Señor, gracia del altísimo,/ Que nos proteges en todo momento,/ Se tú nuestro escudo protector, nuestra fuerza de impulso,/Saca de este cuerpo el mal que aqueja a esta persona,/ Que en tu nombre, no pueda volver a hacer daño,/ Que se extinga como el fuego de una vela,/ Que se disuelva como el agua a través de las manos,/ Porque al final de los tiempos, solo tú perdurarás,/ Y tu eterno amor,/ Amén.
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Esta oración pronunciada con la fuerza de la fe por un sacerdote practicando un exorcismo puede ahuyentar a los demonios, expulsándolos de un cuerpo atormentado para que encuentre alivio a su mal y sosiego a su espíritu.
La religión desde diferentes doctrinas y culturas a lo largo de la historia acepta la presencia del diablo, y el exorcismo como una herramienta para la liberación de una persona e incluso la limpieza de una casa o de un lugar en particular, de la presencia de fuerzas malignas, situaciones que en muchos casos para la ciencia no tienen explicación.
La Iglesia Católica prepara a sus huestes para darles la batalla a los demonios, cualquiera sea su personificación, escogiendo entre sus pastores hombres que se entregan en cuerpo y alma a la tarea encomendada por sus superiores jerárquicos.
El propósito que tienen estos religiosos es ayudar a quienes sufren las angustias y tormentos infringidos por espíritus del mal, apoyándose en la oración, sirviendo como instrumento de sanación y liberación en presencia del Señor Jesucristo, según lo refieren.
La Biblia, un crucifijo, un rosario, agua bendita y sal suelen ser las armas y escudos del exorcista para ir en ayuda de un poseso (personas que padece posesión) y encarar la difícil y peligrosa batalla que puede durar horas, días o semanas, así como pasajes bíblicos, salmos, letanías y oraciones, que estos hombres recitan en secreto al iniciar el rito, que exige una preparación mental previa, invocando siempre el gran poderío de Jesucristo.
El caso de la colombiana en TV
En 1991 el Vaticano permitió televisar el exorcismo de Gina, una colombiana de 16 años, haciendo visible el drama que viven las familias cuando un ser querido es poseído por un espíritu, situaciones que para aquellos que la viven resultan un verdadero infierno, pero que para muchos no pasan de ser supercherías o engaños.
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Gina había sido diagnosticada inicialmente como paciente psiquiátrica por su extraño comportamiento: hablaba en lenguas incomprensibles, tenía cambios intempestivos de personalidades y decía que escuchaba y veía a personas muertas y aterradores demonios.
El tiempo pasaba y lo que le estaba ocurriendo a esta adolescente la ciencia era incapaz de resolver, por lo que en su angustia la familia acudió a un sacerdote, quien supo al instante lo que la estaba aquejando. Gina estaba poseída por varios demonios y requería ser liberada para tener completo dominio de su cuerpo.
La cadena americana ABC transmitió un capítulo en el programa 20/20 como si se tratara de un espectáculo deportivo, donde se pudo apreciar el momento en que el sacerdote sentó a su paciente en una silla y comenzó a orar en latín.
El clérigo le ponía los dedos sobre la frente al tiempo que le mostraba un crucifijo, sosteniendo con la otra mano la Biblia. El rostro de Gina se transformó y comenzó a emitir gruñidos con voz gruesa y desafiante, se veía en esa inusual transmisión televisiva.
Los familiares de la joven participaban sosteniendo las manos y pies con mucho esfuerzo debido a la furia desarrollada por los demonios, y se vieron obligados a atarles las manos para evitar que los golpeara.
Luego la teleaudiencia presenció un hecho insólito. Uno de los espíritus que se manifestó fue Minga, que decía “no quiero irme” y gritaba “Jesús nos va a llevar a todos, vienen más guerras”.
El sacerdote le ordenó enseguida en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo: “No dañes a esta persona ni a nadie más que se encuentre en este lugar”.
Ante esas palabras Gina comenzó a mover la lengua de forma extraña y sus ojos se retorcían. Del cuello le colgaban tres crucifijos y por más que luchó por soltarse, en esta batalla espiritual fueron derrotados los dos demonios que la tenían sometida: Minga y Zien.
El padre que ofició el ritual le ordenó a Gina que besara el crucifijo y su semblante cambió.
Ya no tenía una mirada agresiva ni voz gruesa sino apariencia angelical y hasta saludó a su familia con total cordialidad. Abrazó a varios de ellos y entendieron que la tortura había llegado a su fin.
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“Muchas personas no comparten las creencias de la Iglesia de que el diablo es real. Esperamos que esto cambie algunas mentes”, fue la conclusión que dio el sacerdote tras la transmisión del polémico documental, el cual fue observado por 29 millones de estadounidenses. El padre invitó a las personas a acercarse a Dios y mantener una constante oración para blindarse de las acechanzas del mal.
De Gina no se volvió a saber nada, solo que hoy su edad estaría cercana a los 50 años y que fue paciente psiquiátrica del Miami Children’s Hospital.
Esta historia volvió a ser noticia tras salir a la luz recientemente un nuevo documental que recordó este espeluznante episodio de la vida real.
En Cúcuta hay un exorcista oficial
La feligresía cucuteña sabía que en la ciudad había un religioso designado por la Diócesis para atender asuntos relacionados con la posesión maligna y con licencia para practicar exorcismos.
El nombre de Pedro Alejandrino Botello Ortega era muy popular y la esperanza de muchas familias tocadas por el infortunio de que uno de sus integrantes, sin razón aparente, un buen día empezaron a escuchar voces, tener visiones y comportamientos extraños, que la medicina no podía explicar ni curar.
La muerte de monseñor Botello, capellán de su santidad, el Papa Francisco, el 16 de junio de 2021, dejó un enorme vacío entre los católicos y una desazón entre quienes se sintieron a merced del poder de satanás, por lo que encarnaba este líder espiritual, quien era un experto y con larga trayectoria expulsando a espíritus burlones y la pléyade demoniaca residente en el averno (infierno) que tomaban posesión de sus víctimas, en esta zona fronteriza.
Buscando llenar ese vacío y como respuesta a la necesidad de la gente, la Diócesis de Cúcuta decidió nombrar al padre Rafael Humberto Cárdenas Leal, párroco de San Martín de Sardinata, como el nuevo sacerdote con licencia para practicar exorcismos.
Los delegados
Por Derecho Canónico, al Obispo le corresponde pedir en el nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sean protegidos contra las asechanzas del Maligno, es decir, realizar exorcismos. En vista de las múltiples ocupaciones de un prelado, puede delegar y darle licencia a un presbítero de su Diócesis, para que atienda estos casos. Dice el Derecho Canónico en el numeral 1172: “Sin licencia peculiar y expresa del Ordinario del lugar, nadie puede realizar legítimamente exorcismos sobre los posesos. El Ordinario del lugar concederá esta licencia solamente a un presbítero piadoso, docto, prudente y con integridad de vida”, se lee en una publicación del periódico La Verdad.
Entre las consideraciones de la Diócesis para delegar esta responsabilidad estuvieron “su rectitud de vida y madurez en su ministerio sacerdotal, el Administrador Apostólico de la Diócesis de Cúcuta, Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, ha nombrado al padre Rafael Humberto Cárdenas Leal, párroco de San Martín de Sardinata, como el nuevo sacerdote con licencia para practicar exorcismos en esta Iglesia Particular”, según el medio de comunicación.
¿Cómo recibir ayuda?
La Iglesia Católica, con el deseo de atender al pueblo de Dios y proveer su bienestar espiritual, ofrece permanentemente orientación espiritual y humana, por lo que, si algún feligrés presenta alguna situación anormal en su comportamiento, estado físico o espiritual, debe acudir en primera medida al párroco de su comunidad, quien es el que determinará si amerita un encuentro con el delegado para exorcismos.
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Como has podido observar, existen diferentes maneras de llevar a cabo una liberación gracias a que una oración de exorcismo se presenta como uno de los elementos más importantes para llevar a cabo esta clase de rituales. Requieres del dominio y conocimiento de una oración de exorcismo para expulsar un demonio.
En libros religiosos y en internet hoy hay mucha literatura disponible sobre el tema del exorcismo, al alcance de millones de personas en el mundo, con frases o expresiones sencillas como el ‘vade retro’ (aléjate satanás), como oraciones de exorcismo consagradas que han trascendido por los siglos, como la oración de San Miguel Arcángel: “San Miguel Arcángel, ayúdanos y protégenos en esta, nuestra lucha. Conviértete en nuestro aliado contra las voluntades del enemigo, contra su perversidad y deseos. Te suplicamos, hoy, que mandes a Satanás al infierno con sus espíritus malignos. Se nuestro aliado hoy, Príncipe Celestial del reino de Dios, a erradicar a esas almas en perdición,/ Amén.
Sin embargo no todos están preparados para cumplir esos rituales de liberación, menesteres que deben ejecutar, generalmente religiosos con todas las facultades para entender esas situaciones que trascienden a lo espiritual.
La oración de San Benito, el llamado Patrono de Europa, es también de las más usadas en
estos procesos para expulsar una entidad maligna, oración que "es una auténtica confesión de fe y de amor a Cristo, y una renuncia al diablo": San Benito, glorioso entre tantos virtuosos, hoy te llamo a ti, como uno de los más puros entre en el reino de Dios. Hoy solicito tu presencia, por lo que me arrodillo ante ti de la manera más humilde, para suplicarte, ante tu corazón abundante en amor, que intercedas por todos los que estamos aquí delante del reino de Dios. Para todos aquellos peligros, recurro a ti, para que me protejas de mis enemigos, contra aquel maligno que pretende atraerme con sus falsas promesas. No dejes que mi inspire ni me atrape, Oh glorioso San Benito. Ayúdame, San Benito, a usar el poder de Dios para su voluntad sea la ley, para traer aquí la felicidad del cielo".
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