La calidad del grano de café que se produce en Norte de Santander ha ido subiendo su calidad a nivel nacional e internacional hasta posicionarse entre los mejores.
Los caficultores han adoptado mejores técnicas, se han apalancado de la tecnología y las herramientas a su servicio, y de a poco, la región- por dónde llegó el cultivo al país – comienza a ganar protagonismo.
Recientemente Domingo Torres, caficultor de Ragonvalia, ganó el primer lugar en cuatro de las cinco categorías del Concurso Nacional de Calidad Colombia Tierra de Diversidad.
Ricardo Mendoza, Director Ejecutivo del Comité de Cafeteros de Norte de Santander, habló con La Opinión y nos contó cuál ha sido la razón del protagonismo del grano de la región en los últimos años.
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¿A qué se debe el crecimiento que ha tenido el sector cafetero de Norte de Santander?
Sin duda alguna, hay que resaltar la labor que hace el caficultor, pero también es importante destacar el trabajo que se hace desde la Federación Nacional de Cafeteros, especialmente con la garantía de compra y la promoción y publicidad, porque ayuda a fortalecer el proceso de la caficultura en la región y se abren espacios como el que se ha logrado en el concurso Nacional de Calidad. El acompañamiento que desde la institucionalidad cafetera es muy importante.
¿Qué le significan a Norte de Santander los premios de calidad que ha logrado?
Trae muchas cosas positivas para el departamento porque nos pone el radar y es materializar también todo ese trabajo y toda esa política institucional que venimos haciendo desde la Federación Nacional de Cafeteros y el Comité Departamental de Cafeteros del Norte de Santander. También permite lograr aliados estratégicos y un trabajo articulado hacia el futuro.
¿Desde cuándo se empezó a ser protagonistas en los concursos de calidad?
Desde 2019. Ese año ganamos un primer puesto con el caficultor de Bucarasica Miguel Fernando Pérez en el atributo de acidez. Luego ya en pandemia, en 2021, ganamos con Domingo Torres, en dos tributos, exótico y suavidad y en 2022 se ganó en cuatro atributos (Acidez, Cuerpo, Balance y Exótico).
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¿Qué hace especial al café de Norte de Santander?
Tiene unas condiciones particulares que el mercado ya las reconoce y las aprecia muchísimo y eso es muy positivo para todo el sector. Aquí se puede conseguir un café, prácticamente, con todos los atributos.
¿Cómo califica el momento que vive el sector cafetero en Norte de Santander?
Estamos en un momento muy interesante, muy positivo. Esa articulación y ese trabajo conjunto con la institucionalidad para desarrollar una serie de programas y proyectos pertinentes, nos ha dado la posibilidad de ir recuperando área cafetera.
¿Qué tanto jalona la caficultura la economía del departamento?
Al día de hoy son aproximadamente 16.000 familias cafeteras las que tenemos establecidas en 36 municipios de los 40 municipios de Norte de Santander. Además, tenemos aproximadamente 23.000 hectáreas que producen hoy día un estimado 26 millones de kilos café pergamino seco, y eso en cifras económicas a precios de referencia podríamos decir que la caficultura del departamento mueve unos $650.000 millones. Se está generando unos 16.000 empleos directos y en épocas de cosecha podemos estar hablando de más de un millón y medio de jornales.
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¿Cuáles son las proyecciones que tienen como comité?
Seguir teniendo una dinámica de renovación para que nuestro parque cafetero continúe siendo productivo y competitivo, y dentro de ese plan estratégico también se tiene planteado a mediano plazo tener mayor área de caficultura tecnificada joven. También es importante seguir fortaleciendo ese programa de cafés especiales. Estamos haciendo las cosas bien, pero nos queda un camino importante por recorrer por lograr ese mayor posicionamiento por generar dinámicas comerciales mucho más robustas. También necesitamos el fortalecimiento de la asociatividad, porque creo que podemos generar unas dinámicas económicas significativas.
¿Qué trabajo están haciendo para atraer a los jóvenes?
Es todo un reto para nosotros. Queremos que los jóvenes se queden en su entorno natural con condiciones dignas, impulsados por un amor al oficio y que no se nos vayan a la ciudad eran engrosar eso cordones de miseria. Trabamos en iniciativas para que hagamos que el joven vea en la caficultura, una opción para seguir en el campo. Ese en un trabajo articulado.
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