Cúcuta y los municipios que componen su área metropolitana sufren a diario el azote de tres bandas criminales (Clan Úsuga, Los Rastrojos, Disidencia de los Úsuga), los robos de algunos grupos de delincuencia común y la cultura arraigada, por su condición de frontera, de la explotación del contrabando de todo tipo de productos, traídos desde Venezuela y entre los que se destaca, como es apenas obvio, la gasolina.

Además, en los últimos meses, la ciudad ha visto cómo las bandas criminales han recurrido a la utilización de menores para la comisión de delitos de alto impacto, como homicidios, con el fin de burlar a la justicia y evitar que sus integrantes adultos sean judicializados y condenados a penas que los obligarían a ir a prisión por muchos años.

Frente a este panorama, la Policía Metropolitana de Cúcuta, al mando del coronel Jaime Barrera Hoyos, ha enfocado gran parte de sus energías en lograr la desarticulación de las bandas criminales que operan en la región y que nutren sus finanzas del negocio del narcotráfico, así como en llevar a la ciudadanía a una mayor integración con la fuerza pública para evitar algunos delitos o para fortalecer los procesos judiciales contra aquellos que los cometen.

La Opinión entrevistó al coronel Barrera para conocer el balance de lo que fue el trabajo de sus hombres el año pasado y lo que se ha planeado para el presente.

En Cúcuta, la gente tiene la impresión de que todos los días asesinan a alguien. ¿Es esto cierto?

No, no es así. Si miramos las cifras de los homicidios registrados durante el 2015, encontramos que en la ciudad fueron asesinadas 174 personas, 8 menos que en el 2014. Es una cifra alta, sin duda, pero que sigue con tendencia a la baja, pues en el 2012 fueron 345, en el 2013 se llegó a 261 y en el 2014 a 182.

¿Qué está haciendo la Policía para evitar que se presenten homicidios en la ciudad?

Estamos fortaleciendo nuestra capacidad investigativa para lograr capturar a los sicarios que cometen estos asesinatos por orden de las bandas criminales. El año pasado logramos enviar a la cárcel a 76 personas acusadas de homicidio. Con estos sicarios tras las rejas se lograron salvar muchas vidas.

Es una cifra muy alta de homicidas…

Sí, pero eso obedece a una nueva estrategia de las bandas criminales, que ahora decidieron pagarles un sueldo de 1.400.000 pesos a sus sicarios, maten o no durante ese mes. Así las cosas, ya las muertes no son por encargo sino que cualquiera de estos individuos, bajo la premisa de que tiene un sueldo fijo, puede cometer un homicidio si su jefe así lo determina.

La lucha entonces debe ser contra las bandas criminales…

Así es. El año pasado realizamos 8 operaciones contra estas bandas, que dejaron 119 de sus integrantes detenidos y 25 más notificados por nuevos delitos en prisión. El Clan Úsuga fue el más que capturas sufrió, con 97, seguido de Los Rastrojos con 22.

Otro delito del que la gente se queja con frecuencia es el hurto. ¿Qué resultados hubo a este nivel el año pasado?

Durante el 2015 capturamos en Cúcuta y su área metropolitana a 5.010 personas, de las cuales 1.325 fueron por hurto, es decir, casi 3 diarias. En esas 5.010 capturas también hay 877 por porte de estupefacientes, 345 por porte ilegal de armas, 364 por lesiones personales y 460 por un delito que nos duele mucho: violencia intrafamiliar.

¿Todas esas personas fueron enviadas a prisión?

No, y ese es un problema. De las 5.010 personas capturadas, solo 692 fueron enviadas a prisión y 274 recibieron domiciliaria. Ello implica un desgaste para nosotros como institución, pues vemos cómo muchos de los capturados vuelven a delinquir a los pocos días, bien sea por el sistema judicial que tenemos o por la falta de denuncias de las víctimas.

¿Qué hacer entonces?

Para este año vamos a implementar un sistema de recompensas por denuncias de delitos menores, con el ánimo de que las personas que sean víctimas o tengan conocimiento de la comisión de alguno de estos delitos, denuncie y con ello podamos fortalecer los procesos judiciales en contra de los delincuentes.

Un tema que preocupa a la ciudadanía es la cantidad de menores aprehendidos por diferentes delitos. ¿Qué cifras hay a ese nivel?

Este es un tema muy delicado que merece la mayor atención posible por parte de todas las instituciones del Estado. Durante el 2015 aprehendimos a 397 menores por delitos como hurto (116), porte de estupefacientes (79), porte de armas (42), violencia intrafamiliar (32) y homicidio (2), entre otros. Además, sufrimos la fuga de 19 de estos menores del centro dispuesto por la ley para su reclusión.

¿Qué hacer para evitar que tantos menores cometan delitos?

Se hace necesario que todas las instituciones del orden nacional, departamental y municipal, creen estrategias que logren convencer a los menores y sus familias de que el delito no es una opción de vida. Pero esto tiene que ser de una manera atractiva, pues las bandas criminales, con sus ofertas de dinero, son una gran tentación para aquellos jóvenes que no estudian, que desde que se levantan de la cama en las mañanas quedan libres, sin hacer nada.  

Y para contrarrestar los delitos en la ciudad, ¿Cuál es el plan este año?

Una de las estrategias que queremos implementar es el fortalecimiento y aumento de los frentes de seguridad ciudadana. Actualmente tenemos en Cúcuta 163 y al finalizar el año queremos tener 350. Una comunidad unida contra el delito, es la mejor ayuda que podemos tener.

Además de la ciudadanía, ¿con quién más se piensan apoyar?

Con los taxistas. Queremos que ellos sean una red de apoyo para nosotros. Contar con 5.500 personas en las calles de la ciudad, las 24 horas del día, advirtiéndonos cuando vean alguna irregularidad o guiándonos cuando algún bandido está en fuga, sería un apoyo enorme para mis hombres.

Y ayudas tecnológicas, ¿también tendrán?

Sí. Este año se van a instalar más cámaras de seguridad en la ciudad y dispondré de 75 hombres, 25 por turno, para su seguimiento las 24 horas del día. Además, crearemos la sala PUMA (Plataforma Única de Monitoreo y Análisis) en la que, a través de medios tecnológicos, podremos luchar con más eficacia contra las bandas criminales y la delincuencia común.