Moradores de los distintos sectores de Ocaña ante la proliferación de ladrones de las tapas de alcantarillas y la inoperancia de las autoridades locales.
Los jóvenes que han caído en el oscuro mundo de la droga, en su afán de adquirir el alucinógeno proceden a desprender las estructuras de las viviendas sin importar los riesgos de accidentes por aquellos peatones distraídos.
Los habitantes de los barrios Las Llanadas, El Playón, Sesquicentenario, El Retiro, Marabel, San Rafael y Primero de mayo denuncian la manera como los delincuentes proceden a robar las rejillas protectoras de los equipos del gas natural, los contadores del agua potable e incluso las nomenclaturas de las viviendas.
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Los afectados insisten en hacer una redada en las chatarrerías y aquellos sitios donde se recicla material para castigar a las personas dedicadas a comprar elementos hurtados.
En la mira de las autoridades
Ante las constantes quejas de las comunidades sobre el hurto de las estructuras metálicas, el Segundo Distrito de la Policía ha emprendido una campaña para ubicar los sitios donde se compran esos elementos.
El capitán Wilmer Velandia indicó que se adelantan estrictos controles para contrarrestar ese fenómeno de acuerdo a las denuncias públicas hechas ante la policía judicial a través de los cuadrantes para esclarecer las denuncias.
Los uniformados adelantan los operativos para acopiar las pruebas y así evitar la comercialización de los elementos hurtados.
En Ocaña han sido varias las denuncias de la comunidad por los constantes hurtos de tapas de alcantarillas, contadores y hasta nomenclaturas, indica Alonso Manzano del barrio Sesquicentenario.
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En cámaras de seguridad ha quedado registrado el accionar de delincuentes, en su mayoría consumidores de alucinógenos que, en su afán de alimentar su adicción proceden a robar estos elementos para posteriormente comercializarlos a un bajo precio.
Puente sitiado por delincuentes
El puente de Las Llanadas está sitiado por delincuentes que atracan a las personas en las horas de la madrugada, ingresan a las viviendas y establecimientos comerciales y extraen elementos de valor. Los vecinos del sector están desesperados con la presencia de los drogadictos atracadores quienes venden los elementos hurtados en las chatarrerías y recicladoras existentes sobre la avenida circunvalar.
Herramientas de los talleres, sillas, puertas, ventanas, varillas, celulares, joyas y todos los artículos son vendidos en esos lugares. Los afectados reclaman de parte de las autoridades desmantelar ese foco de inseguridad ya que son los encargados incluso de distribuir alucinógeno.
“Tipo cuatro de la madrugada llegan los jíbaros dedicados al narcomenudeo y distribuye los estupefacientes”, agregan los denunciantes. Aseguran que de nada ha servicio las jornadas de caracterización y socialización adelantada por la policía nacional y la oficina de la población en desventaja, ya que el fenómeno ha aumentado considerablemente.
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“Vienen, toman fotos, ofrecen los pasajes para el retorno, pero esos programas flexibles no surten efecto”, indicó una persona del sector. La acción de los delincuentes tiene afectado un vasto sector entre los barrios Las Llanadas, Sesquicentenario, El Carmen, Primero de Mayo, El Retiro, Cuarto Centenario y la avenida Francisco Fernández de Contreras.
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