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Obras de verdad
Con urgencia se requiere grandeza, liderazgo político y convocatoria de los gobernantes de turno.
Domingo, 16 de Octubre de 2022

Antes de finalizar el 2022 Ecopetrol entregará formalmente el nuevo Acueducto Metropolitano de Cúcuta, 9 años después que sostuviéramos en la Gobernación, con el Presidente Santos y la mayoría de la bancada parlamentaria, la primera reunión en la que se planteó la necesidad de dotar a la ciudad de una alternativa de suministro de agua potable desde el Río Zulia, que sirviera además para solucionar en forma definitiva el problema de agua de Villa del Rosario y Los Patios.


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Después de estudios, controversias, opositores de la idea y esfuerzos por asegurar los recursos, la iniciativa despegó, se incluyó en el Plan de Desarrollo del segundo gobierno Santos y con vigencias futuras, se garantizaron los recursos por más de 400.000 millones de pesos. Ninguna ciudad capital tiene como Cúcuta asegurado su suministro de agua por los próximos 50 años. Es competitividad, expansión urbana organizada y calidad de vida para la gente.

En el 2023 o primer semestre del 2024 culminarán las obras de la doble calzada Cúcuta -Pamplona. La imponente vía que pondrá a Pamplona a menos de una hora de la capital y contribuirá al desarrollo de la región, tiene un costo superior a los 2 billones de pesos y contó desde el segundo periodo de la administración Santos con el respaldo de la bancada parlamentaria.

Desde el gabinete con Vargas Lleras y Mauricio Cárdenas logramos incluirlo en el paquete de las obras 4G en el 2016 y ocho años después será una realidad. Con la crisis con Venezuela y el cierre de fronteras, siempre afirmamos que era indispensable la conexión vial eficiente con el centro del país y la costa Caribe. Aún nos falta, pero sin duda la puesta en funcionamiento de la doble calzada nos acerca a ese propósito.

Las dos megaobras significan mejoramiento de calidad de vida y desarrollo para el Norte de Santander. Fue necesaria una década completa para convertirlas en realidad, con el decidido apoyo del expresidente Santos.

Desde entonces, no nos hemos propuesto como sociedad ningún otro desafío de esas magnitudes. No hemos sido capaces de definir con gremios, parlamentarios y autoridades regionales obras de envergadura que tengan impacto real en la región. El Plan Nacional de Desarrollo del gobierno Petro y los diálogos regionales vinculantes que arrancan, son una gran oportunidad para que recuperemos la capacidad de pensar en grande.

En los 80s y 90s, durante los gobiernos de Barco, Gaviria y Samper, sacamos adelante el Hospital Erasmo Meoz, el Palacio de Justicia y los anillos viales de la ciudad. Desde ya debemos pensar en los grandes proyectos de desarrollo que necesita el Norte de Santander en los próximos 20 años y no quedarnos en discusiones chiquitas.

Aprovechemos la nueva era en las relaciones binacionales, el enfoque en la integración fronteriza que tiene el nuevo Gobierno y el interés de la Corporación Andina de Fomento CAF en impulsar con obras de desarrollo regional y prioricemos las necesidades del futuro.

¿Es completar la vía a Ocaña con todas las especificaciones? ¿Es la transversal de la Paz por el Catatumbo para la salida al Caribe o un sistema férreo que atraviese la subregión? ¿Es la vía de la soberanía a Arauca o la terminación de la Central del Norte? ¿Es un gran puerto seco binacional para traer por fin la inversión privada que requerimos?

Definamos en consenso, como hace una década, dos grandes obras de envergadura y pongámonos a trabajar juntos para sacarlas adelante. Además, superemos la vergüenza de no contar con un Centro de Convenciones que tendrá ahora enorme potencial en la nueva realidad con Venezuela. Todas las ciudades intermedias de Colombia lo tienen y aquí llevamos ya 15 años con proyectos sin concretar por cuenta de rencillas políticas e intereses personales de los gobernantes de turno. Con urgencia se requiere grandeza, liderazgo político y convocatoria de los gobernantes de turno para pensar en grande en las próximas décadas. Todavía es tiempo de despertar y entender lo que sucede en Colombia.

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