Usualmente la primera calificación de un Gobierno se hace a sus primeros 100 días iniciales, y por ello pretender calificar la gestión como mandatario de Petro que apenas lleva dos meses es muy apresurado, aunque ya hay mensajes, unos de buen recibo y otros que preocupan.
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Rescatable su propuesta de comprar 3 millones de hectáreas que sería un primer intento de hacer por primera vez una reforma agraria en Colombia, cuya falta de implementación ha sido el origen de nuestra actual violencia. En 1936 Alfonso López Pumarejo lo intentó con la “ley de tierras” y nada. Lo desconcertante, los twitters del presidente que confunden, asustan y hasta hacen subir el dólar a niveles históricos. El último, ese de que el enemigo está dentro del mismo Gobierno, muchos no los han entendido, nadie sabe qué quiso decir el presidente. ¿Acaso el enemigo interno es su ministro de Hacienda que ya en dos oportunidades ha salido a desmentir lo que dice el presidente?
Refiriéndose al Minhacienda, a este último twitter han surgido varias interpretaciones: que Petro empieza a crear una cortina de humo porque entiende que no podrá cumplir con muchas de sus propuestas – la sola compra de la tierra vale 60 billones -, y hasta un panelista de Hora 20 de Caracol señalaba que es una estrategia para justificarse ante un eventual fracaso. Algo así como, hice lo que pude, presenté la iniciativa, pero ese enemigo oculto que está dentro del mismo Estado, no me dejó. Esa es una primera versión, muy probable. Otra, que apenas es una estrategia algo incendiaria para que su propuesta sea aprobada. Y la última, mucho más preocupante, que está molesto con su ministro de Hacienda quien está apareciendo ante la opinión pública como una persona más coherente y pausado que el propio presidente.
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Esa ambivalencia de Petro está generando incertidumbre. El dólar ya superó el máximo histórico. En algo más de 60 días de gobierno lo que genera más preocupación es que cualquiera de sus ministros y funcionarios más importantes salen a decir cualquier cosa, algunas incoherentes, muchas de las cuales no tienen ninguna posibilidad, como la del director de la Dian que llegó a plantear que se legalice el consumo de coca e imponer un gravamen por su utilización. Por tratarse del director de una entidad tan importante, el desconcierto es grande; los que invierten tratan de sacar su dinero del país y miran la posibilidad de hacer negocios en un país que les ofrezca más garantías, porque aquí se está gobernando a través de twitters, como aquel del mismo Petro en el que habló de gravar los capitales golondrinas, y al otro día, muy de madrugada el ministro de Hacienda –el enemigo interno?– salió a desmentirlo. Petro no está en campaña, ahora es el presidente y no ha asumido ese rol como corresponde.
¿Será que está sucediendo que el enemigo del presidente es el propio Petro?, algo como está escrito en el Quijote: “Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal”, en la que el presidente asegura tener un poderoso enemigo interno, que no hace sino crearle entuertos en su labor presidencial, y él a pesar de todo trata de prodigar el bien y evitar el mal, de salvar a Colombia, la Amazonía, y si le queda tiempo hasta toda América Latina. Todo esto sucede mientras los nubarrones que se avecinan en la economía mundial, entre ellos la inminente recesión, son graves. Según todas las previsiones hacia el próximo año, América Latina vivirá la desaceleración económica más fuerte de su historia. Colombia apenas tendrá un crecimiento del 2.2%, y así, ¿cuáles serán los trinos el próximo año de Petro? ¿Será que su ministro de Hacienda durará mucho tiempo?
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