Cúcuta y San Antonio han tenido una condición especial de frontera, sus particulares economías, así como la dependencia de ambas para su funcionamiento aumentó los habitantes que confluían diariamente a comprar y vender mercancía, y que rescataban su mayor ingreso monetario de aquel sector.
La migración pendular es el proceso dinámico de intercambio cultural, económico, laboral y social que se define por migrantes que se relacionan constantemente por ambos territorios fronterizos, ya sea por encontrar mejores oportunidades o por buscar el sustento diario necesario para alimentar a sus familias.
Estas dos ciudades son espacios territoriales que han confluido durante muchos años en su accionar, llamada alguna vez como la frontera más dinámica de Latinoamérica. Hoy junto a la suerte que deparan unas precarias políticas públicas, migrantes del país vecino que viven cerca de la frontera han encontrado en Colombia su salida más cercana para sobrevivir.
Sin embargo, desde la Red de Investigación de Asuntos de Frontera (RIAF) por medio del estudio ‘Dimensiones de la migración pendular colombo-venezolana. Caso Cúcuta-San Antonio del Táchira’ se analizaron tres dimensiones que señalen la percepción de la población migratoria con las implicaciones sociales a las que tienen que adaptarse para coexistir en Colombia.