Martes, 16 de Diciembre de 2014
Amables lectores: Chile, que ha sido nuestro referente para algunas de las reformas implantadas en Colombia cuando allí ya se vislumbraban sus graves defectos como la ley 100 y el manejo de pensiones del régimen de ahorro privado, va en reversa.
El Wall Street Journal con su periodista Mary Anastasia O’ Grady, habla que en ese país su crecimiento está cayendo y ahora le “tocó el turno” a los colegios privados.
Es absurdo, dice la periodista O ‘Grady, pensar que una sociedad libre pueda garantizar la igualdad de oportunidades o resultados económicos igualitarios, pero el saberlo no evita que los políticos electos prometan ambas cosas.
Bachelet en campaña prometió eliminar la “desigualdad” en la educación pero para lograrlo debe coartarle la libertad de un padre para elegir el colegio de su hijo. El ministro de Educación Izaguirre, muy honestamente afirma: “Lo que tenemos es un competidor con patines y otro descalzo, que es la educación pública y me preguntan ¿Por qué no entrena más al descalzo y le da mejor comida? Porque lo primero que se debe hacer es bajar al otro de los patines”.
La libertad afirma la periodista “perturba al mundo feliz” de la igualdad socialista. Para Bachelet, “aprender más ahora o ganar más después son síntomas de injusticia”.
La obsesión del gobierno de frenar a los patinadores ha producido el desplome de la inversión.
Se han incrementado los impuesto al capital y hasta al consumo buscando ahogar al inversionista haciéndolo más pobre para terminar según Bachelet con la “inequidad”.
Pero se ha agrandado la brecha pues los ricos aguantan y los pobres en cambio necesitan empleos generados por la inversión.
Hoy el crecimiento en Chile está en un 2%, debido a la caída de precios de los comodities e incertidumbre que genera la hostilidad estatal hacia la competencia y las ganancias.
Todavía existe un programa exitoso donde el estudiante pobre recibe educación en una escuela privada pangando una parte de su costo con un “boucher” del gobierno y completa con un copago de los padres.
El porcentaje de estos estudiantes alcanza el 54% de la población estudiantil entre kínder y el último curso de secundaria.
Pero el gobierno eliminó estos boucher por medio de una ley para buscar apoyo en los sindicatos de maestros oficiales.
No hay razón para negarles a los niños Chilenos el derecho “a patinar tan rápido como puedan”.
Usted tendría que ser un héroe o quizás está buscando infringir la ley si quiere iniciar un negocio en Venezuela – Afganistán o Libia.
Ocupan estos tres países los últimos lugares en el ranking de 189 países que muestra el informe “hacer negocios” del Banco Mundial.
El informe no mide la corrupción pero comenta que donde la regulación es excesiva las firmas pueden optar por sobornos.
En Venezuela registrar un negocio, sin pagar coimas, toma 144 días y en Nueva Zelandia medio día.
El Wall Street Journal con su periodista Mary Anastasia O’ Grady, habla que en ese país su crecimiento está cayendo y ahora le “tocó el turno” a los colegios privados.
Es absurdo, dice la periodista O ‘Grady, pensar que una sociedad libre pueda garantizar la igualdad de oportunidades o resultados económicos igualitarios, pero el saberlo no evita que los políticos electos prometan ambas cosas.
Bachelet en campaña prometió eliminar la “desigualdad” en la educación pero para lograrlo debe coartarle la libertad de un padre para elegir el colegio de su hijo. El ministro de Educación Izaguirre, muy honestamente afirma: “Lo que tenemos es un competidor con patines y otro descalzo, que es la educación pública y me preguntan ¿Por qué no entrena más al descalzo y le da mejor comida? Porque lo primero que se debe hacer es bajar al otro de los patines”.
La libertad afirma la periodista “perturba al mundo feliz” de la igualdad socialista. Para Bachelet, “aprender más ahora o ganar más después son síntomas de injusticia”.
La obsesión del gobierno de frenar a los patinadores ha producido el desplome de la inversión.
Se han incrementado los impuesto al capital y hasta al consumo buscando ahogar al inversionista haciéndolo más pobre para terminar según Bachelet con la “inequidad”.
Pero se ha agrandado la brecha pues los ricos aguantan y los pobres en cambio necesitan empleos generados por la inversión.
Hoy el crecimiento en Chile está en un 2%, debido a la caída de precios de los comodities e incertidumbre que genera la hostilidad estatal hacia la competencia y las ganancias.
Todavía existe un programa exitoso donde el estudiante pobre recibe educación en una escuela privada pangando una parte de su costo con un “boucher” del gobierno y completa con un copago de los padres.
El porcentaje de estos estudiantes alcanza el 54% de la población estudiantil entre kínder y el último curso de secundaria.
Pero el gobierno eliminó estos boucher por medio de una ley para buscar apoyo en los sindicatos de maestros oficiales.
No hay razón para negarles a los niños Chilenos el derecho “a patinar tan rápido como puedan”.
Usted tendría que ser un héroe o quizás está buscando infringir la ley si quiere iniciar un negocio en Venezuela – Afganistán o Libia.
Ocupan estos tres países los últimos lugares en el ranking de 189 países que muestra el informe “hacer negocios” del Banco Mundial.
El informe no mide la corrupción pero comenta que donde la regulación es excesiva las firmas pueden optar por sobornos.
En Venezuela registrar un negocio, sin pagar coimas, toma 144 días y en Nueva Zelandia medio día.