Nació en Fonseca (La Guajira), en la comunidad del Resguardo indígena de Mayabangloma. Su ancestro es wayú. Tiene 46 años y se ha formado bajo los parámetros de su etnia. Ha puesto su liderazgo en función de la educación y de la defensa de los intereses de su gente. 

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El  Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS) le dio el aval para su precandidatura a la Presidencia dentro del Pacto Histórico. En estos días estuvo en Cúcuta y en sus intervenciones expuso los temas de gobierno que en que se ha comprometido. 

La Opinión la entrevistó. Ella es Arelis María Uriana Guariyú.

¿Qué le ofrece usted a Norte Santander en una gestión de gobierno?

Norte de Santander necesita tres líneas de acción urgentes: parar la guerra, industrialización y energías limpias. Primero, es urgente parar ya la guerra que convirtió la frontera entre Colombia y Venezuela en una zona roja que cada día empeora más. Segundo, promover rápidamente la industrialización de Norte de Santander, impulsando la industria local (cueros, telas, servicios) bajando los costos financieros y ofreciendo créditos muy blandos para el emprendimiento que pueda impulsar el desarrollo de la economía y la creación de empleo. Y, tercero, toda la base de esta industrialización se hará transitando a las energías limpias, sobre todo, la energía solar que abarata los costos de producción industrial y de la canasta familiar.

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¿Apoya un restablecimiento de las relaciones entre Colombia y Venezuela sin reparar en las diferencias ideológicas de gobierno?

-Lo primero que vamos a hacer en el gobierno del Pacto Histórico es parar esa especie de ‘guerra fría’ que creó Iván Duque contra Venezuela y que tanto ha perjudicado la economía y las familias de los dos países. Sin importar quién gobierne, Colombia no sólo restablecerá las relaciones diplomáticas y consulares con Venezuela, también restablecerá el intercambio comercial con el país vecino para reactivar una economía regional fronteriza compuesta por más de 13 millones de personas de los dos países a lado y lado de la frontera. Hablamos de una economía más grande que la de Bogotá.

¿Cree posible las negociaciones con el Eln para un acuerdo de paz?

-No sólo creo posible, es indispensable negociar con el Eln y todos los actores armados de la zona. Hay que detener ya las mafias alrededor del narcotráfico y sólo va a ocurrir hasta que llegue el gobierno del Pacto Histórico, que tiene voluntad genuina para detener la guerra y lograr una era de paz en la rica tierra de Norte de Santander.

¿Cuáles cambios requiere el Congreso?

Hay un consenso en que Colombia debe realizar una reforma política para ampliar la democracia y lograr que los sectores de la sociedad se vean representados. Esa reforma debe contar con la participación de la sociedad civil, los expertos y sobre todo, debe fundarse en un “acuerdo sobre lo fundamental” entre todos los sectores políticos aunque pensemos diferente. 

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¿Cuáles serían los temas a reformar?

Primero se deben establecer las listas cerradas en cremallera para todas las corporaciones, lo que reduce el clientelismo y asegura la participación de la mujer. También hay que garantizar la financiación mayoritaria de las campañas por parte del Estado para evitar la corrupción electoral. Se debe crear el Registro Único Nacional de afiliados a partidos, lo que abre la puerta para la ampliación de la democracia dentro de los partidos. Y, finalmente, es necesario también ampliar el número de curules de circunscripción especial para que indígenas y afros tengan mayor representación en el Congreso.

¿Cuáles serían cinco propuestas prioritarias de un nuevo gobierno liderado por el Pacto Histórico?
 

1) Implementar el Plan de emergencia para La Guajira y el Chocó (salud y nutrición urgente).
2) Iniciar el desarrollo de una economía agroindustrial en Colombia que nos permita retornar 5 millones de campesinos a sus tierras, producir toneladas de alimentos con apoyo en créditos e industrialización del Estado, generando empleo y una potente economía que rápidamente mitigará el hambre en el país con alimentos más baratos y abundante sembrado en Colombia.

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3) Iniciar el tránsito a las energías limpias.  Colombia debe iniciar la sustitución de los combustibles fósiles rápidamente para mitigar el cambio climático.
4) No al fracking. Hay que parar ya la destrucción de páramos y cuerpos de agua para sacar los ‘cunchos’ del petróleo.
5) Hacer un sistema de metros eléctricos y reactivar la red férrea nacional que proveerá el cambio del modelo de movilidad del país por uno más limpio y eficiente al tiempo que agiliza el intercambio económico.

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