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Política
‘El ‘No’ es a favor de una paz verdadera, estable, con justicia’
Concejal del Centro Democrático defiende su postura en contra de los acuerdos
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Lucy Araque
Lucy Araque
Jueves, 29 de Septiembre de 2016

En pocas horas, los colombianos irán a las urnas para decidir la suerte del acuerdo de paz que alcanzaron el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc, con el propósito de poner fin a 52 años de confrontación armada.

Después de una corta, pero intensa campaña en la que los promotores tanto del ‘Sí’ como del ‘No’ expusieron las razones por las cuales los electores deberían apostarle a una y otra opción, los votos dirán si se refrenda o no lo pactado en La Habana.

La Opinión presenta hoy y mañana los argumentos que defienden cada una de las campañas, así como sus posturas frente a los temas que mayor debate han suscitado  en torno a lo acordado y los motivos para que los votantes marquen  ‘Sí’ o ‘No’ en el tarjetón.

En esta primera entrega, habla el concejal Juan Carlos Capacho, seguidor número uno del expresidente Álvaro Uribe y quien ha figurado como uno de los principales impulsores del voto negativo a los acuerdos de La Habana en Cúcuta y Norte de Santander.

¿Con este acuerdo de paz se le está dando un golpe de Estado a la Constitución?

Sí, porque este acuerdo ha sido elevado al bloque de constitucionalidad, lo que lo pone por encima o al nivel de la Constitución y el temor que nos genera es que, lo que han dicho, es que es inmodificable. Entonces, pensemos en una Constitución de por vida que no va a poder ser revisada frente a unos ajustes que tendrán que necesariamente hacerse en el futuro. 

Si los acuerdos no son refrendados, ¿cree que las Farc estén dispuestas a renegociar?

Creo que deben estar en disposición. Lo que nosotros hemos planteado es que el ‘No’ es a favor de una paz verdadera, estable, con justicia. La posición del Gobierno y de las Farc de que si gana el ‘No’ sigue la guerra es un chantaje al pueblo colombiano y a la misma democracia. Creo que pase lo que pase, el número de votantes por el ‘No’ va a ser muy alto y eso será un llamado desde la base democrática y la soberanía colombiana, a revisar los acuerdos, porque estos acuerdos son imperfectos en términos de justicia  y no serían sostenibles a futuro. Además, porque en términos de elegibilidad política, garantías para las víctimas, negociación de la agenda económica, este debe ser reorientado. 

¿Es la cárcel un castigo imprescindible para que haya justicia y se repare el daño causado?

El derecho penal y la doctrina nacional e internacional tienen una función. Primero, la pena debe ser equivalente al daño ocasionado, eso está reflejado en el Estatuto de Roma. Además, debe ser privativa de la libertad. No es moralmente aceptable que un autor de delitos de lesa humanidad no pague un solo día de cárcel. Esto constituye una afrenta a la víctima, pues uno no tiene tranquilidad, ni su familia, ni siente esa satisfacción de que se va a pagar por el daño cometido, cuando va a ver al victimario en el parque del frente, barriendo las calles. Eso más bien da un mal ejemplo, genera peligro para las garantías de no repetición y puede generar más violencia.

Por las experiencias que ha habido en el mundo en materia de procesos de paz, ¿cree posible que las Farc o cualquier otra guerrilla hubiera aceptado en la negociación ir a la cárcel ocho años o más? 

Tenemos un referente, aunque no es el mejor,  como es el de los paramilitares. Ellos pagaron cárcel. Aquí las Farc no van a pagar cárcel. Nosotros aquí vemos la situación muy compleja y es cómo están vinculando toda su acción militar al delito de rebelión para ser indultados. Eso está mal. Creo que otros procesos en el mundo tienen sus particularidades, pues algunos no tenían instituciones de justicia fuertes. Colombia tiene justicia y un sistema democrático, y el principio general es que los colombianos estamos sometidos al imperio de la ley, pero aquí se está haciendo una excepción que le genera daño a la democracia y al futuro de la moral y la justicia en Colombia.

¿Es prematuro que las Farc, apenas un año después de haber dejado las armas, tengan elegibilidad política?

Ya están haciendo política con armas. Hoy vamos a ir a una elección en la cual tienen el uso de las armas. Aún más, están diciendo que las armas son la garantía para que el Gobierno cumpla los acuerdos de La Habana. Eso es una amenaza sicológica y de más violencia hacia el pueblo colombiano. En el acuerdo hay otro desperfecto y es que ellos tienen toda la plata del narcotráfico, mucho dinero. 

¿Está bien o no que el Estado financie el ingreso de las Farc a la política partidista?

Creo que en este proceso está mal, porque hay una desigualdad en el 10% de la financiación estatal a un partido político que hace apología a la combinación de formas de lucha y a la lucha armada para conseguir el poder. Lo segundo, les van a dar 36 emisoras y un canal de televisión, los otros partidos no tenemos acceso a eso. Esto rompe el principio de igualdad en la participación ciudadana. Además, van a tener la plata del narcotráfico. Entonces, dígame una persona como yo, que hice una campaña austera, cómo voy a poder competir contra todo eso.

¿Negarles la participación política a los guerrilleros que dejen las armas podría constituirse en un nuevo capítulo de represión?

En un escenario en el que las Farc hubieran dejado las armas, hubieran entregado los dineros del narcotráfico y hubieran cumplido las observaciones que se han dado para que exista igualdad y no les dieran la elegibilidad política a los responsables de delitos de lesa humanidad y narcotráfico, sino por conexión con la rebelión, sí creo que merecerían la participación política. En este caso no existe ninguno de esos elementos.  

El ingreso de las Farc a la vida civil y política puede llevar al país a una situación como la de Venezuela o Cuba?

No está muy lejos de que pase. El presidente Santos abrió las compuertas y las ventanas para que el socialismo del Siglo XXI tenga una plataforma política. El proceso de paz es un trampolín político de las Farc. Hoy Timochenko es ya un candidato y la gente está asustada de ver tanta guerrilla en televisión y eso tiene su efecto, porque del 1% de popularidad hoy ya están en el 3% y subiendo. Todas esas desigualdades que hemos visto en el acuerdo no nos hacen ver lejos de ese panorama y menos en una democracia tan débil, con una política tradicional que se ha hecho a punta de dádivas.

¿El tratamiento que se les da a las víctimas en el acuerdo de paz para garantizar su derecho a la verdad, justicia,  reparación y no repetición es el adecuado?

Como víctima creo que la impunidad, al permitir que las Farc no paguen cárcel y estén en la calle triunfantes con penas alternativas, resulta una humillación para quienes hemos  sido afectados por los diferentes grupos armados. Se pone en peligro el derecho de no repetición porque ellos no han entregado las armas y sí tendrán la plata para pasearse campantes. Entonces, es diferente mirar a un delincuente que cumple con el proceso de resocialización, a un delincuente que salió y no entregó los bienes para reparar a las víctimas como pasa con las Farc, y que además va a salir premiado. Eso al final hace que las víctimas no sean el centro del proceso.

¿Es mejor que el Estado siga combatiendo con las armas a los grupos ilegales, que un proceso de paz imperfecto?

Nosotros lo que insistimos es en que se reorienten las negociaciones. El Estado tiene el legítimo derecho de combatir cualquier organización criminal. Esto viene con un proceso de persuasión para que se desmovilicen, se entreguen y se acojan a una justicia transicional. Si no lo hacen, pues el Estado tiene la legitimidad para que a través de las Fuerzas Militares y la justicia sean perseguidos. Esa es una regla general en cualquier democracia y Estado de Derecho.

¿Por qué votar ‘No’?

Invito a todos los nortesantandereanos a votar ‘No’ porque estos acuerdos deben reorientarse para que las Farc paguen con penas proporcionales de cárcel por los delitos que han cometido. Para que entreguen los más de 11.500 niños que tienen esclavizados sexual y laboralmente. Porque además de todo, la agenda de la democracia en Colombia no se puede negociar con el terror. Vimos la situación de Venezuela y como joven me preocupa el futuro del país. Creo que la pregunta que nos debemos hacer es si confiamos en Santos y las Farc para ir a votarle ‘Sí’ a todos esos acuerdos el domingo. Yo no confío.

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