Martes, 16 de Diciembre de 2014
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Una de las principales preocupaciones de la comunidad motilón barí,
asentada en la zona del Catatumbo, es el eventual conflicto que
significaría tener varios líderes en un territorio que aún no tiene
claro para dónde va, con propuestas como la zona de reserva campesina.~
Una de las principales preocupaciones de la comunidad motilón barí, asentada en la zona del Catatumbo, es el eventual conflicto que significaría tener varios líderes en un territorio que aún no tiene claro para dónde va, con propuestas como la zona de reserva campesina.
Al respecto, Alexánder Dora, motilón barí yconsejero de Derechos Humanos de la Organización Social Indígena de Colombia (Onic), dijo que hay dudas sobre la forma como se manejaría el tema territorial porque “la presencia de dos o tres autoridades, no es coherente con nuestro pensamiento”.
Si bien el líder afirmó que en este momento se busca llegar a acuerdos con los campesinos de la región, también reconoció que hubo un conflicto con la propuesta de establecimiento de esta zona que beneficiaría a los productores agrarios, pero se desconocen los efectos sobre la comunidad.
Según Mariana Escobar, subdirectora del Departamento para la Prosperidad Social (DPS), la zona tiene dificultades de seguridad jurídica sobre el ordenamiento territorial, pues hay enfrentados tres sectores de interés nacional: zona reserva forestal, asentamiento barí y asociaciones de campesinos.
Estos aspectos deberían quedar definidos en la mesa de diálogo del Catatumbo y en la Cumbre Agraria, pero en todo caso se necesitará una consulta previa para aclarar la situación de las partes.
Sin embargo, el planteamiento de los barí va más allá del establecimiento de unas fronteras, pues se insiste en la gobernabilidad y autonomía del pueblo.
“La superviviencia en el territorio es la meta principal. Hemos resistido frente a temas como las multinacionales, la situación por el conflicto armado, y el tema de cultivos ilícitos que se han implementado en la zona del Catatumbo, alrededor de los territorios ancestrales”, dijo.
Igualmente, señaló el temor con lo que denominó la “presión invasora” de parte de la guerrilla por posibles reclutamientos forzosos, y de forma simultánea esperan dejar de ser estigmatizados por la fuerza pública cuando dialogan con los insurgentes.
De otro lado, Dora insistió en que la Gobernación de Norte de Santander debe decir claramente cómo va a conservar el territorio, para garantizar que no se entregará nada a las grandes empresas.
“Si se va a comprar hasta el río Catatumbo, ¿cómo quedamos los nortesantandereanos?”, cuestionó.
Así mismo, instó a las autoridades a eximir los territorios indígenas de cualquier tipo de licencia ambiental y evaluar el grado de afectación con las iniciativas de megaproyectos de siembra de palma y extracción de petróleo.
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Al respecto, Alexánder Dora, motilón barí yconsejero de Derechos Humanos de la Organización Social Indígena de Colombia (Onic), dijo que hay dudas sobre la forma como se manejaría el tema territorial porque “la presencia de dos o tres autoridades, no es coherente con nuestro pensamiento”.
Las dificultades
Si bien el líder afirmó que en este momento se busca llegar a acuerdos con los campesinos de la región, también reconoció que hubo un conflicto con la propuesta de establecimiento de esta zona que beneficiaría a los productores agrarios, pero se desconocen los efectos sobre la comunidad.
Según Mariana Escobar, subdirectora del Departamento para la Prosperidad Social (DPS), la zona tiene dificultades de seguridad jurídica sobre el ordenamiento territorial, pues hay enfrentados tres sectores de interés nacional: zona reserva forestal, asentamiento barí y asociaciones de campesinos.
Estos aspectos deberían quedar definidos en la mesa de diálogo del Catatumbo y en la Cumbre Agraria, pero en todo caso se necesitará una consulta previa para aclarar la situación de las partes.
Sin embargo, el planteamiento de los barí va más allá del establecimiento de unas fronteras, pues se insiste en la gobernabilidad y autonomía del pueblo.
“La superviviencia en el territorio es la meta principal. Hemos resistido frente a temas como las multinacionales, la situación por el conflicto armado, y el tema de cultivos ilícitos que se han implementado en la zona del Catatumbo, alrededor de los territorios ancestrales”, dijo.
Algunas peticiones
Igualmente, señaló el temor con lo que denominó la “presión invasora” de parte de la guerrilla por posibles reclutamientos forzosos, y de forma simultánea esperan dejar de ser estigmatizados por la fuerza pública cuando dialogan con los insurgentes.
De otro lado, Dora insistió en que la Gobernación de Norte de Santander debe decir claramente cómo va a conservar el territorio, para garantizar que no se entregará nada a las grandes empresas.
“Si se va a comprar hasta el río Catatumbo, ¿cómo quedamos los nortesantandereanos?”, cuestionó.
Así mismo, instó a las autoridades a eximir los territorios indígenas de cualquier tipo de licencia ambiental y evaluar el grado de afectación con las iniciativas de megaproyectos de siembra de palma y extracción de petróleo.