Con una inversión de 500 millones de pesos, la administración municipal de Chitagá empezó el arreglo de las vías terciarias que se encuentran en mal estado y que requieren ser intervenidas para mejorar las condiciones de vida de los productores agropecuarios.
De los 1.500 kilómetros de carreteras terciarias se van a arreglar 200 kilómetros, teniendo en cuenta que los recursos son limitados para atender toda la red al mismo tiempo.
En el inicio de la temporada de lluvias en julio de 2020, empezaron a originarse emergencias en el sector rural con derrumbes, deslizamientos y avenidas torrenciales que afectaron vías secundarias y terciarias.
En esa oportunidad la atención se centró en la vereda Carrillo, en donde los ríos Chitagá y Cáraba se desbordaron y afectaron el carreteable.
En esa ocasión colocaron en peligro el Puente Real que es patrimonio cultural de la Nación y la creciente abonó con piedras y lodo más de 200 metros en el área del puente histórico.
Al igual que ocasionaron daños en cultivos de hortalizas, duraznos y otros frutales.
Para atender la emergencia, el municipio declaró la alerta naranja en donde contaron con el apoyo de la Unidad de Gestión del Riesgo de Norte de Santander.
Acciones
El alcalde, Jorge Rojas Pacheco dijo que el municipio destinó los 500 millones de pesos para hacer los arreglos de las vías concertadas con los moradores de las veredas.
En ese proceso entre la administración municipal con los líderes comunales se determinaron los puntos más críticos que se necesitan que sean intervenidos a la mayor brevedad.
El funcionario afirmó que Chitagá está compuesta por 40 veredas que cuentan con 1.500 kilómetros de carreteras terciarias y que dadas las limitaciones presupuestales del municipio se va a intervenir los primeros 200 kilómetros.
“Son vías que están muy dañadas por la acción de las lluvias. Es oportuno empezar a arreglaras para que los productores puedan transitar sin dificultades”, manifestó el alcalde.
El mandatario sostuvo que la maquinaria hará presencia en los sectores de Hojancha, Burgua, Don Antonio, El Alizal, Ritapá y Pueblo Viejo, entre otras veredas.
Aclaró que en el diagnóstico quedó establecido que los dirigentes de las veredas van a ser veedores para que los arreglos queden de la mejor manera y garanticen la durabilidad de las intervenciones.
“Mis acciones están centradas en favorecer al campesinado, porque son los que producen los alimentos básicos que consumimos en los centros urbanos”, precisó el alcalde.
Rojas Pacheco espera que después de los arreglos, cada usuario se comprometa en velar por que las comunidades hagan buen uso de las vías y no las vayan a dejar dañar con los aguaceros.
