Una fumarola emanada del tronco de un centenario árbol ubicado en el parque principal del municipio de Ocaña enciende las alarmas sobre las condiciones fitosanitarias de las especies forestales en esta zona del país.
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De inmediato los integrantes del Consejo Municipal de Gestión del Riesgo instalan la sala situacional para atender la emergencia. Los organismos de socorro llegan al lugar, extienden la cinta de prevención sobre el área afectada y logran apaciguar las llamas internas del ‘orejero’ que durante más de cien años ha protegido con su sombra de los inclementes rayos del sol a propios y visitantes.
El coordinador de la Oficina de Gestión del Riesgo y Atención de Desastre, Gustavo Adolfo Paba Navarro, explicó dos hipótesis: la relacionada con los fumadores, quienes lanzan las colillas de los cigarrillos ‘a la pata del árbol’, sin percatarse de las consecuencias. Al paso del tiempo el tronco presenta pudrición y ello generó la ignición.
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La segunda, debido a un corto circuito generado en el sistema de cableado de energía eléctrica del parque principal de Ocaña.
Prevenir antes que lamentar
Los consejeros ambientales analizaron la situación pues al parecer algunos daños en el sistema eléctrico aledaño a la especie y el lanzamiento de las colillas de cigarrillo provoca la incineración.
Un llamado de emergencia por parte de la comunidad daba cuenta que el tronco de gran antigüedad estaba en su interior envuelto en llamas.
“El eje central del arbusto se estaba consumiendo y se coordinó el operativo con todas las entidades, se trasladan dos máquinas del cuerpo de bomberos para controlar la conflagración”, señaló Gustavo Paba Navarro, coordinador de la Oficina de Gestión del Riesgo y Atención de Desastres.
De inmediato se procede a evaluar el estado de la estructura para la poda de las ramas, ya que genera riesgo a los transeúntes de la plaza 29 de mayo.
Por el deterioro progresivo y la longevidad del mismo se determinó erradicarlo definitivamente y reemplazarlo por otra especie nativa. “Existen varias hipótesis, ya que encontramos colillas de cigarrillo y algunos cables de energía eléctrica, pero sería prematuro entregar un concepto sobre las causas reales del incendio", recalcó el funcionario.
Las autoridades ambientales hacen un llamado a la gente que se ubica alrededor de los árboles todos los días para que tomen las precauciones y no vayan a sufrir lesiones por el desprendimiento de los troncos secos.
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En la década de los 90 un adulto mayor murió en instantes cuando transitaba por el lugar y cayó encima una rama, el municipio debió pagar una considerable suma de dinero ya que es el responsable del cuidado y mantenimiento del arbolado de la región.
No hay una tabla de salvación
El director de la Unidad Técnica Ambiental, ingeniero Harwin Blanco León, aseguró que el árbol ya cumplió la vida útil y luego de un largo tratamiento para salvarlo, el diagnóstico no es tan alentador.
“Hace más de 20 años se le hizo una intervención con agrónomos especializados, ahora se descubre el avanzado pudrimiento. Para evitar accidentes posteriores se ordenó la tala de las ramas, es inminente la erradicación y el reemplazo por otro. No somos los verdugos, simplemente ya cumplió un ciclo y se debe salvaguardar la vida de las personas que pasan por el lugar. Recuerden que los árboles mueren de pie y es misión de las autoridades ambientales la reposición de las especies”, precisó.
Conjuntamente con los miembros del Comité de Educación Ambiental se determinó la erradicación y el reemplazo. “Puede ser un cañahuate o un roble rosado con un sistema radicular pivotante profunda que no afecte a las estructuras duras”, explica el ingeniero ambiental.
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Una situación similar se registró hace varios años con una ceiba, se hizo una réplica exacta en resina y el artista ya fallecido Yesid Manzano Carrascal esculpió la imagen de la Virgen de las gracias de la Torcoroma, patrona de los ocañeros.
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