La muerte de Jesús Alberto López Silva, de 24 años, dentro de un calabozo del CAI Belén, donde permanecía preso, esta llena de muchas interrogantes y que hasta ahora la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) no tiene ni una sola respuesta clara.

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Ni si quiera los policías que tienen a cargo la custodia de los 35 presos que permanecen en una de las celdas de esas instalaciones, se dieron cuenta de lo sucedido. Los uniformados se enteraron porque los mismos reclusos fueron los que dieron aviso de que López Silva no tenía señales de vida.

Según el reporte policial, el domingo a las 12:40 del mediodía, cuando uno de los patrulleros estaba llamando a los presos uno por uno para entregar las raciones de comida del día, los detenidos le comentaron al uniformado que Jesús Alberto, estaba en la hamaca donde dormía, sin moverse y sin respirar.

De inmediato, el comandante de guardia a cargo, alertado por su subalterno, coordinó con varias unidades policiales y la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brihno), para sacar a todos los presos y hacer una inspección del lugar, así como la inspección técnica.

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Se conoció de forma preliminar por parte de las autoridades, que el hombre ya contaba con problemas respiratorios y, al parecer, era un consumidor frecuente de marihuana, por lo que las primeras hipótesis de su muerte hablarían de una posible sobredosis, pues no había heridas con armas blancas o contundentes.

Sin embargo, y pese a que en el reporte inicial se dice que fue encontrado sin indicios de violencia, todavía es necesario esperar el informe detallado de Medicina Legal, para saber las causas de su muerte.

¿Qué se dice al respecto?

De forma extraoficial, este medio conoció que, al parecer, el cuerpo del occiso contaba con heridas superficiales en algunas partes de su cuerpo, y el primer reporte que llegó a la unidad judicial decía que lo habían encontrado colgado.

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“Al principio, el reporte fue porque estaba colgado, ya luego dijeron que había sido encontrado en la hamaca donde dormía. Por otro lado, aunque el cuerpo no tenga heridas graves, había sido arañado en varios lugares del cuerpo. Hay que esperar lo que diga Medicina Legal, pero por ahora el hombre pudo haber muerto naturalmente, como lo pudieron haber matado”, aseguró una fuente judicial.

Pero lo extraño para algunas autoridades judiciales es cómo entran droga a una celda donde permanecen 35 personas presas, sin que ningún policía se dé cuenta y luego se registre una muerte y tampoco alguien se haya dado cuenta.

Un pasado complicado

Jesús Alberto López había sido detenido en varias ocasiones por diferentes delitos. En 2016, cayó por hurto calificado en menor cuantía, en 2020 por lesiones personales y el hurto a un vehículo que transportaba gaseosas, junto con un menor de edad, robándose $1.500.000. Y en enero fue detenido por hurto calificado.

En redes sociales los familiares expresaron el dolor que sentían por el vacío que dejaría Jesús Alberto y exigieron que se esclarecieran los hechos de su muerte.

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