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Annus horribilis
La postpandemia mostró el gravísimo daño económico que produjeron las medidas para su manejo. La pandemia duró dos años.
Sábado, 17 de Diciembre de 2022

2022 se verá con el tiempo como el año en que, haciendo un parangón con la química, se “precipitaron” de manera instantánea varios eventos geopolíticos que llevaban muchos años acumulándose. Es el primer año de la postpandemia del covid, de la invasión de Rusia a Ucrania, en que Xi Jin Ping volvió a maomizar a China, del último año de la guerra fría con la llegada de Alemania y Japón como países remilitarizados, de la muerte de la Reina Isabel II y la probable salida de la Commonwealth de países como Australia y Canadá, del debilitamiento del poder unilateral de los Estados Unidos, él mismo enredado en una polarización provocada por un “progresismo” desmentido por los hechos, el año donde el calentamiento global, cada día más preocupante sufrió un retroceso por la geopolítica y por los errores de políticos “progresistas” como Angela Merkel al permitir la dependencia energética de Europa de Rusia, es el año de la reaparición de la inflación de la mano del gasto público con deuda de los países en la pandemia y la amenaza de una nueva recesión mundial, el año en que Latinoamérica se entregó al populismo de izquierda.

La postpandemia mostró el gravísimo daño económico que produjeron las medidas para su manejo. La pandemia duró dos años, sus efectos económicos duraran mucho más. La pandemia del covid y la pandemia del progresismo se unieron para tomar medidas “populares” que hoy se están pagando caro. Como lo dijo un analista de Foreign Affairs, llegó el fin del dinero mágico.

Rusia invadió la Crimea ucraniana en 2014 y después las regiones separatistas del Donbás, pero no siendo eso suficiente en 2022 invadió con la ayuda del subalterno bielorruso el resto de Ucrania bajo una política fascista de desaparecer un estado y una cultura. Occidente respondió apoyando a Ucrania, impulsados por una nueva Alemania con “necesidad” de rearmarse ante la tibieza gringa y hoy los rusos empiezan a abandonar Jerson en el Donbás y Ucrania ya ha atacado en Crimea, mostrando que el famoso poder militar ruso era más discurso que realidad. El criminal de guerra Putin ante su intento fallido ha intentado doblegar la resistencia ucraniana bombardeando líneas vitales afectando a toda la población civil. Y ante semejante demostración de brutalidad, el gobierno Biden insiste en pedir negociación. El apaciguamiento gringo es vergonzoso pero afortunadamente Europa hoy tiene otra vez voz cantante.

El milagro chino logrado con la apertura de la economía de mercado hoy muestra señales de enfriamiento y el líder chino Xi Jin Ping, ante esa decisión que tenía que llegar, de profundizar la democracia para sostener el crecimiento económico, ha optado por dar marcha atrás y volver a las raíces maoístas. ¿Volverá China a la era de la economía planificada o la masa de clase media que ya se formó se enfrentará al modelo de estado que quieren montar? Hay que recordar que mientras la economía funciona, la política no importa mucho al ciudadano, pero cuando la economía se afecta la política se vuelve tumultuosa. Veremos en qué queda el experimento económico chino. Y ante su bravuconada militarista, como en Europa en Asia países como Japón, Corea del Sur, Australia, Singapur o India no esperarán el guiño estadounidense, actuarán según su riesgo y Estados Unidos se adherirá o no. Ahora sí, el mundo es multipolar.

La muerte de Isabel II será el fin de la Commonwealth, hoy en manos de un rey con una imagen muy disminuida. Y el mundo avanza peligrosamente a pasar el umbral de no retorno del cambio climático, cuando la extremista Rusia juega a volver el petróleo un arma política y amenazar con guerra nuclear. En la medida que Occidente renuncie a su defensa de un mundo libre, los poderes autoritarios avanzaran.

Y América Latina sigue pérdida en su laberinto ideológico y la anti-historia, creando de la mano del populismo de izquierda narcoestados como México, Venezuela y Colombia. Annus horribilis.

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