En un acto de solidaridad los habitantes de la Diagonal 3 del barrio Lomitas, en Villa del Rosario, se declararon defensores de José Julián Valencia, quien enfrenta un proceso de desalojo del inmueble que ha ocupado por más de 30 años.
Los motiva además de que Valencia es una persona muy querida y respetada por la comunidad, que está en estado de postración en una silla de ruedas, no puede valerse por sí mismo y es un paciente diabético que recibe diálisis.
Este hombre, de 42 años, nacido en Cúcuta, quien se desempeñó como sacristán de la parroquia Nuestra Señora de la Anunciación del barrio Montevideo, en el municipio histórico, ha soportado en dos oportunidades el intento de lanzamiento de la casa paterna, lo que la comunidad ha impedido al considerar la medida como inhumana.
José Julián Valencia vive en una vieja casa en un lote de unos 30 metros de largo por 20 de ancho, que fue propiedad de su padre Marco Aurelio Valencia Rodríguez y de su esposa Ana Graciela Valencia, de cuya unión nacieron cuatro hijos, dos ellos fallecidos.
Él se encargó de la manutención del papá hasta su muerte, siempre ocupando el mismo inmueble en la Diagonal 3 No. 3-23, según su testimonio y de lo que los vecinos dan fe.
"En 2011 me amputaron la pierna izquierda más abajo de la rodilla, sin embargo podía caminar con una prótesis y así trabajaba, pero en octubre pasado me hospitalizaron y me quitaron el talón de la pierna derecha, y ya no puedo caminar", según José Valencia.
"En los meses que estuvo hospitalizado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital, la única hermana Marilyn Valencia, se presentó en la casa, violentó los candados y sacó a la calle todas las cosas de José, incluida su ropa; tumbó la cocina y un alar de la casa", dijo una vecina.
Agregó, que ese procedimiento indignó a la comunidad que salió a protestar e impidió que ella tomara posesión del lugar.
En otra oportunidad su familiar habría llegado con un inspector de policía a hacer cumplir una orden de desalojo, alegando que ella era la verdadera dueña al poseer las escrituras del inmueble. Sin embargo ese procedimiento tampoco se cumplió.
Una acción legal
Ana Graciela Valencia, quien está viviendo en la casa, ayudando al cuidado de su hijo, dijo que tanto Marilyn como José Julián tienen derecho a la casa por ser los herederos, pero que su hija en un acto inhumano se los niega a quien vio por el papá por más de 30 años y que además está enfermo.
Los vecinos se organizaron y contrataron los servicios de un abogado para que actúe en defensa de los derechos de José Julián Valencia, acudiendo a la colecta pública, bazares y a la venta de mute a fin de recoger el dinero para los honorarios.
Explicaron que están pidiendo que se respete la posesión que él tiene por más de tres décadas, tiempo en el que nunca vieron por el sector a la hermana y su condición de hijo del propietario.
Los vecinos de Lomitas también se encargan de curar las heridas del enfermo y reúnen alimentos para que la mamá pueda prepararle la comida, ya que al no poder trabajar su situación económica es precaria.
Redacción Q'Hubo