En el momento en que el presidente Santos en el curso de la semana comparó la zona del Catatumbo con la zona del Bronxs en Bogotá, no se equivocó, no fue un lapsus, ni siquiera fue una ligereza en su apreciación, no, dijo lo que es lo que en realidad desde hace muchos años han pensado de esta zona del Norte de Santander muchos mandatarios desde la capital. Por estos días los campesinos en el país marchan porque consideran que después del paro agrario del año 2013, los acuerdos que se pactaron, lo acordado, no se ha cumplido. Por eso es que en más de 5 departamentos del país los campesinos vuelven a marchar, porque se sienten engañados, como han sido engañados en los últimos 70 años, y quizás han sido más años de engaños en la historia del país; cuando el presidente Santos comparó a los campesinos del Catatumbo con los bazuqueros, ladrones y extorsionistas de la zona del Bronxs de Bogotá, ellos se sintieron ofendidos porque saben que en realidad eso es lo que piensan desde Bogotá de esta zona, y así los han tratado, al campesino como un bazuquero y por eso el Catatumbo es una zona marginal.
Por esa forma como piensan los presidentes de Colombia de lo que son los campesinos en el Catatumbo, los de Urabá y también los del Cauca, de que en esas zonas el campesino comercializa bazuco y droga, y por eso hay que tratarlos como a los del Bronxs, por eso es que hay violencia en el país desde hace muchos años, y por ello, una vez se firme la paz en la Habana, no va haber paz, porque los presidentes seguirán tratando a los campesinos como a los habitantes del Broxns, no como campesinos.
Pero eso de que en el Catatumbo maten campesinos, que se hayan presentado masacres, que los jóvenes en vez de ir a un colegio o a una universidad terminen como raspachines de coca, que haya enfermedades, que no haya maestros, eso no interesa en la Casa de Nariño; aquí están más preocupadas es de las últimas encuestas en la que la popularidad del presidente sigue bajando. El presidente Santos que ha sido un aristócrata, le interesa cuidar su imagen, su popularidad, así la economía no esté bien, así el petróleo nos alcance por sólo seis años más, así haya inseguridad, así hayan matado dos campesinos en el curso de la semana. En realidad, eso no interesa, ni que en el Catatumbo hayan aumentado los cultivos de coca y la violencia; eso no interesa, lo más importante son las encuestas de baja de popularidad del presidente. Eso sí preocupa.
Los presidentes para gobernar comúnmente dicen muchas mentiras, como que el país va bien, que no hay problemas en la economía, que la inseguridad ha bajado, y muchas otras más, o como la última que dijo Santos después de la embarrada, que “en el Catatumbo habita gente buena y trabajadora”; no, él rectificó, pero en realidad el presidente allá en sus reflexiones en la Casa de Nariño cuando lea algún informe, o alguno de sus cercanos le hablen del paro de campesinos del Catatumbo, él que vivió durante 10 años en Londres, seguirá pensando que eso del Catatumbo es una olla igual a la del Bronxs y por eso hay que sacarlos a la fuerza. Por eso en el país no será fácil que encontremos la paz, porque después de la firma en la Habana, desde la Casa de Nariño seguirán creyendo que el Catatumbo es una olla igual al Broxns.
Con el episodio de esta semana al presidente se le salió decir una de sus verdades, de lo que en realidad él piensa; con la reacción de los campesinos con sus desafortunadas palabras, Santos debe estar sorprendido, no sabía, él creía de verdad que cuando le hablaban del Catatumbo eso era igual que el Broxns en Bogotá, él creía que esa era otra olla. Bueno, a Santos el proceso de paz por lo menos le ha servido para diferenciar entre la olla del Broxns y la del Catatumbo, eso ya es algo.