Domingo, 7 de Septiembre de 2014
Qué pasaría si el presidente Santos cualquier día llegara de sorpresa a Cúcuta acompañado de sus ministros –como acontecimiento inusual y extraordinario - y, convocadas de inmediato las autoridades y principales dirigentes de nuestro departamento, dijera:
“Solo dispongo de tres horas para escucharles, de todas las que necesitan, cuáles son las cinco obras (¡solo cinco!) que por consenso unánime sean las más importantes y requieran con urgencia los nortesantandereanos, que ya las tengan priorizadas y puedan entregarme de inmediato el estudio actualizado de factibilidad técnica, financiera y jurídica de cada proyecto y que necesitan estén concluidas al terminar mi gobierno, para lo cual hoy dejaré firmado y autenticado ante los siete notarios de Cúcuta mi aprobación inmediata y el compromiso escrito que a las 9 de la mañana del 6 de agosto de 2018 nos volveremos a encontrar todos, en este mismo lugar, para hacerles entrega formal de ellas”.
Ante esa imaginada eventualidad, varias preguntas podríamos hacernos:
¿Con visión a mediano y largo plazo, tenemos ya priorizadas y sustentadas las cinco obras requeridas más importantes y trascendentales para nuestro progreso y bienestar regional, que sin miedo al costo y pensando en grande transformen y revitalicen nuestro departamento, Cúcuta y su área metropolitana y estén enmarcadas en los nuevas políticas públicas estatales de paz, inclusión y educación ?.
Disponemos de un banco de proyectos que incluya todo el departamento para: ¿construcción de línea férrea y de nuevas carreteras con salida a puertos del Caribe y al interior?. ¿Suministro total de electrificación, agua potable (diferentes al del acueducto metropolitano y el Cínera) y saneamiento básico en áreas urbanas y rurales?. ¿De mejoramiento y/o construcción y dotación de nuevos centros educativos, puestos de salud y hospitales?. ¿De proyectos de gran impacto social en vivienda, reordenamiento urbano, agroindustria, cultura, parque industrial (ojalá binacional), agricultura, minería y cárceles?. ¿De importantes recursos de inversión para programas de emprendimiento, innovación y tecnología a nuestros jóvenes, a las universidades públicas regionales (UFPS y UP) y al canal regional de televisión TRO?.
Nos corresponde continuar el procedimiento dispendioso de seguir gestionando solos nuestros proyectos (no hemos logrado siquiera, unirnos con santandereanos ni tachirenses en ningún proyecto conjunto) porque si no lo hizo cuando pudo el presidente cucuteño Virgilio Barco, menos lo va a hacer con nosotros el bogotano Juan Manuel Santos II, ahora que tiene tantos compromisos adquiridos en su campaña de reelección presidencial, por tanta mermelada que le exigirán seguir repartiendo.
Pero si sucediera el hecho utópico y nunca previsto de una histórica visita de Santos II con los fines antes dichos, ¿estaríamos preparados?.
Adenda: En su columna de ayer, al maestro Cicerón Flórez le faltó decir de su candidato reeleccionista Santos II, que cada congresista nortesantandereano que lo apoyó, recibió de la campaña $350 millones en efectivo como mermelada para gastar solo en la segunda vuelta, mientras el Centro Democrático solo pudo financiar su campaña presidencial aquí con $90 millones para las dos vueltas. Y comparemos las votaciones finales. Mientras tanto, esperemos el desenlace de la película de ficción del mentiroso hacker.
“Solo dispongo de tres horas para escucharles, de todas las que necesitan, cuáles son las cinco obras (¡solo cinco!) que por consenso unánime sean las más importantes y requieran con urgencia los nortesantandereanos, que ya las tengan priorizadas y puedan entregarme de inmediato el estudio actualizado de factibilidad técnica, financiera y jurídica de cada proyecto y que necesitan estén concluidas al terminar mi gobierno, para lo cual hoy dejaré firmado y autenticado ante los siete notarios de Cúcuta mi aprobación inmediata y el compromiso escrito que a las 9 de la mañana del 6 de agosto de 2018 nos volveremos a encontrar todos, en este mismo lugar, para hacerles entrega formal de ellas”.
Ante esa imaginada eventualidad, varias preguntas podríamos hacernos:
¿Con visión a mediano y largo plazo, tenemos ya priorizadas y sustentadas las cinco obras requeridas más importantes y trascendentales para nuestro progreso y bienestar regional, que sin miedo al costo y pensando en grande transformen y revitalicen nuestro departamento, Cúcuta y su área metropolitana y estén enmarcadas en los nuevas políticas públicas estatales de paz, inclusión y educación ?.
Disponemos de un banco de proyectos que incluya todo el departamento para: ¿construcción de línea férrea y de nuevas carreteras con salida a puertos del Caribe y al interior?. ¿Suministro total de electrificación, agua potable (diferentes al del acueducto metropolitano y el Cínera) y saneamiento básico en áreas urbanas y rurales?. ¿De mejoramiento y/o construcción y dotación de nuevos centros educativos, puestos de salud y hospitales?. ¿De proyectos de gran impacto social en vivienda, reordenamiento urbano, agroindustria, cultura, parque industrial (ojalá binacional), agricultura, minería y cárceles?. ¿De importantes recursos de inversión para programas de emprendimiento, innovación y tecnología a nuestros jóvenes, a las universidades públicas regionales (UFPS y UP) y al canal regional de televisión TRO?.
Nos corresponde continuar el procedimiento dispendioso de seguir gestionando solos nuestros proyectos (no hemos logrado siquiera, unirnos con santandereanos ni tachirenses en ningún proyecto conjunto) porque si no lo hizo cuando pudo el presidente cucuteño Virgilio Barco, menos lo va a hacer con nosotros el bogotano Juan Manuel Santos II, ahora que tiene tantos compromisos adquiridos en su campaña de reelección presidencial, por tanta mermelada que le exigirán seguir repartiendo.
Pero si sucediera el hecho utópico y nunca previsto de una histórica visita de Santos II con los fines antes dichos, ¿estaríamos preparados?.
Adenda: En su columna de ayer, al maestro Cicerón Flórez le faltó decir de su candidato reeleccionista Santos II, que cada congresista nortesantandereano que lo apoyó, recibió de la campaña $350 millones en efectivo como mermelada para gastar solo en la segunda vuelta, mientras el Centro Democrático solo pudo financiar su campaña presidencial aquí con $90 millones para las dos vueltas. Y comparemos las votaciones finales. Mientras tanto, esperemos el desenlace de la película de ficción del mentiroso hacker.