A través de manualidades y expresiones artísticas los representantes de la tercera edad demuestran en el municipio de Ocaña que aún son útiles para la sociedad.

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 La ‘Nueva Juventud’ es un programa liderado por la gestora social, Magda Pallares Torrado, para brindar un espacio de integración y aprendizaje en esa población.

La coordinadora de la oficina del Adulto mayor, Andrea Pacheco, promueve las habilidades y destrezas mediante talleres de tejido, arte quiteño, manualidades, danzas y deportes. 

“Ofrecer a las abuelas la oportunidad de aprender un nuevo arte y fortalecer sus  talentos, crear espacios donde, además de la producción, puedan divertirse y salir de la monotonía les permita conocer nuevas personas y compartir sus experiencias, es uno de los principales propósitos del proyecto que se desarrolla no solo en la zona urbana, sino también en los cinco centros poblados del municipio”, agregó.

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 “Me gustan mucho estos espacios porque me distraigo y hago muchas cosas para decorar mi casa. Me parece muy bien que tengan en cuenta a los adultos mayores”, manifestó la beneficiaria Nubia Jácome de Prada. 

Quienes deseen hacer parte del programa pueden acercarse a la oficina ubicada en la Alcaldía de Ocaña, presentar fotocopia de la cédula de ciudadanía y adelantar el proceso para ingresar.
Ser adulto mayor significa haber consumado con éxito todos los peldaños de la vida y, desde el gobierno municipal, se seguirán aunando esfuerzos para generar acciones que garanticen su bienestar, indicó la funcionaria.

El concejal Mario Castellanos Chinchilla apoya este tipo de iniciativas, ya que los representantes de la tercera edad reflejan ese legado en la capacidad para desarrollar todo tipo de manualidades. “Ellos han recorrido un buen tramo de la vida, dejando huella y enseñando a las futuras generaciones, llegó la hora de retribuir y reconocer ese esfuerzo en la época dorada como es la nueva juventud”, agregó.

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Corresponde a un espacio para mejorar el bienestar de los abuelos mediante terapias mentales y productivas. Además, la comercialización de las manualidades para que perciban recursos y puedan solventar algunas necesidades básicas.

El programa se retoma concurso de individuales en trapillo, para desarrollar en los adultos mayores habilidades motrices y actividades productivas mediante la inclusión el programa que abarca tanto el sector urbano en el centro, La Perla y Cristo Rey. 

Asimismo, en la zona rural de los cinco centros poblados como son La Ermita, Pueblo Nuevo, Buenavista, Aguas Claras y Otaré, en los que se procurará que todas las actividades lleguen a los distintos sectores para la inclusión, puntualizó Andrea Pacheco. 

María Celina Torres Becerra,  asistente del programa Nueva Juventud, resaltó la terapia para continuar con su vida productiva. Feliz, contenta, aprendiendo a efectuar arreglos para la casa, mantiene la mente ocupada y generando movimiento a las extremidades. 

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“Uno se ha dedicado a los oficios y quehaceres propios del hogar y se olvida de la parte artística y de confecciones. Hacen falta estas salidas para relacionarse con las compañeras, muy buenos esos ejercicios, ahora salimos en público bailamos, nos divertimos y llevamos adornos para las viviendas”, agregó.

Por otra parte, Nidia Jácome de Prada, aseguró que es reconfortante asistir a esos cursos. Espera con ansiedad la hora para compartir con las adultas mayores y disfrutar de las instrucciones para elaborar los detalles. 

“Aparte del aprendizaje, la pasamos muy sabroso y divertido. Es lo mejor para alejar las penas del alma”, exclamó en medio de una carcajada.

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