Entender y seguirle el rastro a la cadena delincuencial y criminal que mantienen los grupos armados ilegales en Cúcuta no es una tarea fácil para las autoridades. Precisamente, los tentáculos de la disidencia del Frente 33 de las Farc han extendido el terror en esta zona del país, sin tener presencia directa en la capital de Norte de Santander.

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La modalidad que eligió Javier Alonso Veloza García, alias Jhon Mechas, máximo líder de esta organización, que se financia principalmente del narcotráfico, en la zona del Catatumbo y la frontera con Venezuela, para cometer atentados terroristas y poner hasta en riesgo la vida del expresidente Iván Duque, fue contratar a diferentes bandas delincuenciales para que ejecutaran los planes que sus hombres organizaban.

Así quedó demostrado con las operaciones que adelantaron unidades de la Dijín y de la Policía Metropolitana de Cúcuta, en conjunto con la Fiscalía y autoridades de Estados Unidos, que permitió la captura de los responsables del atentado con una camioneta bomba en las instalaciones de la Trigésima Brigada del Ejército y del ataque contra la aeronave en la que viajaba el expresidente y una comisión, cuando llegaba al Aeropuerto Internacional Camilo Daza, desde Sardinata, el año pasado.

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A pesar de que esto les reveló a los investigadores que la disidencia del Frente 33 contrataba a delincuentes de otras ciudades del país para que llegaran a delinquir en Cúcuta, no descartan que en este momento existan células urbanas con presencia en el área metropolitana.

“Evidentemente esto se da de las dos maneras: contratan a bandas delincuenciales, pero también hay presencia de miembros de esta organización en Cúcuta”, explicó una fuente judicial.

Sin embargo, hasta el momento no se conoce con exactitud cuántos integrantes de esta estructura ilegal estarían en Cúcuta ni en qué sectores de la ciudad estarían concentrados.

Lo cierto es que las autoridades siguen identificando y persiguiendo a los miembros de esta organización armada ilegal que ha ostentado su poder bélico.

“No hay denuncias concretas de los movimientos de estas posibles células, pero siempre se está alerta para cualquier situación que se presente y así poder llegar rápidamente al origen de los hechos”,  explicó la fuente.

Extorsión y taxis quemados

A finales de mayo de este año, las autoridades capturaron a tres presuntos integrantes de la disidencia del Frente 33 de las Farc, señalados de quemar al menos diez taxis, porque sus dueños se rehusaron a pagarles las extorsiones a ‘Richard’ y ‘Andrey’, líderes de dicha organización en el Catatumbo.

En medio de las pesquisas, los investigadores judiciales conocieron que los detenidos se reunían en una casa ubicada en el barrio El Páramo para planear la quema de los taxis.

Uno de los capturados, que fue identificado como Jhonny Alexander Morales Tovar, de 24 años, Yeikol, resultó ser cuñado de ‘Richard’.

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Precisamente, con la captura de estas personas se suspendieron los ataques contra los taxistas. Sin embargo, esto dejó entrever que en Cúcuta sí se establecieron células urbanas de esta organización.

‘Falta acompañamiento’

Diego Villamizar, defensor de derechos humanos, aseguró que la presencia de la disidencia de las Farc en el área metropolitana de Cúcuta ha aumentado, a pesar de que recientemente no han ocurrido acciones terroristas de gran impacto.
 
Insistió en que este grupo armado ilegal mantiene alianzas con bandas criminales en las diferentes comunas de la ciudad, para ampliar su presencia y tener el control territorial del microtráfico, extorsión y secuestros en los diferentes barrios de Cúcuta. 

“Las autoridades no cuentan con un acompañamiento del Gobierno nacional en materia de seguridad y de orden público. Lo que hemos conocido es que no existe una comunicación directa y constante entre las Fuerzas Militares y de Policía con el Ministerio de Defensa, por lo que no existe un acompañamiento permanente”, aseguró el defensor de derechos humanos.

Sin embargo, también reconoció y destacó los lineamientos del coronel Juan Carlos Ramírez, recientemente nombrado como comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, para disminuir los índices de inseguridad y la comisión de delitos.

“Estas estrategias para disminuir los delitos de seguridad y convivencia ciudadana a su vez han oxigenado el interior de la Policía, teniendo mayor compromiso institucional de los  miembros de la institución, por lo que invitamos a la comunidad y a los sectores sociales acompañar a la Policía”, dijo.

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