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La elección de presidente
El voto es libre y cada ciudadano debe decidirlo según su conciencia o sus convicciones.
Sábado, 16 de Junio de 2018

El derecho de los colombianos a elegir tiene este domingo una seria prueba. Es el voto de los ciudadanos para Presidente del período 2018-2022. 

Es una decisión sobre el futuro mismo de la nación. 

Una  decisión política con la cual se fortalece o se debilita la democracia, se le abren las compuertas al odio, al revanchismo, al abuso de poder y a la complicidad con la corrupción, o se impulsa una corriente de cambio, que sea de justicia sin escamoteo, de equidad, de trasparencia, de igualdad de oportunidades, de convivencia, de respeto a las diferencias, de educación para todos, de trabajo con remuneración adecuada, de libertad de opinión y de apertura  a las relaciones de amistad y cooperación con las otras naciones. 

Es la disyuntiva respecto a un Gobierno que se sintonice con el Estado social de derecho o que se base en el extremismo de la arbitrariedad.

Colombia ha pasado por experiencias negativas de gobierno en su historia. 

Y lo deseable es que no se continúe en la repetición de las frustraciones que se han padecido. 

No puede ser más de lo mismo, así se pongan en el balance resultados que si bien aportan utilidades a algunos sectores no corresponden a los anhelos de un bienestar general.

El voto es libre y cada ciudadano debe decidirlo según su conciencia o sus convicciones. 

Pero importa también que sea ajeno a los prejuicios o no se someta a las presiones del odio o de la intimidación que se infunde a punta de mentiras intencionales. Y de esto está contaminado el proceso electoral en curso.

La propaganda que busca estigmatizar al candidato Gustavo Petro es una trampa sucia. No es el aventurero que dibujan sus opositores. Ha demostrado seriedad en sus propuestas, coherencia en sus juicios, sensatez en sus argumentos, dialéctica en los contenidos de su discurso y realismo en la sustentación del programa de Gobierno. No es demagogo, ni embaucador, ni populista que busque llevar a Colombia a un modelo socialista inviable. Sabe que la igualdad es posible sin caer en totalitarismo pernicioso, que es el modelo de quienes se aferran a una sociedad clasista basada en el monopolio de la riqueza para un reducido círculo de patrones mezquinos.

Lo que conviene a Colombia es un Estado que asuma la democracia como carta de navegación. Democracia aplicada a todo y que sea barrera contra toda forma de corrupción y de degradación de los actos oficiales de Gobierno. Democracia para consolidar la paz y hacer de la política un ejercicio de ideas y de emprendimientos en beneficio de todos. Democracia para educar y garantizar la salud. Democracia para preservar la seguridad ambiental y articular la libertad a la vida en sus diversas expresiones.

No es hora de retaliación, ni de regresión, ni de engaño, ni de trampas. Es el tiempo de darle a Colombia un Gobierno de aciertos donde la ganancia sea colectiva.

Puntada

Pasadas las elecciones lo que sigue es trabajar en las soluciones pendientes a problemas que no deben alargarse más.

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