La conmemoración del 8 de marzo ha sido desde el año 1909, un día en el que se enaltece el coraje, la fortaleza y valentía de las mujeres en su lucha por la igualdad de género sin estereotipos ni violencia, se reafirman sus derechos y se visibilizan por medio de diferentes manifestaciones.
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Ser mujer militar es una vocación y un estilo de vida
“Siempre con la bendición de Dios a donde vaya”
Así como los más de 240.000 hombres y mujeres militares de Colombia, la subteniente Juliana Carmona Franco defiende a diario la soberanía de Norte de Santander y protege a la población civil.
“Siempre me gustó lo que hacía el Ejército por el país y dije que también quería ser parte, quería aportar mi granito de arena para defender la soberanía. Entré en el 2015 y me gradué en el 2019”, expresó Carmona.
Luego de dos años y medio de comandar la tropa del Ejército en Ricaurte, Nariño, Juliana llegó a la ciudad de Cúcuta para apoyar a la Trigésima Brigada convirtiéndose en la subteniente y única mujer del Arma de Caballería Orgánica del Grupo de Caballería Mecanizada No.5 General Hermógenes Maza.
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Servir al Ejército siempre ha sido un tema de discusión, pues se cree que es una profesión en la que solo los hombres deben estar, por lo que romper con este tabú fue el reto más grande para la oficial.
“No solo me demuestro a mí misma sino que le demuestro al resto de hombres que hacen parte de esto que si podemos ejercer las diferentes funciones que por muchos años solo las han hecho ellos. Podemos ocupar cargos como oficiales de armadas, entrar al desarrollo de operaciones, tener el mando directo con solo hombres, estar en un escuadrón o en un pelotón teniendo las mismas capacidades y desempeñándonos en muchas labores”, añadió Juliana.
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Ser mujer militar
Los principios y valores de estas mujeres deben ser el aspecto más importante de sus vidas diarias, pues de ellos depende el amor con el que desarrollan sus actividades y la perdurabilidad en la institución.
“Debemos tener honor que es lo que impide faltarle a la institución y a uno mismo, la transparencia, el respeto y la lealtad, al igual que aquellos valores con los que uno viene de casa, la ética y la moral, además, para ser mujeres militares tenemos que tener vocación para perdurar y hacer los sacrificios que la labor requiere teniendo claro que esto no es un trabajo, es un estilo de vida. Para mi esta es la carrera más bonita que uno puede elegir porque es muy abnegada y de mucha resiliencia, saber que uno deja de lado su familia de sangre para venir a tener otra familia con la que se pasa más tiempo”, comentó Carmona.
Según la coronel Jhasmin Mora Cuellar, jefe del Departamento de Comunicaciones Estratégicas del Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, más de 9.680 mujeres conforman el pie de fuerza femenino de dicha institución.
“Mi coronel me envió a hacer una Operación de Acción ofensiva y estuve 8 días en una emboscada en zona rural de Cúcuta, cerca de la frontera con Venezuela. En esas emboscadas uno está un poquito más cerca del enemigo, sabe a qué va y que es lo que vamos a hacer, pero yo creo que todas las carreras tienen su peligro y su sacrificio”, concluyó la subteniente.
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Un estilo de vida
Ser militar es una de las profesiones en la que a diario se está en contacto directo con el peligro, pero para Juliana esto no es un problema, para ella, estar en el Ejército y servirle a la población civil es su estilo de vida.
“Si yo tuviera la oportunidad de volver a elegir sería militar una y mil veces porque no hay nada más bonito que servir al país, estar acá y saber que uno está aportando algo para garantizarle a la población civil seguridad, tranquilidad, libre movilidad entre otros factores. No hay descripción cuando salimos a la calle o estamos en el área de operaciones y la gente nos agradece por lo que hacemos, los niños pasan y nos saludan, es ahí cuando pienso que el regalo más bonito que recibimos es el cariño de la población hacia nosotros los militares”, aseveró Juliana.
Aunque para salir de las instalaciones del Ejército, si es el pelotón de motos usa Body Armor, rodilleras, coderas, casco y guantes como protección en caso de una caída.
O si es en vehículos como camionetas, Humvees o blindados en los que salen con chaleco, fusil y casco, para Carmona, se necesita también la protección divina.
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“Yo siempre soy muy católica y muy creyente. El riesgo está en todos lados, a usted le puede pasar algo saliendo de su casa o saliendo de acá de una operación. Mi coronel me envió a hacer una Operación de Acción ofensiva y estuve 8 días en una emboscada en zona rural de Cúcuta, cerca de la frontera con Venezuela y en esas emboscadas uno está un poquito más cerca del enemigo, sabe a qué va y que es lo que vamos a hacer, pero yo creo que todas las carreras tienen su peligro y su sacrificio. Entonces desde que uno vaya con Dios y haga las cosas bien no siento ese miedo de ser militar, la voluntad de Dios es perfecta”, concluyó la Subteniente.
Además, junto con el grupo de Manejo de Artefactos Explosivos – MARTE, durante el paro armado del ELN, realizaron la detonación de artefactos explosivos de diferentes lugares del departamento como Pamplonita, Vía Sardinata y El Zulia.
Equilibrio familiar y laboral
Muchos empleos en Colombia cumplen con el Artículo 161 del Código Sustantivo del Trabajo en el que se establecen 42 horas a la semana como jornada laboral y normalmente los fines de semana libres a excepción de algunos casos.
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Para Carmona, este tiempo no corresponde a su labor, pues debe ejercer sus funciones en periodos de 5 meses seguidos y 1 mes de descanso por lo que solo 2 meses al año está con su familia en Antioquia y 10 meses con su familia del Ejército en Cúcuta.
Sin embargo, cuando no es subteniente sino una civil más, disfruta de la compañía y tiempo de calidad con sus seres queridos.
“Cuando estoy en mi casa suelo pasear mucho, ir al mar, salir con mis amigos, disfrutar con mi familia ya que uno está varios meses del año sin ellos, y cuando voy a la habitación pues como todos, descansar. También me gustan los caballos, en mi casa cuando tengo el tiempo monto y cuando salgo a pasear me movilizo en moto, me gustan mucho, de hecho, acá soy comandante de un pelotón de motos”, expresó Carmona.
Sin duda una labor que enaltece a la mujer y las capacidades que estas tienen para desempeñarse en los diferentes ámbitos laborales no solo en el Ejército, sino también dentro de la Policía, en los hospitales, oficinas administrativas, labores domiciliarias y demás oficios que realizan a diario.
Mujeres se suman al liderazgo de la región.
Las organizaciones comunales han ido en aumento en los últimos años, donde gran parte de las integrantes de estas juntas son mujeres.
“Ya no somos solamente secretarias, se ha fortalecido la participación de las mujeres en los cargos directivos, en las federaciones y confederaciones”, comentó Martha Maldonado, presidenta de Fedecomunal.
Aunque se ha propiciado la equidad de género en los diferentes espacios de participación en la región, se sigue evidenciando hacia la mujer obstáculos por parte de los hombres.
“Algunos compañeros aun no aceptan que estemos al frente de una organización, aún seguimos con los temas de machismo”, agregó Martha.
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Aun así estas mujeres a diario siguen realizando sus labores con amor y dedicación en sus diferentes funciones logrando llegar a nuevos escenarios gracias a su liderazgo y sentido de pertenencia.
“Actualmente contamos con 45 mujeres defensoras de Derechos Humanos, ya no somos solo comunales”, argumentó la presidenta.
Martha Maldonado tuvo la oportunidad de dirigir la Mesa de Protección y Prevención a líderes comunales en el Congreso de diciembre de 2021 en el departamento del Meta, llevando la participación de la mujer a otras regiones del país.
Así es como poco a poco las mujeres abren espacios dentro de los diferentes ámbitos laborales, sociales y políticos, enalteciendo sus labores y capacidades contribuyendo a la toma de decisiones y el desarrollo de Norte de Santander.
“El día de la mujer no es una fiesta, es la conmemoración de unas mujeres que entregaron su vida para la lucha de nosotras, por lo tanto debemos seguir ese ejemplo para poder avanzar y apropiarnos de los diferentes espacios”, concluyó Martha.
Redacción: Angie Barbosa
Practicante / La Opinión
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