Los habitantes de los sectores aledaños a la estación de Policía de Tibú han recibido una advertencia a través de panfletos y mensajes de WhatsApp sobre posibles ataques armados, por lo que se vieron obligados a dejar sus casas solas y buscar refugio, mientras que otros decidieron confinarse dentro de sus viviendas.
La amenaza de los violentos fue puntual: "se retiran o no se hacen responsables por lo que pueda ocurrir".
Desde la noche del domingo, se conoció que varias familias alistaron maletas y salieron con rumbo a Cúcuta en busca de familiares que les brindara protección y ayuda, así como organismos territoriales que les garanticen sus derechos.
La Opinión conoció que la Defensoría del Pueblo ha recibido hasta este miércoles, las declaraciones de 11 pobladores que conforman 3 núcleos familiares, quienes salieron despavoridos de Tibú. A eso se suma que 106 pobladores, pertenecientes a 39 núcleos familiares también huyeron de Arauca con rumbo a Cúcuta.
“Muchos no denuncian por miedo a represalias pero abandonaron el pueblo, otros se ampararon en el socorro de vecinos de otros sectores lejos de la estación de policía, unos pocos se confinaron sin ni siquiera salir a la tienda. Esto es como estar en guerra”, dijo un habitante de la zona.
El llamado de la Defensoría
Jaime Marthey, defensor de Pueblo en Norte de Santander, aseguró en entrevista con La Opinión que la situación es verdaderamente compleja y pidió a las demás entidades no dar la espalda a estas familias.
“Estamos atendiendo y acompañando a los afectados. Pero el llamado es para las entidades de Alcaldías y Gobernación para que asuman la responsabilidad legal que les compete frente a la atención de todas estas víctimas”, dijo el defensor Marthey.
El funcionario de la Defensoría añadió que precisamente han hecho alertas tempranas sobre lo que ocurre en Tibú y en el Catatumbo, por lo tanto, las entidades responsables de entregar los presupuestos para dicha atención deben estar listos y así no terminar revictimizando a las personas al no atenderlas en la debida forma.
Por ahora, en la Defensoría del Pueblo han logrado coordinar con entidades de cooperación internacional, quienes han proveído a las familias los medios para poderse ubicar, movilizar y establecer en Cúcuta a salvo.
¿Quién está detrás?
En Tibú, un imperio del terror ha impuesto la disidencia del Frente 33 de las Farc, son ellos quienes en cualquier momento generan hostigamientos a los uniformados de la Policía y el Ejército, sin importar que alrededor de la estación residen familias ajenas al conflicto armado, que por lo que ocurre cada día allí, se niega a desaparecer de esa zona.
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