Cuando a Alexandra Acevedo le dijeron que su cita de medicina interna sería a través de una videollamada la invadieron muchas dudas. Y como no tenía internet en su casa, el día de la cita fue hasta la de su hija para recibir la consulta.
Habló con el médico, le contó sus dolencias y este le dio su diagnóstico y las indicaciones a seguir; al colgar, Alexandra se sintió extraña, pues era la primera vez que estaba en una consulta médica sin asistir a un consultorio.
“La idea no es mala, y más aún cuando estamos en esta situación en la que debemos cuidarnos por ese virus (la COVID-19), pero cuando uno no cuenta con las herramientas necesarias, es casi imposible poder contar con este servicio”, dijo.
Y es que la emergencia sanitaria ha obligado a las entidades de salud a tomar nuevas medidas en su forma de atención, con el fin de no exponer al riesgo de contraer la COVID-19 a sus usuarios al salir de casa.
De esta manera se agiliza la atención sin riesgo alguno, y se disminuyen los tiempos de consulta médica para los pacientes, los trámites administrativos y desplazamientos, y se asegura la disponibilidad del concepto ‘especialistas a distancia’.
Hay escepticismo en muchos usuarios
(En muchos casos, los usuarios prefieren la consulta presencial porque se sienten más tranquilos.)
Sin embargo, no todos los usuarios han estado de acuerdo con estas medidas, pues aseguran no contar con las herramientas necesarias para acceder a la telemedicina.
Nicolás Salazar, quien es veedor de salud, dijo que no está de acuerdo con esta medida pues le parece impersonal y con poco tiempo de atención. Además, considera que se pierde una de las tareas del médico que es observar al paciente y tomarle los signos vitales básicos.
Dijo también que ha descubierto que, aunque la consulta es virtual, los demás trámites, como reclamar medicina y pedir autorizaciones, en algunas EPS se deben hacer de manera presencial, lo que le significa a la persona hacer un traslado y exponerse de la misma manera como si fuera a la cita presencial.
Asimismo, cuestionó que algunas EPS no hagan videollamadas, sino llamadas, lo que puede generar más desconfianza en el paciente y sentirse desplazado.
Y es que no todos los casos han sido experiencias positivas, María Peñaloza, de 65 años, también cuestionó este tipo de atención, pues contó que en tres ocasiones sacó cita médica y se quedó esperando la llamada.
“Me dijeron que un doctor me llamaba y yo me quedé esperando porque nunca se comunicaron y al pedir una explicación, quienes asignan las citas no supieron qué responderme. Finalmente me quedé sin que el médico me atendiera”, dijo.
Su consulta, aunque no la consideraba una urgencia, sí la creía necesaria, pues luego de un fuerte golpe en una rodilla, requería atención.
“No fui a urgencias por miedo a todo lo que está pasando y con remedios caseros me alivié, pero no es justo que jueguen con los pacientes de esa manera”, cuestionó Peñaloza.
Salazar aseguró que, aunque la medida sirve para beneficiar a los médicos, los usuarios se sienten desfavorecidos con esos planes de contingencia.
“Nos toca hacer filas en las calles y nos exponemos de igual manera al contagio. La virtualidad ha sido para comodidad y beneficio de los médicos y las entidades, pero no para los usuarios. Es por eso que estos prefieren, en muchas ocasiones, la consulta presencial”.
Para Karim Nader, médico cirujano, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad del Rosario y quien es especialista en telecomunicaciones y presidente de Advance Telemedicine Solutions Corporation, hay vacíos en este sistema de atención.
En el más reciente webinar de la Asociación Colombiana de Pediatría se dijo que con lo que respecta a la salud durante la emergencia, se ha generado una ansiedad en pacientes, médicos y entidades de salud.
Por ello, ha habido un deterioro en la calidad de la atención médica primaria y especializada; además, se ha presentado un retraso marcado en la atención, diagnóstico y resolución a tiempo de las patologías y un alto represamiento en los procedimientos.
y así se lograría evitar que muchas personas se automedicaran y creyeran más en los sistemas de salud.
En el caso de Colombia, el Ministerio de Salud y Protección Social expidió la Resolución 2654 de 2019, que reglamenta la Ley que desarrolló esas actividades y define los parámetros para la práctica de la telemedicina.
Según la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (Acemi), el país cuenta con 739 IPS (Instituciones prestadoras de Salud) habilitadas con 2.062 servicios bajo la modalidad de telemedicina.
La resolución reglamenta la telesalud, compuesta por la teleducación, la teleorientación y el teleapoyo, así como las cuatro áreas de la telemedicina, que son a las que podrán acceder de mejor manera los usuarios.
Lo que dice la ley
Debido a la situación generada por el coronavirus, el Ministerio de Salud de Colombia expidió un documento donde recopila y hace recomendaciones necesarias para la prestación de los servicios de salud apoyados en la telesalud y especialmente en la prestación de servicios bajo la modalidad de telemedicina interactiva.
Dice el texto que “durante el término de la emergencia sanitaria declarada por el Ministerio de Salud y Protección Social, con ocasión de la pandemia derivada del coronavirus y con el fin de facilitar el acceso a los servicios de salud, los prestadores de servicios de salud deberán implementar plataformas digitales accesibles con estándares básicos de audio y video que permitan el diagnóstico y seguimiento del paciente”.
Aseguran que todo rige bajo lo establecido en la Ley 1581 de 2012 y en la Ley 527 de 1999 y sus decretos reglamentarios.
Además, ordenó limitarse al manejo de medidas técnicas, humanas y administrativas de seguridad con las que cuenten los prestadores de servicios de salud, siempre que la finalidad sea proteger derechos fundamentales a la vida digna y a la salud de los pacientes.
Todo esto también ha permitido que se creen aplicaciones como alternativas para la prestación del servicio de salud como es el caso de Harper, una App diseñada por cinco jóvenes cucuteños con la cual buscan facilitar a las personas el acceso a la salud y de esta manera llegar a la población vulnerable para que tenga acceso al sistema de salud de manera fácil y con un excelente servicio, contribuyendo a que las familias permanezcan en casa y protegidas de la COVID-19.