Se apagó la voz del apóstol de la radio
El obispo emérito de la Diócesis de Ocaña, monseñor Jorge Enrique Lozano Zafra lo califica como un apóstol de la educación quien se dedicó a la reconstrucción del tejido social a través de los aires autóctonos.
Alfredo Vergel Solano desde muy joven expresó su vocación de servicio hacia las comunidades y en el año de 1969 se ordenó como sacerdote cumpliendo una misión pastoral en los municipios de la provincia de Ocaña, zona del Catatumbo y sur del departamento del Cesar.
Posteriormente se vinculó al magisterio y tomó la decisión de colgar los hábitos para emprender la vida laical. En el año 1988 obtuvo la dispensa de la Santa Sede y un año después contrajo matrimonio con la joven Martha Cecilia Vergel Martínez de cuya unión tuvo tres hijas, todas profesionales.
Una de las grandes pasiones era la radio y el domingo 17 de febrero de 1974 emitió el primer programa ‘Progreso campesino’ para difundir las manifestaciones artísticas de los habitantes de la región.
Cuando iba a celebrar la misa y sacramentos a las veredas de los municipios de Río de Oro y González, los campesinos le pedían permiso para tocar música carranguera y bailar. Allí descubrió el talento existente entre esa población y entonces se le ocurrió la idea de hacer un programa desde los campos.
Inicialmente, adecuó los corredores del Colegio Monseñor Pacheco, donde extendía cables y salían al aire en vivo y en directo. Eso fue en el año 1974 cuando empezaba a tomar fuerza el programa que permaneció al aire durante tantos años, agrega.
Vergel Solano igualmente combinaba esa pasión de la radio con la docencia y obtuvo la pensión luego de orientar clases de religión, ética y valores en el Instituto Técnico Industrial, Normal Superior y el Instituto Tecnológico Carlos Hernández Yaruro del corregimiento de la Ermita.
El programa incluso tuvo un paso de 4 años por TV Ocaña coordinado por Dagoberto Carrascal Villegas y de donde salieron muchos talentos como Alexis Franco, ya fallecido, Crisanto Rangel y muchos jóvenes que han estudiado música a nivel nacional.
Se sentía orgulloso de esas agrupaciones musicales, ya que fortalecía el núcleo primario de la sociedad. “Lo importante es la integración familiar porque ahí toca el papá, la mamá, los tíos, los primos como ocurre con el niño ciego Camilo Montaguth que demuestra sus habilidades para tocar el requinto a pesar de la dificultad visual”, indicaba el maestro.