A finales de la década de los 70 China lanzó la política de natalidad debido a la gran superpoblación, entonces tenía mil millones de habitantes, el doble respecto a 1949. Según esta política, la pareja solo podía tener un hijo, con fuertes multas para los infractores. Si los padres no podían cubrir las altas multas los hijos no tenían derecho a la identidad y sin identificación no podían ir al colegio ni al médico, ni vivir dentro del país.
Ante las fuertes críticas por el alto número de abortos y esterilizaciones forzosas, en 2016 el país asiático abrió la oportunidad de que las parejas podían tener hasta dos hijos, si así lo querían. Pero esto no fue suficiente para reactivar la natalidad debido a la disminución de los matrimonios, la fertilidad tardía de las mujeres que privilegian su carrera profesional, el exceso del número de hombres en relación con las mujeres y el incremento del costo de vida. Esto demuestra que el crecimiento económico fomenta la reducción de la natalidad.
Esta semana el mundo fue informado sobre la decisión del gobierno chino de permitir que las parejas pueden tener hasta 3 hijos si así lo desean. Este importante giro en la política de natalidad se da después de conocerse el 10 de mayo los resultados del censo realizado en 2020, los cuales muestran el rápido envejecimiento de su población y las fuertes caídas en las tasas de natalidad. Esto, indudablemente representa un desafío social y económico.
Según el censo el 18.7 por ciento de la población supera los 60 años, situación de alarma pues en China la jubilación es a los 59 años. Esto llevó al Parlamento en el pasado mes de marzo a votar un plan para aumentar gradualmente la edad de jubilación en los próximos cinco años.
Aunque China, la segunda economía del mundo, sigue siendo el país más poblado del planeta (1.411 millones de habitantes), su diferencia con India (1.380 millones) cada día disminuye. En un tiempo menos de lo esperado China puede perder este liderazgo poblacional. ¿Esto afectará su futuro crecimiento? China e India albergan el 36 por ciento de la población mundial (7.800 millones).
Bien pudiéramos decir, como han cambiado los tiempos, los hijos que antes merecían un castigo en un país pobre, ahora son bienvenidos a un país rico con múltiples atenciones como subsidios.
