Las pasadas celebraciones de Navidad y de Fin de Año, para la familia Mostacilla, fueron igual de tristes a las que tuvieron que pasar en 2019, cuando Alan Eder Mostacilla Castañeda, uno de sus seres queridos, murió en medio de un procedimiento de la Policía de Tránsito, en el puente Jorge Gaitán Durán, de San Luis.
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El dolor no se repone. Las lágrimas y los abrazos que buscan consuelo no cesan en medio de los dolientes. Sarita, la única hija del profesor Mostacilla volvió a llorar recordando a su papá, al que perdió cuando apenas tenía 6 años.
Los Mostacilla se caracterizan por ser una familia trabajadora, honesta y que consigue triunfos con sacrificios, tal cual como los estaba cultivando Alan Eder, un reconocido licenciado en Educación Física.
“Han pasado tres años del lamentable hecho de mi hermano y la familia no se repone aún, puesto que él era el menor; nos quedó un vacío infinito”, recordó Jair Mostacilla, hermano de la víctima.
En el rostro de la mamá de Alan permanece la tristeza que le ha causado la pérdida del sexto de sus hijos.
Cuando algún familiar o amigo se refiere al profe ‘Mosta’, como era reconocido con cariño, sobran los elogios y los recuerdos que perdurarán para siempre por su calidez humana y los triunfos que marcó en el deporte cucuteño.
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Alan Eder fue campeón de la categoría Primera C, con el equipo Paz y Futuro y alcanzó a enfilarse y a entrenar en la plantilla del Cúcuta Deportivo, cuando lo dirigía el profesor Jorge Luis Pinto, siempre en busca de cumplir su sueño de ser futbolista profesional.
Después, trabajó como docente en el colegio Comfanorte y también dirigía escuelas deportivas, ganándose el aprecio y el respeto de sus alumnos, especialmente en el barrio San Martín.
“Cuando perdíamos nos animaba a ser mejores, cuando ganábamos, también. Él fue más que un profesor, fue nuestro amigo y lo que le hicieron no se lo merecía”, dijo entre lágrimas Cristian Flórez, uno de sus pupilos, en el momento del suceso.
La investigación
Según se conoció, actualmente el proceso judicial por la muerte del docente Mostacilla está bajo la Justicia Penal Militar, por petición de la Policía, pues antes estuvo en poder de la Fiscalía.
Precisamente, para los familiares y la defensa de las víctimas, el proceso se ha obstaculizado al punto de ser casi nulos los avances de la investigación, sin tener resultados tres años después del hecho.
Sin embargo, el proceso administrativo continúa bajo la premisa de buscar la reparación a los familiares y esclarecer las causas del hecho.
“Solo les pedimos a las autoridades competentes que aceleren el proceso, ya que solo ponen trabas y no hay celeridad”, reclamó Jair Mostacilla.
Además de esta intención, las denuncias interpuestas por la defensa también buscan que estos actos no se repitan y que la Policía no esté involucrada en hechos como el que sucedió con el profesor.
También se conoció que, en el expediente judicial no reposa ninguna prueba que demuestre que Alan Mostacilla conducía ebrio en los momentos previos a su muerte, como se rumoró cuando ocurrió el hecho.
La madrugada mortal
La trágica historia se inició a las 12:30 de la madrugada del 7 de enero de 2019, cuando el profesor Mostacilla se movilizaba en un carro venezolano, marca Ford Fiesta blanco, con rumbo hacia su casa, en el barrio San Martín, luego de compartir con algunos amigos.
El vehículo fue interceptado en un puesto de control de la Policía de Tránsito, en el puente Jorge Gaitán Durán, en San Luis.
Según el coronel Javier Barrera Blanco, entonces comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, los policías le hicieron la señal de pare al conductor de un taxi y posteriormente al profesor Mostacilla, por lo que los dos vehículos se orillaron.
Sin embargo, según el oficial, Mostacilla intentó huir del puesto de control, por lo que atropelló al uniformado, que en ese momento llevaba 10 años de servicio en la institución, recorriendo algunos metros con el uniformado sobre el capó del vehículo.
“El policía se sujetó del capó del carro con una mano y con la otra sacó su arma y disparó”, dijo Barrera.
Mostacilla recibió un impacto de bala en el abdomen, por lo que inicialmente fue trasladado herido a la clínica Medical Duarte, que está a pocos metros de la escena del hecho.
Sin embargo, sobre las 9:11 de la mañana, el profesor no pudo seguir luchando por su vida y finalmente murió en el centro médico.
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