En medio de una cotización histórica para la carga de café colombiano, con un valor superior a los $2.200.000, el precio del dólar que en medio de las fluctuaciones ha alcanzado cifras por encima de los $4.900, una prima de calidad diferencial del grano de exportación fuerte, un contexto internacional atravesado por la guerra en Ucrania y los pronósticos sobre una recesión generalizada, se prepara la versión 86 de la Cumbre Cafetera, que se realizará en Cartagena el próximo 3 y 4 de noviembre de 2022.
Gustavo Andrés Gómez Montero, director ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Café (Asoexport), indicó que la cita de este año servirá para resolver inquietudes claves como la visión del sector para los próximos años, los altos precios del café y cómo los conflictos internacionales han afectado los costos de producción y mano de obra; así como los retos de la industria que marcarán tendencias en los próximos años.
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“La realidad de hoy indica que las lluvias señalan una tendencia de menor crecimiento en producción. Sin embargo, los altos precios internacionales marcan un valor de cosecha histórico. Asoexport, como responsable del 72% de la comercialización, contribuye a llevar la bonanza producida por los precios internacionales a las zonas cafeteras del país”, señaló el dirigente gremial.
¿Qué viene para el precio del café?
A juicio del director ejecutivo de Asoexport, el precio internacional del café dependerá del comportamiento de la oferta y la demanda y su futuro estará determinado por lo que suceda con el clima en Brasil (cuya producción cayó alrededor de un 20%, casi lo que produce anualmente nuestro país) y lo que ocurra con el fenómeno La Niña en Colombia, factores que van a incidir en el comportamiento de los cafés especiales y el mercado internacional.
“Colombia viene de tres años de lluvias, aspecto que sumado a otros factores han generado una disminución en la producción de café, pasando de unos niveles de 14 a 12 millones de sacos de 60 kilogramos”, puntualizó el dirigente gremial.
Esto sumado a una situación de mercado inverso, comportamiento inédito por años en los mercados bursátiles, generan retos importantes en la comercialización de café.
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“Lo que estamos viendo ahora es que la posición de entrega de café a diciembre tiene mejor precio que la de marzo del próximo año, lo cual genera presiones para los exportadores y comercializadores; esto se convierte en un llamado a ser cautelosos en las compras y al mismo tiempo tomar medidas para no quedarse con gran cantidad de inventarios”, explicó Gómez Montero.
También falta ver cómo se va a comportar la cosecha colombiana durante los últimos meses del año. Los promedios mensuales dan cuenta de una producción de 900 mil sacos, que corresponde a la estadística normal con tendencia a la baja. Con los vientos sobre una posible recesión económica mundial, surge la duda sobre si disminuirá o no el consumo de café en el mundo.
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La pandemia de COVID-19 mostró que el consumo de café se trasladó de las oficinas a los hogares, sin que el consumo disminuyera, pero no es predecible lo que ocurrirá si la economía global contrae gravemente de nuevo.
Por supuesto que en este contexto el café colombiano no es ajeno lo que ocurre con la economía mundial y el reto de la Cumbre Cafetera en su versión 86, es analizar esos fenómenos internacionales y definir la hoja de ruta que marcará el rumbo del sector en el futuro inmediato y en el mediano plazo.
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