La actividad económica de Colombia ha sido fuerte a lo largo de 2022, con una demanda interna muy robusta. Esto se explica por el fuerte dinamismo del consumo privado, la inversión no destinada a la construcción y las exportaciones, componentes que han sido, a su vez, impulsados por la recuperación del empleo, las mayores remesas, el crecimiento del crédito y la fuerte demanda externa.
No obstante, ahora el país está enfrentando vientos en contra, en su mayor parte provenientes del entorno internacional (inflación, mayores tasas de interés y ralentización del crecimiento), pero, también, por la dinámica interna de inflación y tasas de interés, que hará que la demanda interna se modere gradualmente.
Por lo tanto, para el resto del año se espera una moderación en las tasas de crecimiento, para cerrar 2022 en una variación para el PIB de 6,8%. Además, se espera que el consumo privado se reequilibre desde el gasto en bienes duraderos y semiduraderos hacia los servicios, mientras que la inversión se desplace hacia la construcción desde la maquinaria y equipo.
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En 2023, la economía crecerá un 2,0%, con una desaceleración saludable del ritmo de gasto de los hogares que llevará a la progresiva recuperación de la tasa de ahorro familiar. La inversión no relacionada con la construcción se contraerá tras un crecimiento estelar en 2022.
La inversión en infraestructuras públicas se acelerará por ser el último año de los gobiernos regionales y locales. Y las exportaciones e importaciones se moderarán por el menor crecimiento de nuestros socios comerciales y la desaceleración de la demanda interna, respectivamente.
Parte de la desaceleración económica se explicará por los efectos negativos de la inflación y las medidas para contenerla. La inflación se mantendrá en niveles elevados en los próximos meses, con alguna moderación muy gradual en alimentos, pero con una continuidad de los ajustes al alza de la inflación básica. Al final del año, la inflación total se ubicará en cerca del 10%.
Luego, en 2023, la inflación seguirá corrigiendo paulatinamente, hasta cerrar el año por debajo de 6,0%. Como respuesta a estas presiones inflacionarias, el Banco Central viene incrementando su tasa de interés, la cual se ubica actualmente en el 9,0%.
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BBVA Research considera que la política monetaria no iniciará un ciclo de reducciones de la tasa de interés hasta el segundo semestre de 2023, una vez la inflación muestre una clara tendencia a la baja y la demanda interna crezca a tasas más bajas.
Finalmente, la volatilidad de los mercados internacionales y algunas dinámicas propias de la economía colombiana, relacionadas con los elevados déficits fiscal y externo y el entorno político, han determinado un comportamiento muy volátil del tipo de cambio en 2022. Como muchas otras divisas, el peso alcanzó nuevos niveles históricos.
Se espera que continúe bajo una fuerte volatilidad e incertidumbre en los siguientes meses, lo cual debería relajarse cuando los mercados valoren completamente el ciclo de subidas de la FED y la recesión en EE.UU.
Con todo, esperamos que la moneda se mantenga por encima de la marca de 4.000 pesos en los próximos dos años, dado el elevado déficit por cuenta corriente y el entorno exterior.
En resumen, la economía colombiana empezará a transitar un proceso de desaceleración que es saludable porque aumentará el ahorro de los hogares, reducirá el riesgo de sobreendeudamiento de los hogares y empresas y apoyará la reducción paulatina de la inflación.
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