Colombia puede aprovechar una serie de oportunidades para su transformación productiva y hacer frente a eventos globales que están impactando sus procesos de producción, según un nuevo informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El estudio “Nuevos Horizontes de Transformación Productiva en la Región Andina” analiza las oportunidades de Colombia y los países vecinos en cuatro sectores: agricultura, encadenamientos productivos, servicios e industrias extractivas.
La ratificación del Acuerdo de París en 2021, reafirmó el compromiso mundial por revisar esquemas tecnológicos y productivos para atenuar el cambio climático. A esto se suma la aceleración de los procesos de digitalización y automatización, así como la invasión de Rusia a Ucrania, que también ha repercutido sobre las economías alrededor del mundo.
Finalmente, la crisis del COVID-19 aceleró esta transformación y ha generado un retroceso en indicadores socioeconómicos, como el aumento de la pobreza en Colombia (35,7% en 2019 a 39,3% en 2021, según cifras del DANE), que aún no logran recuperarse de los impactos de la pandemia.
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Según el estudio publicado por el BID, la agricultura se perfila como un sector con alto potencial en Colombia: mientras que el PIB del país cayó fuertemente en 2020, el sector agropecuario creció a una tasa del 2%. Para catalizar mayores oportunidades de diversificación y expansión, añade el informe, este sector debe abordar retos de larga data asociados a la baja productividad. Por ejemplo, expandir el acceso a la energía, al agua y la interconexión vial en el país generará beneficios agrícolas a la economía. Además, un aumento del 10% en la superficie regada conduciría a un incremento del 3,3% en la producción.
Ante el desafío del cambio climático en Colombia y para aumentar la productividad, el BID sugiere fortalecer la capacidad de investigación y la transferencia tecnológica orientada a la pequeña agricultura y reforzar los servicios de información agroclimática y de mercado, al igual que monitorear las metas de mitigación y adaptación.
En cuanto a los encadenamientos productivos, Colombia aún tiene un camino por recorrer hacia una mayor integración, que, en la mayoría de los casos, se da en los eslabones menos avanzados de la cadena de producción. El actual escenario global abre la posibilidad de que el país mejore su participación en las cadenas globales de valor.
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El informe considera que para lograr integrarse en las cadenas de valor uno de los elementos clave consiste en atraer inversión extranjera directa. Como miembro de la Alianza del Pacífico, Colombia está bien posicionada para la atracción y facilitación de inversiones. La creación de ProColombia, la agencia de promoción de exportaciones, ha facilitado la inserción de las empresas locales en las cadenas globales de valor.
El estudio considera que el sector de servicios es dinámico y con tendencia a generar empleo a largo plazo. De acuerdo con estimaciones del BID, solo en Colombia este sector tiene el potencial de contribuir con 1,7 millones puestos de trabajo adicionales para el año 2050, de los cuales 90 mil serían en el sector de servicios modernos, como la programación computacional o la subcontratación de procesos empresariales y de conocimiento, entre otros
Con respecto a la transformación de las industrias extractivas, Colombia debe asegurarse que se genere valor compartido entre la industria, las comunidades que habitan las áreas mineras, la ciudadanía, las administraciones locales y otros sectores económicos.
Además, el proceso de descarbonización tiene el potencial de aumentarla demanda de metales como cobre, níquel y grafito, por lo que sería provechosa una mayor exploración de estos metales en Colombia.
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