A María Adelaida Puerta le ha tocado representar dos de los personajes femeninos más fuertes y polémicos en la televisión colombiana: Catalina y la “Perris”.

Con el primero, en Sin tetas no hay paraíso, abordó el tema de la prostitución, y en el segundo, con El Capo, el sicariato.

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Llevaba siete años por fuera del país, viviendo en México, y acaba de regresar para afrontar un nuevo reto: la grabación de la cuarta temporada de El Capo, en esta ocasión para la plataforma de streaming Paramount +.

Con un look totalmente diferente al de hace unos años, María Adelaida no confirmó si en la serie seguirá siendo la Perris (teniendo en cuenta que su personaje murió en la segunda temporada) o asumirá otro rol. La actriz paisa habló acerca de su momento actoral.

En algún momento se habló de que se había retirado de la actuación...

“De la actuación no me he retirado, me fui a vivir fuera durante siete años a México y trabajé un poco en televisión y con proyectos en teatro, que fue lo que realmente estudié y es lo que me gusta, estuve creando y explorando manifestaciones artísticas, con base a la actuación.

Allá me dediqué mucho a la yoga y la sanación sonora, a través de las vibraciones, algo que siempre fue alterno a mis procesos creativos.

Igual procuraba venir a cada año y estar en alguna producción, estuve en El Inquisidor, para RCTV, y también en la película El caso Watson, que fueron proyectos muy puntuales, de poco tiempo y regresaba a México, pero ahora sí me estoy estableciendo de nuevo en Colombia”.

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Están repitiendo Sin tetas no hay paraíso, una producción de 2006, que significó ese proyecto en su vida?

“Ha sido muy bonito recordar lo que pasó, recientemente hicimos un reencuentro virtual porque hay mucho cariño entre nosotros. Fue uno de esos proyectos inolvidables para todos, fue una delicia estar ahí, significó mucho para mi carrera, porque me dio reconocimiento, la gente supo quién era yo, porque en ese entonces era muy de teatro, nunca había estado en un proyecto de esas dimensiones y me dio proyección internacional”.

¿Qué tanto sigue conectada con Medellín?

“Es la tierra en la que quedó mi placenta, es donde están las raíces, mi familia, allá me quedan buenos amigos y amigas, así que cada tanto me pego mi pasada por Medellín, una ciudad deliciosa, sus montañas la hacen un gran lugar”.

¿Siempre quiso ser actiz?

“De niña, de adolescente, me gustaba mucho estar detrás de cámara y explorar, en mi casa había una cámara semiprofesional y nadie la sabía usar y yo fui aprendiendo y explorando, luego estudié Comunicación Social, hice la mitad de la carrera solo porque me gustaban las materias que tenían que ver fotografía y producción audiovisual, me gustaba mucho el teatro, tomaba talleres y llegó el momento que decidí enfocarme en eso y dejar el sueño de ser directora de cine, y encontré esta otra pasión tan linda, que me llevó a través de los personajes a exportar mi ser, la actuación te lleva a deshacerse de muchas cosas tuyas y recibir mucho del personaje”.

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¿Por qué su nombre en redes sociales y en el correo electrónico es Violeta en rojo?

“Violeta en rojo hace muchos años, antes de practicar yoga y meditación, eran colores que me llamaban la atención, en especial esa mezcla, y luego años después cuando comencé a meditar me di cuenta de que son colores que representan centros energéticos, el rojo es el primer centro energético, (los chacras), y el violeta es el tercer ojo, también significa transmutación intuición y sanación”.

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