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Venezuela, país en crisis
Asistí hace poco a un matrimonio en Caracas de una familiar, sin poder obtener boleto aéreo pese a buscarlo con más de un mes de antelación por ausencia de cupos, aunado a que no salen vuelos de San Antonio sino de Santo Domingo. Viajé con una pariente de la novia, llegando a San Cristóbal para conseguir pasaje terrestre y le tocó ofrecer unos bolívares para conseguirlos.
Miércoles, 15 de Octubre de 2014
Asistí hace poco a un matrimonio en Caracas de una familiar, sin poder obtener boleto aéreo pese a buscarlo con más de un mes de antelación por ausencia de cupos, aunado a que no salen vuelos de San Antonio sino de Santo Domingo.

Viajé con una pariente de la novia, llegando a San Cristóbal para conseguir pasaje terrestre y le tocó ofrecer unos bolívares para conseguirlos.

Al retornar, igual historia, que no habían cupos, que estaba vendido todo, sin embargo, en el bus de dos pisos habían más de ocho puestos desocupados y se pagó un extra alto para que los vendieran y es una empresa privada.

Estas circunstancias afectan los viajes a nuestro vecino país, por los problemas que se viven para movilizarse allí.

Pero, qué vergüenza, qué ira, movilizarse a San Antonio.

El domingo pasado fuimos a sacar plata en un cajero con una hermana y ríanse, dos horas treinta minutos para andar siete cuadras.

Anoche volvimos a sellar pasaporte y no había línea para sellar entradas, luego, retorno a las 7:30.

Dos horas y 10 minutos y alcanzamos a pasar el puente, después de aterradora espera, que grosería, cómo esculcan, chaleco para los tachirenses y nortesantandereanos que pasemos el puente o los del interior de ambos países que lleguen a esta zona fronteriza.

Es indignante, por decir lo menos ese tratamiento inhumano, violatorio de los derechos humanos, humillante, cómo decomisan cualquier artículo, como le sacan gasolina a las motos, en fin, como se atropellan los derechos de los conciudadanos de ambos países que deban pasar la frontera

Inaudito, que una frontera tan viva, se cierre unilateralmente y el gobierno nacional guarde absoluto silencio para no perjudicar las conversaciones en La Habana, ¿será eso?

Lo peor, cierran antes de las 10 de la noche, perjudican el comercio, los restaurantes, trabajadores, estudiantes, etcétera, amén del inmenso perjuicio que se causa al comercio binacional, en sobre costos, en fin, las políticas nacionales para la frontera no se ven.

Que podemos decir del señor Alcalde y del Gobernador, de los entes cívicos, de nuestra clase política, que no se pronuncian al respecto y permiten tantos vejámenes  a los ciudadanos de este lado de la frontera.

Y qué papel juega la Cancillería, el señor Presidente de nuestro país que guarda absoluto mutismo frente a estos hechos.

Cómo se permite ese atropello y salen a decir que como se ha frenado el contrabando, cuando hay tantos intereses en juego alrededor de tan lucrativo negocio.

Qué decir de esas pobres personas que son detenidas por comprar un mercado de cuatro o cinco mil bolívares, olvidando nuestros vecinos cuantos años duraron aprovechando el valor de su moneda en épocas no muy lejanas sin que se cometieran esos atropellos a esas personas.
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