Una vez más, la Fiscalía logra demostrar que los tentáculos de los grupos armados ilegales en Cúcuta son tan largos y fuertes, que llegan a donde menos se espera. Y es que una investigación que inició la Sijín, de la Policía Metropolitana (Mecuc), el año pasado, contra una banda criminal, dejó al descubierto a una organización que surtía al Eln de munición y granadas, en esta parte de la frontera.

Todo se inició durante los primeros meses de 2020, cuando los investigadores arrancaron con las indagaciones contra presuntos integrantes de una banda criminal y en las interceptaciones telefónicas lograron escuchar que había una banda que se dedicaba a robar munición, granadas y hasta uniformes de la Brigada 30 del Ejército para vendérselos al Eln.

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Con esos primeros datos, los ‘sabuesos’ de la Sijín también decidieron seguirle la pista a esta red que comercializaba material de guerra, por eso, “cuando cayeron los 14 presuntos miembros de la organización criminal, se fortaleció la segunda investigación que llevaban”, señaló una fuente judicial.

Y fue así como lograron establecer que eran tres hombres los encargados de este ‘negocio’, quienes se identificaban con los alias de Rolón o Gordo, ‘Mono’ o ‘Churco’ y ‘Joe’ o ‘Negro’.

“Con las líneas de celulares interceptadas, se logró establecer que alias Rolón, quien era un soldado profesional de la Brigada 30 del Ejército, que estaba activo y que era el conductor de unas camionetas y camiones, se encargaba de robarse los uniformes, municiones y granadas, para luego entregarle todo a ‘Joe’ o ‘Negro’, y este era el encargado de hacérselo llegar al ‘Mono’, quien finalmente se lo vendía al Eln”, señaló la fuente.

Los identificaron rápidamente

Con esto que ya tenían, los policías se dieron en la tarea de identificar plenamente a estos tres hombres y en pocos días lograron establecer que ‘Rolón’ o ‘Mono’ era Jesús Emel Rolón Arteaga, quien llevaba más de 10 años en el Ejército como soldado.

“Como él logró que lo dejaran de conductor, cuando se movía en las camionetas o camiones NPR de la Brigada 30, se sacaba todo el material de guerra que se robaban, llevándolo a su casa, donde lo tenía hasta que se lo entregaba a ‘Joe’ o ‘Negro’”, contó la fuente judicial.

Agregó: “él estaba tan metido en ese negocio, que muchas veces usó su carro personal, aprovechando que nadie lo revisaba por la confianza que le tenían los altos mandos”.

Siguiendo con la identificación, las autoridades pudieron ver que Jhon Fredy Quina Narváez, es alias Joe o Negro. “Este sujeto era el encargado de recogerle toda la munición, granadas y uniformes que se hurtaba el soldado Jesús Rolón para luego llevárselos al ‘Mono’. Todo lo tenían muy bien organizado para no despertar alguna sospecha”, explicó la fuente.

Finalmente, el tercer integrante de esta banda es Javier Iván Castro Serrano, alias Mono, quien tenía las conexiones con el Eln para venderle todo lo que se robaban de la Brigada 30 del Ejército. “Ellos solo surtían munición de largo alcance y granadas, que es lo que más difícil de conseguir en el mercado negro”.

Este hombre, según la fuente judicial, perteneció a las extintas Autodefensas Unidades de Colombia (Auc), pero estando en la cárcel se metió en el proceso de desmovilización que se dio en 2004. “También tiene antecedentes penales por extorsión y estuvo preso en 2006”.

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Las autoridades lograron establecer que por cada bala de fusil que le vendían a la guerrilla, recibían $3.500, y por cada granada llegaban a cobrar hasta $100 mil, siendo un negocio muy rentable.

Cayeron dos cargamentos

Durante la investigación, las unidades de la Sijín lograron incautarles a la banda dos pequeños cargamentos de munición y granadas que iban a ser comprados por Eln.

El primer decomiso se dio el 23 de agosto del año pasado, cuando unidades de la Policía detuvieron un taxi y al revisarlo, encontraron 1.882 balas calibre 5.56 milímetros, gran parte de esta munición se encontraba eslabonada, que servía para una ametralladora.

En la acción policial fueron capturados José Antonio Tapias Botello y Wilmer Augusto Rangel.

El 1 de enero de este año, las autoridades se incautaron de 1.305 cartuchos calibre 5.56; cuatro cargadores para fusil Galil, 11 granadas para MGL y cuatro partes para arma de fuego de largo alcance.

“Esto le fue encontrado en el porche de la casa donde vivía Jesús Emel Rolón Arteaga. Ahí fue donde las cosas se pusieron más tensas para él, pues lo llevaron a la Sijín para identificarlo plenamente, porque él aseguró que eso no le pertenecía, que lo estaba guardando porque un amigo le pidió el favor. Luego de una entrevista quedó libre”, sostuvo la fuente judicial.

Agregó: “cuando estaba en la Sijín, llegaron varios jefes de él a conocer qué había pasado. Días después de eso, lo sacaron del Ejército. Aunque se intentó cuidar, conocimos que siguió haciendo lo mismo, pero de otra forma”.

Ante esto, las autoridades judiciales están convencidas que aún falta capturar a otros miembros de esta banda, pues saben que ellos no actuaron solos.

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Las capturas

Cuando las autoridades ya tuvieron todo el material probatorio, decidieron solicitar las órdenes de captura contra estos tres hombres, las cuales se hicieron efectivas la semana pasada.

Jesús Emel Rolón fue detenido en barrio Antonia Santos, mientras que Jhon Fredy Quina Narváez, cayó en la ciudadela El Progreso, y Javier Iván Castro Serrano fue aprehendido en un establecimiento por la avenida Las Américas.

Los capturados están siendo procesados penalmente por concierto para delinquir; fabricación, tráfico y porte de armas y municiones de uso restringido, y hurto agravado, siendo enviados a prisión.

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