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Realidades de la Escuela de Gobierno de Norte de Santander
En las sociedades nuestras, el tema fundamental de un desarrollo regional integral e integrado, pasa por la transformación de la política y la educación de los líderes. Si no es en la política donde damos las transformaciones más grandes, muchas de las cosas que decimos, pensamos, queremos y soñamos, no van ser más que pensamientos, palabras, ambiciones y sueños, como ha estado demostrado durante mucho tiempo en nuestra historia.
Miércoles, 5 de Marzo de 2014
En las sociedades nuestras, el tema fundamental de un desarrollo regional integral e integrado, pasa por la transformación de la política y la educación de los líderes. Si no es en la política donde damos las transformaciones más grandes, muchas de las cosas que decimos, pensamos, queremos y soñamos, no van ser más que pensamientos, palabras, ambiciones y sueños, como ha estado demostrado durante mucho tiempo en nuestra historia. Por tanto, hay que afirmar que si no hay una transformación de la política, este sueño nortesantandereano va a seguir siendo eso, un sueño, como los que hemos conocido y visto, con tantos altibajos y tantos problemas.

El mayor reto tiene que ver con cómo se hacen las cosas, cómo se pasa de los discursos a la realidad y cómo se hace esa gestión para transformar la sociedad, es decir como se hace país. En el caso de la región, ese reto tiene que ver con nuestra educación y con la necesidad de formar liderazgo de personas y de individuos que tienen representación en la política.

Desde siempre, los gobernantes de cualquier territorio han estado expuestos a una absoluta falta de preparación y su desarrollo político se encuentra supeditado al vaivén de los acontecimientos. Los problemas de la práctica social se observan y resuelven de acuerdo con el leal saber y entender de las gentes, con predominio de métodos y juicios intuitivos, de bajo impacto, en desmedro del juicio analítico y racional.

Salvo el caso de alumnos que siguen carreras con especificidad política, los demás individuos que pasan por las universidades, escasamente desarrollan mínimos en la atención social que les permita tener injerencia real en el manejo de los pueblos. Se improvisa mucho. Y finalmente, los partidos políticos y los medios de comunicación completan la formación (o ¿deformación?) de “sus líderes”.

Con esta formación parcial, muchas veces distorsionada, el político asciende a las posiciones de gobierno, tiene que dirigir organizaciones, diseñarlas o remodelarlas. También tiene que orientar y regular economías, regir la salud pública y obviamente, alcanza su nivel de incompetencia, cuando tiene que planificar, organizar, dirigir, controlar, distribuir gobernabilidad y evaluar resultados. En fin, frente a muchos dilemas, “con sentido práctico”, renuncia al “deber ser” y se conforma con el “poder hacer”.

Hay que hacer algo para cambiar esta malformación y para que no se sigan dando palos de ciego en la región. Una Escuela de Gobierno puede ofrecer los conocimientos que requieren los líderes políticos y los gobernantes para obtener los conocimientos apropiados y las estrategias que permitan verdaderas prácticas de trabajo para hacer más eficiente el aparato público.

En atención de lo anterior, para evitar seguir en la improvisación política en el departamento Norte de Santander y empezar a pensar en fórmulas inteligentes que permitan avizorar un verdadero futuro regional en el que la comunidad tenga mayor conocimiento, decisión y participación, hay que ir consolidando una clase dirigente con excelentes conocimientos de planificación y desarrollo regionales, con probados compromiso, capacidad y liderazgo y con buenos conceptos de democracia, creatividad y gestión.

En el año 2013, se creó la Escuela de Gobierno de Norte de Santander como un programa avalado por la Gobernación, ECOPETROL, la Escuela Latinoamericana y Caribeña de Ciencias y Técnicas de Gobierno, ESCOLAG y el Instituto para el Desarrollo Académico y Social de Norte de Santander,  IDEAS.

Con el Diplomado en Ciencias y Técnicas para el Arte del Buen Gobierno que se realizó en Ocaña y Toledo el año pasado, se desarrolló un programa de formación, extensión e investigación que buscó fortalecer la democracia en esos municipios de Norte de Santander, mediante procesos de calificación del talento humano, desde la construcción del conocimiento en temas de gobierno, gestión y políticas públicas. Está previsto este año, realizar similares ejercicios académicos de formación política en otros lugares de Norte de Santander, incluyendo la ciudad de Cúcuta.

La Escuela de Gobierno constituye una oportunidad para consolidar una propuesta que garantice la formación de actores políticos, de líderes sociales y de sujetos críticos que aporten a la transformación de nuestras realidades locales y regionales desde una perspectiva alternativa de la participación comunitaria y ciudadana.

(*) Director Académico IDEAS
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