Fundamentados en el trabajo de grado de unas estudiantes de la facultad de Ciencias Agrarias y el Ambiente de la seccional de la Universidad Francisco de Paula Santander, el Concejo adoptó el barbatusco como árbol insignia de Ocaña.
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Asimismo, los miembros de la corporación fijaron el Miércoles Santo de todos los años como fecha especial para impulsar los productos elaborados con esa especie nativa.
En la exposición de motivos las universitarias, Margarita Isabel Gómez Serrano y María Parra Muñoz, explicaron que las plantaciones juegan papel importante en la conservación de las cuencas hidrográficas y en la gastronomía de la región, ya que la flor alimenta a muchos comensales.
“El objetivo es generar una estrategia para la siembra masiva en las reservas forestales protectoras de la cuenca hidrográfica del río Tejo. Son mecanismos activos participativos de las comunidades, la sociedad civil y la institucionalidad”, afirmó Gómez.
Para tomar esta decisión, se llevaron a cabo una serie de talleres y mesas de trabajo con instituciones y ambientalistas, quienes se comprometieron a sacar adelante las iniciativas.
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“Es importante desde el punto de vista cultural, gastronómico y turístico ya que organizará la feria en Semana Santa donde se promocionará los productos elaborados con ese árbol, aparte de la protección a las fuentes hídricas”, recalca María Isabel Parra.
El apoyo fue unánime por parte de los miembros de la corporación, ya que considera que Ocaña contará con un árbol para la representación en los distintos eventos.
En esa línea, el concejal José Fernel Peñaranda indicó que es importante adoptar iniciativas de gente joven que busca el cuidado de la naturaleza.
“Desde la academia se propende por la protección del medio ambiente”, precisó.
Por su parte, Mario Castellanos Chinchilla, asegura que se estaba en mora de implementar estrategias ambientales.
“Es un gran aporte al medio ambiente y de paso se promociona la gastronomía y el turismo en la región”, recalcó.
El barbatusco es una especie con valor cultural que aporta beneficios para el correcto funcionamiento de los ecosistemas de la región.
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A través del tiempo se ha visto afectada debido a la disminución de individuos en diferentes zonas del municipio de Ocaña a causa de la progresiva deforestación por la expansión de la frontera agrícola y el sector ganadero.
La gran riqueza que aporta el declarar como árbol emblemático de la ciudad al barbatusco se evidencia, con particular énfasis, en sus aportaciones a nivel gastronómico.
Es una comida perteneciente y única de la región desde tiempos inmemoriales, incluso desde la época de los indígenas como se narran en las crónicas.
En la actualidad, en Ocaña se sigue usando en Semana Santa, la flor del llamado barbatusco para preparar un alimento típico, según indica el presidente de la Academia de Historia, Luis Eduardo Páez García.
Además de proteger al medio ambiente, se recupera un rico patrimonio histórico y cultural que se viene perdiendo, pues las nuevas generaciones nunca han comido esa flor.
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Ese día se pueden llevar a cabo eventos gastronómicos de la comida tradicional ocañera en torno a la flor del barbatusco, así como exposiciones de comida experimental con esta flor como pueden ser hamburguesas, pizas, lasaña, empanadas, pastelitos, sushi, comidas rápidas, pastelería, dulcería y otro tipo de platos y bebidas, entre otros.
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