Las acostumbradas trabas
En julio del año 2017 un juzgado ordenó al municipio de manera perentoria la adquisición de un lote y a la gobernación de Norte de Santander la asignación de los recursos necesarios para el traslado inmediato del plantel educativo.
Los trámites se hicieron, pero algunas inconsistencias en la matrícula inmobiliaria en la oficina de Catastro e Instrumentos Públicos malogró la compra.
El hijo de esa tierra, médico cardiólogo Jorge Lemus Lanzziano, rebajó el predio avaluado en 160 millones de pesos, a 100 millones para facilitar el proceso, pero la solución se ha dilatado.
El abogado, Ángel Eduardo Chinchilla Durán, asegura que fueron muchos los tropiezos y por ahora es incierto el rumbo de los recursos gestionados por el congresista Ciro Rodríguez ante el Ministerio de Educación Nacional para la nueva sede educativa.
La mandataria de esa época, Miriam Prado Carrascal, solicitó facultades al concejo para la compra de un bien inmueble con destino a la construcción de la infraestructura educativa.
“Como un baldado de agua fría cayó entre la comunidad de Otaré, la decisión del concejal Savier Sánchez Ojeda de hundir en primer debate el proyecto que buscaba dar trámite a la aprobación en aras de mejorar el ambiente escolar de más de 500 estudiantes y que los alejaría de ser el escudo de la estación de policía acantonada en ese corregimiento, ubicada al lado del centro educativo”, anota el profesional del derecho.