La inflación se constituye en uno de los principales retos económicos que debe enfrentar el nuevo Gobierno Nacional y para ello deberá atenuar el crecimiento de la tasa de intervención del Banco de la República a su más baja expresión cuantitativa; es decir, a un máximo de crecimiento del 0,25% en lo que resta del segundo semestre de 2022.

Así lo aseguró Henry Amorocho, profesor de Hacienda Pública y Presupuesto de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, quien recordó que el reciente informe del DANE reveló un Índice de Precios al Consumidor de 10,21%, la cifra más alta en 22 años.

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Amorocho señaló que, de igual manera, la administración de Gustavo Petro deberá actuar con políticas que incentiven el aumento de la producción agrícola, para aminorar el empuje de los precios de los alimentos; y colocar el ojo visor al crecimiento de los precios de la energía, sobre todo en las dos empresas que recién obtuvieron la concesión de este servicio en la costa atlántica.

El economista manifestó que, aunque el Banco de la República había estimado un aumento para el 2022 de 3%, en lo que va corrido de los siete primeros meses del año registra un 7,97%, por lo que se refleja un incremento de 165%, respecto al rango meta del Emisor.

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Para Amorocho, “lo que observamos es un desacertado manejo de la junta directiva del Banco de la República en su función de velar por el sostenimiento de la capacidad adquisitiva de la moneda, ya que, si comparamos la inflación con el mismo periodo del año anterior, que fue del 3.97%, el incremento se ubica en un 150%”.

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