan para El País, Q’hubo, El Tiempo y Caracol Radio.
“Estas acciones que tienen la clara intención de provocar zozobra y autocensura, deben ser tomadas con total premura y no pueden trivializarse”, dijo el encargado de libertad de expresión de la SIP, el uruguayo Claudio Paolillo.
Los Urabeños, grupo al cual supuestamente pertenecía La Chily desde 2012, surgió de remanentes de milicias ilegales de extrema derecha desmovilizadas entre 2003 y 2006 y es responsable del envío de toneladas de cocaína a Centroamérica y Estados Unidos.
En Colombia han sido asesinados este año dos periodistas por causas relacionadas con su oficio, recordó la SIP, que reúne a dueños y editores de medios del continente.