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Recordando “La mala hora”
Muy asustado y dada la circunstancia que soy abogado, muy alejado del estudio de la disciplina penal, tomé el código y repasé la parte general y la especial, para indagar si yo y los casi veinte mil cucuteños que leímos el pasquín difundido por la red, que mencionaba a unos magistrados del Consejo de Estado, como presuntos infractores  de la eficaz y recta impartición de justicia y otras colindantes: iríamos a ser procesados.
Miércoles, 11 de Septiembre de 2013
Muy asustado y dada la circunstancia que soy abogado, muy alejado del estudio de la disciplina penal, tomé el código y repasé la parte general y la especial, para indagar si yo y los casi veinte mil cucuteños que leímos el pasquín difundido por la red, que mencionaba a unos magistrados del Consejo de Estado, como presuntos infractores  de la eficaz y recta impartición de justicia y otras colindantes: iríamos a ser procesados. Al terminar los casi quinientos artículos sentí el mismo alivio de los millones de lectores de La mala hora de García Márquez, que al devorar el libro hasta la última página, al  cerrarlo descansan pensando que era solo una bella novela. Sí, no encontré la norma que tipifique como delito, leer pasquines en público o en la red.

Y es que hay osos de osos. Uno puede aceptar que en materias jurídicas exprese torpezas un ingeniero, o un médico, o un veterinario, o un agrónomo, o hasta un pasante de consultorio jurídico. Pero lo que no es medianamente aceptable, es que unos eminentes magistrados de las Altas Cortes, denuncien por injuria y calumnia a un modesto Concejal que lee en público un pasquín que le llegó por la red o que repartieron como confeti en el edificio de la Alcaldía de Cúcuta, por los confines de la Avenida Quinta de la ciudad y en los sitios públicos más concurridos de este “macondo” de Dios. La preocupación nos llegó a los veinte mil y más cucuteños, porque en el denuncio incluyeron a nuestro valiente veedor público Jorge Heriberto Moreno, cuya conducta ilícita se limitó a leerlo por la red y en tal situación estamos muchos.

De ahí en adelante, nos fuimos despreocupando, por que los denunciantes propalaron la noticia que le habían dado poder a un penalista, de esos que representan artistas decadentes, adictos y funcionarios y contratistas de cuello de cuello incoloro, especialistas en prescripciones y caducidad. Pero obviamente nos metieron el susto, pues el Penalista anunciado, como cualquier César Montero el personaje de la novela, mediante influencias puede fusilar de un escopetazo de falsos positivos a los veedores públicos de la ciudad, como al pobre Pastor, que era un romántico cantor del pueblo, amante de la esta amada infiel que es Cúcuta.

Además, incluir a los veedores públicos en la denuncia es un despropósito. Como ha sido un despropósito colectivo que a Jorge Heriberto Moreno, en lugar de estimularlo a que siga en su romántica lucha contra la corrupción se le persiga, por haber recuperado unos bienes inmuebles para la municipalidad valorados comercialmente en $25.000 millones de pesos y los saldos que aún no se habían robado por valor de $2.400 millones.  Ver para creer como decía el expresidente López Michelssen, y a los autores de la tropelía se les absuelve con dos prevaricatos y nadie los denuncia por físico miedo.

Cierto, como en la novela, la crisis de la justicia impide denunciar. Sabrá Acaso Montealegre que aquí hay 1400 procesos contra la administración pública engavetados y que ello se justifique en la fiscalía con el argumento que ¿solo hay dos fiscales para los mismos? Entonces la gente recurre al pasquín y al panfleto que no compartimos obviamente. Solo que lo que ha divulgado por “Radio Bemba” en Cúcuta en un 50% ha resultado cierto. ¿O, no?

La crisis estructural de la justicia, ha generado pocas credibilidades no solo en Cúcuta. Es en todo el país. En el fondo siempre esta el telón de la politización. El mismo mal de los órganos de control. Magistrados y jueces con cuotas burocráticas y contractuales.

Adenda: San Cayetano y El Zulia,  y el Distrito de riego, nunca han dimensionado el mal de la bocatoma. Deberían abrir el debate.
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