Benjamín Peñaloza Mancipe, conocido como ‘Federico’ o ‘Motilón’, señalado de ser el cuarto líder del Frente Luis Enrique León Guerra, del Eln, se había convertido en una pieza de alto valor para las autoridades, por lo que un grupo de investigadores le siguió los pasos durante más de un año en zona rural de Tibú, hasta lograr su captura.
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En medio del operativo para dar con la ubicación de este presunto jefe guerrillero, las autoridades lograron que un integrante de la propia estructura de este temible delincuente se convirtiera en uno de sus informantes y así empezaron a cerrarle el paso a ‘Federico’, quien era uno de los hombres de confianza de ‘Gonzalo Satélite’, el máximo líder del Eln en la región.
Cuando las tropas de la Segunda División del Ejército, en coordinación con la Policía, Fuerza Aérea y Fiscalía, conocieron la ubicación de Peñaloza, alistaron la operación para llegar hasta el corregimiento La Gabarra, de Tibú, y capturarlo, junto con sus personas de confianza.
Los uniformados llegaron hasta una casa ubicada en la vereda Caño Negro, donde se registró un combate con los sospechosos y posteriormente los detuvieron.
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El perfil y el prontuario
Benjamín Peñaloza, según las autoridades, tenía su imperio criminal en las veredas Caño Salado, Caño Guadua, Bocas de San Miguel, Puerto Chorro, Puerto Barrancas, Puerto Indias, del corregimiento La Gabarra.
‘Federico’, de 54 años, al parecer, llevaba más de dos décadas en el Eln, dominando el narcotráfico para esta organización.
Peñaloza, presuntamente, se encargó de coordinar y ordenar la instalación de un campo minado, para afectar a soldados de la Trigésima Brigada, en el sector de La Virgen, en marzo de 2019, dejando a tres militares asesinados y dos más heridos.
En agosto de ese año coordinó la instalación de otro campo minado, en kilómetro 23 de Tibú, dejando a tres militares heridos.
Las autoridades aseguraron que el detenido también ordenaba asesinatos selectivos en zona rural y urbana de Tibú, así como diferentes atentados en contra de la Fuerza Pública.
Además, se presume que ‘Federico’ habría coordinado el secuestro del soldado Jesús Martínez, cuando adelantaba operaciones humanitarias en la vereda el Mirador de Tibú.
Los otros capturados
César Enrique Rojas Maturana, alias Brujo; Víctor Agustín Moreno Camargo, ‘Lagartija’; Jhon José Godoy Navas, conocido como ‘Matías’; Armando Zipacón Lozano, ‘Danilo’, y Kleiberlyn Dayana Romero Corona, ‘Bruja’, fueron detenidos, junto con Benjamín Peñaloza.
En el operativo, las autoridades se incautaron de cinco fusiles, tres pistolas, munición, elementos de comunicaciones e intendencia, brazaletes del Eln y documentos que serán analizados por la inteligencia militar.
El general Omar Sepúlveda, comandante de la Segunda División del Ejército, resaltó que la Fuerza Pública continuará adelantando investigaciones que lleven a debilitar a los grupos armados ilegales que delinquen en el departamento.
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Golpe reciente
La semana pasada, la Policía Metropolitana de Cúcuta también capturó en el barrio Antonia Santos, de Cúcuta, a Eduardo Ríos Rodríguez, conocido como ‘El Chulo’, presunto integrante del Frente urbano Carlos Germán Velasco Villamizar, del Eln, señalado de ser el responsable de instalar una caja bomba, en el puente García Herreros, donde murió ‘Jelly’, una canina antiexplosivos.
Las autoridades adelantaron un riguroso seguimiento desde la 2:00 de la madrugada del miércoles 23 de febrero, cuando ‘Jelly’ murió, al acercarse a la caja que había instalado este grupo armado ilegal con explosivos, en el Anillo Vial Oriental, muy cerca de un reconocido centro comercial, para tener pistas de los responsables de este hecho.
“Tuvimos información muy importante por fuentes humanas de que este hombre delinquía para el Eln y por eso hicimos todo el seguimiento necesario para llegar a él”, explicó una fuente judicial en el momento.
Sin embargo, también se conoció que algunos rastros que quedaron en la escena del hecho fueron fundamentales para que los investigadores que le seguían la pista a este presunto integrante de la célula urbana de la guerrilla, pudieran tener su identificación a través de sistemas tecnológicos monitoreados.