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Golpe al 'negocio' de explotación sexual de niñas en Cúcuta
Wilson Trillos, Yhizley Pedraza y Jean Velandia fueron detenidos la semana pasada, por estar señalados de ser parte de una red.
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Martes, 21 de Junio de 2022

Desde hace más de tres años en Cúcuta y el área metropolitana se comenzó a tejer una aberrante historia que involucra a menores de edad con una presunta red de explotación sexual, que está haciendo de las suyas bajo la mirada inerte de las autoridades locales.


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Y es que, según se ha podido conocer extraoficialmente, los tentáculos de esta supuesta organización llegarían hasta algunos comerciantes, políticos, ‘narcos’, jefes de bandas criminales y a miembros de la Fuerza Pública y de entidades del Estado.

Por eso, para llegar a esa banda y lograr golpearla, como sucedió la semana pasada, tuvieron que adelantar la investigación desde Bogotá y venir unidades de la Policía de Infancia y Adolescencia y la Dijín, con apoyo de la Fiscalía, desde la capital de Colombia, además de tener el acompañamiento de una agencia de investigación de Estados Unidos, adscrita al FBI.

El trabajo que adelantaron las autoridades nacionales como las estadounidenses fue tal, que con agentes encubiertos lograron tener material probatorio tan contundente, que un juez al conocerlo, no dudo en expedir las órdenes de captura contra varios de los presuntos integrantes de esa red que estaba sometiendo a las menores de edad a actos aberrantes y hasta les pagaban por lo que hacían.


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Chiquitecas.
 
La trampa de las ‘chiquitecas’

 

La Opinión conoció que, desde los primeros meses de 2019 algunas personas, entre ellas papás de muchos niños, alertaban a las autoridades sobre esas rumbas que comenzaron a llamar ‘chiquitecas’, en las que se reunía una gran cantidad de menores de edad a escuchar música e ingerir licor y hasta consumir drogas.

Esas fiestas, según se conoció, se estaban llevando a cabo en algunos locales de Cúcuta y Los Patios, y para burlarse de las normas que prohíben el ingreso de menores en establecimientos donde vendan licor, las organizaban en las tardes hasta antes de las 10:00 de la noche.

Pero, según contó una fuente judicial, esas rumbas tenían un fin muy claro: reclutar niñas y hasta niños de varios colegios para inducirlos a la explotación sexual, “pues hay muchas personas que tienen esa aberración”.


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Y lo peor de todo es que algunos miembros de las autoridades de Infancia y Adolescencia les habrían reportado a las administraciones municipales sobre lo que estaba sucediendo, pero nadie le prestó atención y todo siguió sin ningún problema.

También hay informaciones que indicarían que los miembros de esa presunta red lograron permear a las autoridades locales, ofreciéndoles fuertes sumas de dinero para seguir haciendo de las suyas.
 

prostitución.
 
La caída de la estructura

 

Pero con la captura del reconocido empresario de seguridad en Cúcuta, Julio César Casas Pacheco, luego de ser descubierto por la Policía cuando iba con tres niñas de 12, 14 y 16 años hacia un motel, ubicado en el barrio La Floresta, de Los Patios, en noviembre de 2019, se inició la desestabilización de esa organización, porque una Fiscalía de Bogotá solicitó el traslado a ese despacho, de la investigación que venía adelantando un grupo de funcionarios judiciales, en la que se comenzaba a ver cómo delinquía esa temerosa red de explotación sexual de menores, que hasta hoy se mantiene vigente.

Con lo recopilado hasta ese momento –contó la fuente judicial- las autoridades desde Bogotá interceptaron alrededor de 30 líneas telefónicas, en las que comenzaron a escuchar cómo reclutaban y obligaban a los menores de edad a tener relaciones sexuales con adultos, cobrando por ese tipo de aberraciones.

“Lo que se sabe es que ahí tienen grabaciones de comerciantes, políticos, ‘narcos’, jefes de bandas criminales, miembros de la Fuerza Pública y de algunas entidades del Estado. Mejor dicho, ahí quedó mucha gente en evidencia y que muy posiblemente podría llegar a ser capturada por eso”, comentó la fuente.


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Y es que las rumbas con los menores de edad no solo se dieron en Cúcuta y el área metropolitana, cuando los potenciales clientes alquilaban fincas o cabañas en Chinácota, donde se llevaban hasta bacanales.

Ante todo esto, los investigadores adscritos a una agencia, al servicio del FBI, que se encarga de indagar sobre delitos sexuales con menores de edad, llegaron a Cúcuta y se hicieron pasar como apetecidos clientes, logrando captar la atención de esa organización, evidenciando con videos y grabaciones de audio, cómo funcionaba.

“El FBI financió gran parte de la investigación y estuvo en esas fiestas que se hacían en moteles de Cúcuta y en cabañas de Chinácota. Ellos (los investigadores) grabaron de manera sigilosa la presencia de las niñas involucradas en este comercio sexual”, indicó otra fuente judicial cercana a las pesquisas.

Además, según se conoció, a medida de que avanzaban las pesquisas, las autoridades se percataron de que alrededor de esta red de explotación sexual de menores hay funcionarios de la Policía de Infancia y Adolescencia involucrados, que presuntamente omitían los controles a estos eventos sexuales y otros funcionarios públicos, entre estos, fiscales y políticos, que se convirtieron en clientes de la organización.

“En el celular de una de las víctimas se hallaron contactos y hasta fotografías de policías y de personalidades de Cúcuta. Por eso, la investigación, a pesar de que se inició con personal de Cúcuta, se trasladó a Bogotá y la Dijín continuó con las labores, en conjunto con el FBI”, insistió la fuente.


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Prostitución de niñas.
 
Tres capturas

 

Tras recopilar videos, audios e interceptaciones telefónicas, los investigadores lograron tener testimonios de algunas personas involucradas y víctimas de la red, quienes aseguraban que muchas de las niñas fueron drogadas y obligadas a tener relaciones sexuales.

Por eso, luego de más de tres años de haberse iniciado la investigación, las autoridades tramitaron la orden de captura contra los presuntos integrantes de la red de explotación sexual de menores de edad y la semana pasada llevaron a cabo la operación, logrando detener a dos hombres y una mujer.

Los detenidos fueron Jean Francois Velandia Riveros, Wilson Trillos y Yhizley Yhatzury Pedraza Pérez, conocida como ‘La Yiya’.


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Velandia Riveros, conocido como ‘Frank’, es un reconocido empresario de la rumba nocturno en Cúcuta. Sus establecimientos de bares y discotecas, en ocasiones fueron usados para exhibir a sus víctimas, indicó la fuente judicial.

“Él es muy conocido, tiene una discoteca en el sector de Pinar del Río y otros locales en Los Patios y La Libertad. Todo el seguimiento lo apunta a él como uno de los más involucrados en ese delito”, explicó la fuente.

De Wilson Trillos se conoció que es dueño de un bar ubicado en un reconocido centro comercial, en la zona céntrica de Cúcuta. Hasta este lugar llegaron los investigadores para capturarlo, la semana pasada.

Mientras que Yhizley Pedraza, al parecer, se encargaba de buscar a las menores de edad para convertirlas en presas de este negocio ilegal.


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Extraoficialmente se conoció que la mujer, presuntamente, delinquía junto con Milangela Julieth Durán Silva, más conocida como ‘Mila’, de 29 años; su hermana Wendy Mishel Durán Silva, de 27, y su mamá Omaira Elena Silva Gómez, de 60, a quien le dicen ‘La Osa’, capturadas en agosto de 2021, involucradas en un proceso judicial por el delito de trata de personas.

“‘La Yiya’ trabajaba con esa familia. Ella buscaba niñas de los colegios ubicados en la ciudadela La Libertad para atraparlas y ofrecerlas a los clientes. Es una red bien estructurada y con muchas personas detrás”, recordó la fuente.

Los tres detenidos fueron presentados ante un juez y se espera que en las próximas horas les definan si van a la cárcel o no.


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