Las organizaciones sociales y de salud que conforman el Pacto Nacional por la Salud y la Vida rechazaron el plan de apertura del Gobierno Nacional que le da vía libre al regreso de todas las actividades sociales, económicas y culturales en el país y pidieron la suspensión inmediata de dicha autorización.
Según las organizaciones, en pleno tercer pico, que ha sido el más grave de la pandemia en el país, con las camas UCI saturadas y con la perspectiva de que las muertes por COVID-19 continuarán creciendo, “no es posible aceptar esta medida que parece un castigo más que un beneficio para la economía, la salud y la vida de la población”.
“Abrir todo tipo de negocios, actividades sociales, culturales y deportivas en las ciudades no hará más que aumentar los contagios y seguir presionando los servicios de alta complejidad porque no hay una respuesta adecuada de control y prevención de la pandemia desde el comienzo”, indicó el Pacto.
El pacto hizo una especial crítica al mecanismo que creó el gobierno para determinar el momento en que una ciudad puede avanzar en la reapertura. Con el índice de Resiliencia Epidemiología, que medirá coberturas en vacunación, ocupación de camas UCI y seroprevalencia, se determinará el nivel de aforos que se permitirá en una ciudad.
Sin embargo, el pacto asegura que abrir las ciudades con un índice débil o inaplicable generará confusión en la población.
“Abrir las ciudades como se está proponiendo es absurdo, porque el mensaje de hacerlo por ciclos de acuerdo con un índice débil o inaplicable genera confusión. Mucha gente creerá que ya no hay restricción alguna si aplican las supuestas medidas de bioseguridad y aislamiento. Este es un camino al desastre, no es la respuesta adecuada a un problema de salud pública de estas proporciones”.
Las organizaciones del pacto critican que el índice medirá el nivel de vacunación cuando el plan va lento y ha sido desigual debido a las diferencias socioeconómicas en el país. “A pesar de decirse que se ha cumplido el Plan Nacional de Vacunación, ninguna de las grandes ciudades ha pasado el 10%”, indicaron.
También criticaron que se vaya a medir la seroprevalencia del virus, “pues es un criterio muy inespecífico y no es claro para entender la dinámica poblacional de la pandemia”.
Y en tercer lugar, mencionaron que el índice medirá la ocupación de camas UCI, cuando esta no mide “la angustia de quienes esperan una cama hace días o mueren en sus casas”.
En ese sentido, el Pacto por la Vida y la Salud aseguró que lo que se requiere es una respuesta territorializada y priorizada, en donde se aplique correctamente la estrategia PRASS: Pruebas, Rastreo y Aislamiento.
“Debe haber real identificación y seguimiento, pruebas, aislamiento, pero también vacunación masiva y territorial en las ciudades, en forma de anillos espaciales, como han hecho otros países y propone la OMS”, indican, pidiendo que se refuerce la respuesta y el seguimiento en las casas y en los hospitales, con el fin de bajar la presión en las unidades de cuidado intensivo.
Además, pidieron que el gobierno apoye cuanto antes la suspensión de patentes de vacunas, que promuevan una producción regional de biológicos y que amplíen la compra de vacunas con aquellas producidas en países como Rusia o Cuba.