Los incansables ladridos de la mascota de un niño, de 11 años, fueron los que alertaron a los habitantes de la vereda Brisas de Astillero de que algo malo estaba pasando dentro de una de las viviendas de ese sector de la zona rural de El Zulia.
Varias personas, extrañadas por los ladridos del perro, decidieron ir a ver qué estaba pasando y al llegar a la humilde casa de Omaira Flórez Pérez, la encontraron a ella revolcándose en el suelo, agonizante, y al menor de sus hijos muerto.
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El trágico hecho se presentó sobre las 7:40 de la noche del miércoles, a pocos metros de una sede del Instituto Agrícola Risaralda.
Una dramática escena
Según se pudo conocer, cuando algunos vecinos de Flórez Pérez llegaron al frente de su vivienda, comenzaron a tocarle a la puerta insistentemente, pues minutos antes la habían visto llegar con su pequeño hijo y los ladridos del perro los alertó de que algo estaba pasando.
Desesperados, al ver que no les abrían, algunas personas decidieron meterse por el patio y al llegar a una habitación, se encontraron con la escena impactante.
“Nosotros escuchamos que el perro comenzó a ladrar y como ella había llegado antes en su moto negra, nos asustamos, pensando que le había pasado algo”, dijo una habitante de este sector.
Omaira Flórez, de 34 años, quien era vendedora de chance, estaba tirada en el suelo, revolcándose por los efectos de un veneno que habría tomado, mientras que pequeño hijo estaba muerto y acostado sobre una cama y, aparentemente, sin signos de violencia.
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“La mamá del niño se movía, se estiraba y trataba de vomitar, pero el niño estaba acostado en una cama, con los ojos cerrados. Yo escuché una voz que me decía que le dieran leche, para que cortara los efectos del veneno. Saque de mi casa y le di”, aseguró una enfermera que auxilió a la mujer.
Algunos habitantes del sector dieron aviso a otra hija de la mujer y le aseguraron que el menor de edad se encontraba muerto, pero que su mamá aún tenía señales de vida. Otras personas llamaron a las autoridades para que se apersonaran del hecho, pero la Policía nunca llegó.
La angustiada mujer al escuchar a sus vecinos, corrió a la residencia de su mamá y al ver la trágica escena y darse cuenta de que su progenitora estaba con vida, llamó una ambulancia y rápidamente trasladaron a Omaira al hospital de El Zulia, pero por la gravedad en la que se encontraba, los médicos de turno la remitieron al Hospital Universitario Erasmo Meoz, donde murió ayer, sobre las 10:00 de la mañana.
Mientras que Omaira Flórez era transportada de urgencia a Cúcuta, una funeraria de El Zulia arribó a la zona para hacer el levantamiento del cuerpo del niño y trasladarlo a Medicina Legal para establecer las causas de su muerte.
Así los recuerdan
El pequeño es recordado por sus vecinos, como un niño al que le gustaba estar con su mascota. “Él con una volqueta de juguete estaba contento, casi no le gustaba jugar con los otros niños, siempre era callado y permanecía feliz”, explicó con la voz entrecortada una habitante del lugar.
La madre y el hijo llevaban viviendo en Brisas de Astilleros cerca de un año, según se pudo conocer. La mujer salía desde temprano en una moto negra a ofrecer por la vereda y La Ye de Astilleros chance, con el que ganaba su sustento diario.
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Durante los meses de vacaciones escolares, su hijo la acompañaba a ofrecer las boletas. “Era muy buena mamá, muy trabajadora, siempre estaba pendiente del niño y su otra hija”, dijo una mujer del sector.
El rumor
Luego de conocerse el trágico hecho, los vecinos comenzaron a circular algunos rumores, los cuales están siendo analizados por las autoridades.
“Especulan muchas cosas y no sabemos qué pasó en ese lugar, no se puede especular lo que no se ha comprobado aún”. “Algunos la vieron entrar sin el niño y, luego fue que comenzó a ladrar el perro, por lo que puede ser que ella de la impresión de ver a su hijo muerto haya tomado esa decisión”, afirmaron algunos habitantes del sector.
Una fuente judicial señaló que, “de momento no se sabe qué sucedido, se están esperando los resultados de los exámenes al cadáver del pequeño”.
Entre lo poco que han logrado conocer las autoridades judiciales esta que, presuntamente, la mujer habría tomado esa equivocada decisión por la presión en el pago de una deuda de dinero que tenía, pero hasta el momento la Policía no ha confirmado nada.
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