Sábado, 8 de Febrero de 2014
Como lo prometido es deuda, comenzaré el especial electoral acerca de las candidaturas de diferentes partidos que hayan estado involucrados en casos de corrupción, incumplimiento o mala representación a los ciudadanos de nuestra región.
En esta columna quisiera comenzar hablando brevemente sobre el Movimiento MIRA, que coyunturalmente se encuentra en una situación problemática que inició con las declaraciones de María Luisa Piraquive y que ha crecido debido a los irregulares manejos financieros que le ha dado a la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional. Es clave reconocer que no fue la senadora Alexandra Moreno Piraquive quien realizó las comprometedoras declaraciones, sin embargo, está inevitablemente ligada al caso. Al igual que sus copartidarios Miguel Antonio Virgüez Piraquive y Juan Carlos Baena.
Es cierto que estos dignatarios han propuesto leyes relacionadas con la no discriminación y con la penalización de delitos sexuales y abuso a menores, no obstante, su reputación como congresistas se encuentra altamente cuestionada por la opinión pública actualmente. Vale la pena pensar como votantes qué es lo que realmente esperamos de un movimiento político que se caracteriza por tener un ala religiosa supuestamente inclinada a la piedad, el amor y la solidaridad.
Esto, a modo de introducción general, respecto a personajes específicos, debo decir que me siento realmente avergonzada con los representantes que hemos tenido en este último período. Avalados por los partidos liberal, conservador y de La U; están los senadores Juan Fernando Cristo, Juan Manuel Corzo y Manuel Guillermo Mora.
Ninguno de los tres ha hecho algo por favorecer los intereses de la comunidad nortesantandereana, sino que, por el contrario, han perjudicado a la ciudadanía, por ejemplo, con el hundimiento de la ley que pretendía bajar el precio de la gasolina. Sin embargo, no ha sido solamente su pésima gestión lo que me lleva a pensar desfavorablemente sobre nuestros delegados, su reprochable conducta hace parte de mi juzgamiento moral: Juan Manuel Corzo, por ejemplo, está siendo investigado por parapolítica.
Y ni qué hablar de los representantes Carlos Eduardo Hernández o Alejandro Chacón, el primero sancionado por la Procuraduría por irregularidades en el ‘hueco’ del Parque Bavaria y el segundo con su lamentable participación en la Reforma a la Justicia. Carlos Eduardo León presuntamente aliado con los ‘Rastrojos’ por cometer el fraude electoral que le otorgó su puesto en 2010, y Juan Carlos García Gómez -que va por la reelección- porta una metralleta y una pistola como si fuese absolutamente normal. Por ahora no entraré en detalles, pero sí quiero advertir que no voy a quedarme callada y permitir negligentemente que los nortesantandereanos volvamos a tener una corte real de traidores e irresponsables.
Esperen el próximo domingo una columna con información detallada sobre uno de los representantes que planea reelegirse a pesar de haber actuado tremendamente mal durante su mandato.
En esta columna quisiera comenzar hablando brevemente sobre el Movimiento MIRA, que coyunturalmente se encuentra en una situación problemática que inició con las declaraciones de María Luisa Piraquive y que ha crecido debido a los irregulares manejos financieros que le ha dado a la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional. Es clave reconocer que no fue la senadora Alexandra Moreno Piraquive quien realizó las comprometedoras declaraciones, sin embargo, está inevitablemente ligada al caso. Al igual que sus copartidarios Miguel Antonio Virgüez Piraquive y Juan Carlos Baena.
Es cierto que estos dignatarios han propuesto leyes relacionadas con la no discriminación y con la penalización de delitos sexuales y abuso a menores, no obstante, su reputación como congresistas se encuentra altamente cuestionada por la opinión pública actualmente. Vale la pena pensar como votantes qué es lo que realmente esperamos de un movimiento político que se caracteriza por tener un ala religiosa supuestamente inclinada a la piedad, el amor y la solidaridad.
Esto, a modo de introducción general, respecto a personajes específicos, debo decir que me siento realmente avergonzada con los representantes que hemos tenido en este último período. Avalados por los partidos liberal, conservador y de La U; están los senadores Juan Fernando Cristo, Juan Manuel Corzo y Manuel Guillermo Mora.
Ninguno de los tres ha hecho algo por favorecer los intereses de la comunidad nortesantandereana, sino que, por el contrario, han perjudicado a la ciudadanía, por ejemplo, con el hundimiento de la ley que pretendía bajar el precio de la gasolina. Sin embargo, no ha sido solamente su pésima gestión lo que me lleva a pensar desfavorablemente sobre nuestros delegados, su reprochable conducta hace parte de mi juzgamiento moral: Juan Manuel Corzo, por ejemplo, está siendo investigado por parapolítica.
Y ni qué hablar de los representantes Carlos Eduardo Hernández o Alejandro Chacón, el primero sancionado por la Procuraduría por irregularidades en el ‘hueco’ del Parque Bavaria y el segundo con su lamentable participación en la Reforma a la Justicia. Carlos Eduardo León presuntamente aliado con los ‘Rastrojos’ por cometer el fraude electoral que le otorgó su puesto en 2010, y Juan Carlos García Gómez -que va por la reelección- porta una metralleta y una pistola como si fuese absolutamente normal. Por ahora no entraré en detalles, pero sí quiero advertir que no voy a quedarme callada y permitir negligentemente que los nortesantandereanos volvamos a tener una corte real de traidores e irresponsables.
Esperen el próximo domingo una columna con información detallada sobre uno de los representantes que planea reelegirse a pesar de haber actuado tremendamente mal durante su mandato.