Lo que queda de esta campaña a la alcaldía de Cúcuta (ya hablaré de la gobernación) es el manejo sucio y abyecto que se le dio a través de las redes sociales al debate político. Porque no hubo debate sino un cruce indiscriminado de calumnias, de infamias, de vulgaridades.

Nadie recuerda una sola frase inteligente de ningún candidato, una sola propuesta convincente, un solo documento fundacional.

Lo que se recuerda es el fotomontaje que le hicieron a Carlos Luna, el video alterado (de una escena de la película El hundimiento, sobre los últimos días de Adolfo Hitler) que se burla de la campaña de Jorge Acevedo y la página falsa de La Opinión contra los hermanos Cristo.

Los tres candidatos punteros: Carlos Luna, Jorge Acevedo y César Rojas, no lograron purificar los métodos de discusión y permitieron que sus seguidores (con o sin órdenes directas) enlodaran de la manera más repulsiva la imagen del candidato de la competencia.

Todos fueron víctimas de las redes sociales. Todos tenía un J.J. Rendón (un tal Lizcano, un tal Murillo) que, con la bajeza oportunista del alma luciferina,  vomitaban en facebook o en el micrófono, la dosis diaria de excremento verbal.

¿Que ningún candidato dijo en campaña una frase memorable? No es cierto. Rafa Romero fue el único que habló del escenario que le espera a Cúcuta y el departamento en el posconflicto.

Rafa Romero, de la Unión Patriótica, y que representa la pureza de la izquierda (y no esa izquierda burocrática, oportunista y vacía, de Charles Torres) se lució con inteligencia en todos los debates al punto que sus mismos contendores lo aplaudieron con respeto.

Pero mucho me temo que en una ciudad como Cúcuta, con alto índice de desempleo y pobreza, pero que por sus calles circulan automóviles de 700 millones de pesos, va a ser elegido la peor opción.

O sea, el que más plata gastó, o, dicho de otro modo, el que  más plata pidió para la campaña. Porque hay políticos que, como putas prepago, se entregan de piernas abiertas al que más plata ofrezca.

Por eso en esta campaña circuló mucho dinero. Lo invertido por los tres candidatos citados más arriba puede ascender fácilmente a unos 55 mil millones de pesos. Con esa plata se solucionan los problemas que ellos mismos prometen resolver si son elegidos.

¿Entonces, por quién votar? Con César Rojas la alcaldía se traslada a  La Picota. Con Jorge Acevedo la alcaldía se va para Tu Kanal y a los bolsillos de Jensy Miranda. Queda Carlos Luna cuyo único defecto es la gente que lo rodea. En cambio, para la gobernación, no existe este problema: Judith Maldonado es la mejor opción. Pero es el electorado el que debe elegir con cuál soga se quiere ahorcar. O, con cuál llave abre las puertas de la libertad.