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Editorial
¿Otra Parada?
Luego es obvio que el estrene de la infraestructura de Tienditas contenga un elemento de alejar cualquier posibilidad que el espacio público aledaño sea invadido.
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Martes, 20 de Diciembre de 2022

El título no es para estigmatizar ni para comparar a La Parada, en Villa del Rosario, con el caos o con una zona en donde la ley poco opera. Sin embargo, en este proceso de reapertura de la frontera colombo-venezolana, bueno es que se evite trasladar los problemas que golpean a ese punto hacia el sector donde termina el puente de Tienditas, en Colombia.

El orden y la ley es lo que debe imperar y no el desorden y las ‘reglas’ de quienes creen que en la zona limítrofe no existe ni dios ni códigos que regulen la convivencia, por los pésimos resultados que esto acarrea.

Recordemos, que este viaducto de 35 millones de dólares que va a reemplazar a los ya vetustos puentes Francisco de Paula Santander y Simón Bolívar, para todo lo relacionado con el cruce de mercancías de importación y exportación entre los dos países, ‘aterriza’ en el Anillo Vial Oriental, en una zona que está teniendo un alto desarrollo urbanístico e institucional.

Luego es obvio que el estrene tanto de la infraestructura de Tienditas como del nuevo capítulo en las relaciones binacionales, contenga un elemento de alejar cualquier posibilidad que el espacio público aledaño sea invadido y convertido en un sector en donde aparezcan organizaciones al margen de la ley que se nutren con los movimientos de frontera.

Es entonces indudable que hasta se piense, proyecte y defina desde ya una estación policial y un puesto de control militar de carácter permanente, para que adelanten diversas misiones.

Una, garantizar la seguridad a quienes cruzan por el puente binacional. Otra, combatir a las  organizaciones de contrabando. Además, prevenir que se instalen ventas ambulantes y estacionarias en estos puntos, al igual que cambistas, arrastradores y carretilleros. Igualmente, efectuar operaciones de presencia y control, con patrullajes en que se  exijan documentos y se sepa quienes entran y quienes salen, para mantener a raya a las organizaciones ilegales.

Una frontera ordenada, segura y beneficiosa para todos es la idea que debe primar en este nuevo pasaje, porque de lo contrario lo que se hará es simplemente ‘trastear’ un problema y darles la posibilidad a las bandas criminales, a los traficantes de personas y a la delincuencia en general, que cuenten con otro escenario para hacer de las suyas.

Eso no puede permitirse. Y sobre ese aspecto habrá que esperar como se vuelve realidad esta precisión de la dirección regional de Invías: “Tienditas es una zona de atención fronteriza, es una estructura que tiene un ejemplo a nivel de América Latina y queremos hacer de eso unas instalaciones que cumplan con todos los requerimientos”.

El alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez, al expresar la inquietud sobre el futuro de esa área que también toca a la ciudad, habló de que allí habría una especie de ‘portón’, aunque en realidad se tratará de otro tipo de esquema inicial y en el cual el Instituto Nacional de Vías tiene previsto invertir $2.300 millones para el cerramiento del perímetro y la construcción de  puntos de control.

No dejar nada al azar y evaluar todo lo que pueda afectar o deteriorar la reapertura gradual  y ordenada de la frontera y proceder a anticiparse a las situaciones adversas, es lo recomendable, aparte de que las autoridades también tienen que ejercer los controles debidos de manera rigurosa y sin dar el brazo a torcer.

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